Auditórium

Anzoátegui: ¡La María Corina del PSUV!

“No hay ser más miserable que aquel que vive en la indecisión”

William James…

Asombrado quedé el pasado viernes 10 de febrero, cuando en Orbita TV en la ciudad de El Tigre-Anzoátegui, en unas entrevistas a los operadores políticos de los pre-candidatos de la MUD a la gobernación, donde les solicitaban a sus seguidores el voto para sus pupilos en esa contienda. Tremenda fue la sorpresa entre los usuarios de ese canal televisivo, cuando en medio de la entrevista a los dirigentes opositores, se coló un aspirante ‘secreto’ a la gobernación de Anzoátegui por el PSUV, con un discurso “socialista, capitalista y popular”, una presunta copia adaptada al socialismo bolivariano, que era o es su consigna para las primarias de la MUD el 12 de febrero, y llamado por su autora-titular María Corina Machado, como “capitalismo popular”.

El quejoso aspirante del psuv a la gobernación, utilizó esa tribuna para supuestamente llamar a una concentración del GPP en apoyo a Hugo Chávez para el 7-O, en una arteria vial muy transitada, la cual fue trancada desde el viernes 10 a las 5 de la tarde, hasta todo el día sábado 11, lo cual provocó el rechazo del ciudadano tigrense por tremendo abuso. Y demostrando sus organizadores carecer del más elemental olfato táctico, y estratégico de la actividad política, al no percatarse estar en la hora y fecha más álgida de las elecciones primarias de la MUD, cuyo acto les resultó un estrepitoso fracaso. Dejando al PSUV, y al gobierno bolivariano muy mal parados ante la opinión publica tigrense.

Cuando intervenía el aspirante psuvista en ese espacio televisivo opositor, ahí mismo saltó al aire el sarcasmo popular: “Entre las guabinas se coló un bagre”, era la chanza jocosa vox populi de esa hora, en nuestro querido pueblo.

El retorico y guabinoso aspirante por el psuv, era en ese momento el arquetípico personaje de la politiquería venezolana. De allí que gran parte del rechazo que provocó dentro de la militancia revolucionaria su inoportuna intervención, al presentarse en un programa ya pautado para la oposición anzoatiguense, y en el cual no estaba invitado. Fue un momento incomprensible para la causa socialista. Si dejamos de lado la impronta revolucionaria de este aspirante, de hablar limitado sobre el ideal socialista, y donde resaltaba su vocación camaleónica, que se resistía a batirse por una idea ‘socialista y capitalista propia’ -María Corina dixit-, que en ese momento el aspirante de marras daba la impresión de andar siempre de buenas con Dios y con el diablo.

Para rastrear la intención de este ‘socialista guabinoso’ no es necesario cruzar el Mar Caribe. En su imprescindible ‘socialismo capitalista y popular’, el sujeto de marras, de verbo escurridizo, remiso a revelar sus verdaderas intenciones ‘revolucionarias’ ante la opinión militante del proceso en esta ciudad. Solo en su corta intervención se dedicó a tomar partido en afiebradas discusiones socialistas y populares, inmediatamente lo asocié con el otro eterno aspirante en el pasado reciente a la gobernación por el MVR/PSUV, coronel Luis Alfonzo Dávila, hoy en las filas de la oposición.

El guabineo en política, a diferencia del onanismo, no es una práctica en solitario. Nadie guabinea solo, porque no tiene sentido y gracia. No hay pues, en la política, un guabineo virtual. Al menos que el personaje de marras sufra de un trastorno bipolar, en este caso el cual analizamos, es imperativo el concurso de otros individuos, que aparentan ser defensores de las posiciones revolucionarias extremas, para así disfrazar la opinión propia, y exteriorizar su fingido apoyo al Presidente Hugo Chávez en las elecciones presidenciales del 7-O.

Cuando lo oía hablar creía ver a un filósofo confundido sobre el socialismo del siglo XXI. La duda que exteriorizaba, en su hablar vacilante, revestía un carácter existencial. El hombre no tenía problemas en ser capitalista, y no ser socialista al mismo tiempo. En su discurso no se anidaban dilemas vitales, sino miedos irremediables: al poder popular, a la sociedad justa, al ridículo de mezclar en una licuadora socialismo y capitalismo, y al rencor que siempre se jacta de ser memorioso. No demostró en esa entrevista tener instinto táctico, y ser un hombre de ideas revolucionarias, porqué en esa entrevista abortó sus creencias y convicciones socialistas.

El político en su discurso no puede decretar la muerte de la creatividad, dado que el uso en los Mass Media, de modos de expresión no propios siempre trae el riesgo de la distorsión, de la deformación del objetivo a conquistar.

Duele reconocerlo, pero algunas personas parecen más dispuestas a luchar, por la restauración de la cuarta república, que por un verdadero socialismo democrático y participativo.

Percasita11@yahoo.es


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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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