Buscando la génesis del Estado Comunal
¿Qué es la comuna? ¿Cómo nace la comuna? ¿Para qué sirve la comuna? ¿Somos comuneros? ¿Cuándo alcanzaremos la verdadera vida comunal? Son éstas y otras interrogantes que hace el autor del presente opúsculo sin orlas y galanuras de la pluma, pero sí con juicio razonado que aproxime a develar el por qué de la comunalicracia.
Hablar de comuna, es remontarse al modo de vida del hombre primitivo, después de haber salido de aquel horrendo y oscuro sitio, las cavernas. En él, comienza el despertar una sensación que desconoce, pero le hace agradable y placentero, el sentimiento. Es a partir de este momento, emprende su lucha en alcanzar un propósito que ignora ¿Cuál es? Entre tanto, contemplemos cómo el hombre primitivo copió a los irracionales, la necesidad de sociedad. La tribu constituye la sociedad y las mutuas necesidades, crean el primer incentivo de fraternidad. La misión de la tribu, se inicia la fraternidad común y van esparciendo las tribus su radio hasta hacer ciudades, los gobiernos y también la expansión del hombre. Ya el hombre tenía sentimientos y la facultad de pensar. El mancebo formó la primera pareja con la mujer de otra tribu descendiente de la tribu a la que su padre pertenecía, dando el primer indicio de sociedad con la unión de dos tribus. Se establecen el principio común de libertad entre grupos tribales y nace los poderes antagónicos. En esa libertad común entre las tribus, idolatraban a la deidad, siendo todos mejores que otros y se anulan. Es el momento en que surge la casta sacerdotal que ha de engendrar a la casta guerrera con el propósito de la defensa y custodia de sus ídolos, costumbres y tradiciones. Para esto era necesario llevar la guerra a las otras tribus para su dominio y sumisión ante sus dioses, no por el uso de la fuerza de la razón, sino por la imposición de la fuerza, originando una nueva organización geopolítica.
Dicho esto, la comuna no es más que el gobierno del pueblo con y para el pueblo, y que tiene por finalidad, la unión de todos los hombres y mujeres para el bien común, todos para todos. Es de mayor insignia de una familia que todos sus individuos sean instruidos y de utilidad de sí mismos, requiere la dignidad de una nación, tener hombres prominentes en las ciencias, artes oficios, industrias, leyes y moral. En la sociedad existen diversas expresiones concretas de la cultura que tienen un carácter transformador. Nos referimos a los" bolsones de resistencia", que representan una expresión histórica de experiencias concretas de grupos de personas que se oponen consciente o inconscientemente a la dominación capitalista. Hablamos de actitudes solidarias, de prácticas que están en relación armónica con la naturaleza, de modalidades de trabajo cooperativo - productivo como la cayapa y el convite, expresiones del apoyo mutuo, fraternidad entre otros. Son expresiones culturales, prácticas y saberes populares que vienen avanzando en la construcción de una nueva cultura de la geometría del poder del pueblo. A partir del reconocimiento y de la articulación consciente de estas prácticas de resistencia cultural, podemos avanzar hacia la insurgencia cultural que implica toda una rebelión del pensamiento y de la acción, en la perspectiva de la construcción de una nueva hegemonía.
En el esquema geográfico interno de la distribución del poder popular, su división política y la dimensión espacial integral del país, todo el territorio comunal dependerá de un Órgano o Consejo Superior, y es en éste donde tienen su trabajo y asiento todos los hombres más destacados de cada región y ciudad, ahí se estudia por todos, la ciencia de cada uno, para darla hecha conocimiento a todo el conglomerado comunal ¿Será necesario una reforma curricular del Estudio Jurídico en el territorio nacional?. No solamente una reforma del Estudio Jurídico, sino que ha de reformarse para la transformación en el Estado Comunal todo el Sistema Nacional de Educación, en donde se promueva entre otras, la transversalización de la ciencia agrícola y sus ciencias auxiliares en el conocimiento técnico – científico, cultural, ético y moral que promueva el trabajo productivo, regenerador de hombres, mujeres, niños, niñas que genera derecho al consumo.
Después del surgimiento de la casta sacerdotal que originó a la casta guerrera, en el transcurrir del hilo histórico de la humanidad y su modo de vida, la sociedad se dividió según la riqueza y la categoría, en señores o caballeros, clérigos y campesinos, consolidándose así el sistema feudal. Entre sus diversas causas entre otra: La subordinación de la propiedad, el individualismo, el secuestro y aumento del poder absoluto de los señores y las grandes invasiones. Por necesidad del control autoritario, los obispos, abades y dignatarios eclesiásticos distribuyeron (¿redistribución de poder?) parte de su poder de cuantiosas propiedades a ciertos caballeros con el compromiso de defenderlos; y es así como se formaron los feudos eclesiásticos. Nos encontramos en el siglo XVI, eran los tiempos del Imperio de Carlos V, que abdica al trono y lo cede a su hijo Felipe II. Se inicia una revolución en la ciudad de Toledo y se extiende a otras ciudades de Catilla. Los rebeldes tomaron el nombre de comuneros, porque afirmaban sostener las libertades de las comunas. Estos comuneros de Castilla, se unieron para recordarle a Carlos V, que, aunque pusiese su planta y el pabellón de trabajo y riqueza en todo el mundo, éste no era de él, ni de otros, sino de todos los moradores de la Tierra, en la más justa equidad. No triunfaron, pero sí sellaron con su sangre éste precedente y fueron callados por la supremacía. La lucha de clases desarmoniza las ciudades y las naciones. La lucha de castas, desarmoniza las mismas clases y la lucha de razas, desarmoniza los continentes todos. Ante la llegada de la invasión europea al continente americano (Abya Yala), ya existían culturas avanzadas con una arraigada organización social - económica. Entre estas, el imperio incaico. A pesar de las ideas contradictorias en escritores peruanos de hoy para comprender la sociedad del imperio incaico nos prueban que no ha concluido ni concluirá el interés apasionado del mundo por la interpretación del Tawantinsuyo. No puede caber duda respecto al hecho de que esa organización se aproximó, como ninguna otra en el mundo, al ideal de justicia y bienestar a que aspiran los pueblos de la humanidad actual, la cual lo considero como un régimen comunal en su etapa inicial en el continente americano. Fue una sociedad donde el trabajo era obligatorio bajo un modelo económico no dependiente, donde se producían alimentos en la mayor proporción posible. La distribución del poder consistía en que cada familia natural, como miembro de la familia social o ayllu, tenía derecho a cultivar un lote de tierras suficiente para satisfacer sus necesidades. También ejercían el poder en la previsión social que funcionaba, cuando la comunidad tenía el deber de trabajar las tierras de los inválidos, sea por razón de edad avanzada, sexo, enfermedad o incapacidad, o por razón de estar prestando servicios en el ejército. En esa forma se consiguió que no hubiera mendigos ni desocupados, siendo castigada como un delito la ociosidad. Por lo tanto, era un régimen comunal en donde las familias del grupo social eran prospera. En esa armonía en que desempeñaban el trabajo productivo que regenera al hombre, se saludaban en el pueblo incaico: ama suwa, ama llulla, ama quella (no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas ocioso). No era un consejo de orden moral al vecino o amigo, sino una expresión que reflejaba el bienestar de una sociedad comunal, donde no cabrían esas calamidades. La autoridad del Inca fue paternal. Recogía tributos en productos, pero las pirhuas o depósitos acudían en las épocas de escasez por calamidades climáticas o de otro orden, a cubrir los déficits de producción para el consumo de los ayllus. Por eso, cada marka tenía sus pirhuas o depósitos del tributo, cosa por lo demás realizada en Egipto –según la leyenda de José- con el trigo.
En el Estado Comunal, los comuneros han de vivir fraternizados en donde el trabajo se hace productivo y placentero porque en su esencia corrige desigualdades quedando satisfecho, reinando la paz y el amor. Entonces, sólo en el reino Comunal puede caber la verdadera igualdad, en donde impera el amor fraternal sin acepción de personas, y todos se dedicarán al trabajo productivo por deber y no por imposición, garantizando que a nadie le puede faltar nada ya que el derecho al usufructo es el mismo, sin ningún privilegio, ya que cada individuo, recibirá lo necesario a su subsistencia en los depósitos de la comuna, en toda variedad de artículos en crudo, y en lo referente a la vestimenta, muebles y útiles. Entiéndase que lo comunal, es todo el producto del trabajo manual y de la inteligencia; y cada comunero está obligado a producir cuanto más pueda, en la agricultura, las artes, ciencia y las industrias, para el mayor bienestar. En la distribución del poder popular dentro de un territorio comunal, ha de desaparecer el cisma de sociedades de clases productora ubicados en zonas rurales que produce para una sociedad de clases consumidora situados en zonas urbanas. Todos y todas seremos prosumidores y prosumidoras en el Estado Comunal, de acuerdo a nuestras capacidades. Desde la distribución del poder político en el Estado Comunal, el trabajo será como conviene a los comuneros y en la edad de la fuerza esperando tranquilos la ancianidad, después de haber tenido una hermosa juventud de educación, que la Comuna proporciona a todos sus hijos. Todos tienen lo que han de menester, sin que a nadie pueda faltarle nada, ya que sólo el trabajo productivo regenera y da derecho al consumo. Producir en colectivo en igualdad y justicia, es transformar la realidad cuando nos dedicamos con ahínco en producir colectivamente y entre iguales sin distinción de razas y castas, cuando la propiedad es de todos y las decisiones se toman en colectivo como poder político. De igual modo, se coordina el trabajo productivo y no se obliga a nadie. El alimento será todo lo abundante, sano y variado que quieran los comuneros, desde que ellos lo han de prosumir. En la distribución del poder político en el Estado Comunal, es imperante la nueva geometría del poder que promueva la organización. El consejo de cada ciudad, es la autoridad de toda la ciudad. El Consejo de las Ciudades, la formarán 20 comuneros sobresalientes. Es decir, parafraseando al presidente Chávez, son los adultos mayores de juventud acumulada y que al mismo tenor que los consejos regionales, tendrán vida activa: ingenieros, arquitectos, físicos, químicos, maestros en todos los ramos del saber, para el progreso de toda la naturaleza, cuyos individuos tendrán por consultores al cuerpo de las mismas ciencias, que tendrán su sede en donde residirá el Consejo Regional, y éstos consultarán al del Consejo Superior. El consejo regional, es la autoridad de todos los consejos de las ciudades; y el consejo superior, es la autoridad de todos los consejos regionales de la nación. Y para todo esto, ¿qué necesita hacer el hombre? Sólo acudir al trabajo del taller de su oficio, a la fábrica, agricultura entre otros. De igual manera, los cuerpos de higiene y voluntarios, cuidarán rigurosamente de la salud y no habrá comuneros sanos vagueando, ni enfermos trabajando como en otrora no se permitía en el Tawantinsuyo de la sociedad incaica. La existencia, para todos los individuos varones y mujeres se divide en tres épocas, la de educación y aprendizaje, la de trabajo o actividad, y la de consejo por la de experiencia, dividiéndose por categorías y sexos como sigue: "a) Astronomía, física, química, zoología, botánica y similares; en estudio y de ayudantes, hasta los 30 años. b) Ingeniería en general, Arquitectura, Decoración y otras artes similares; estudio y ayudantía: hasta los 30 años. c) Industrias en general sobre la alimentación: hasta los 20 años. d) Ganadería, Agricultura, Piscicultura, etc.: hasta los 20 años. e) Agricultura en general: hasta los 20 años. f) Arboricultura, Floricultura y Jardinería: hasta los 20 años. g) Artes y oficios en general: hasta los 20 años. h) Medicina y Cirugía; Estudio y practicante: hasta los 30 años. i) Farmacopea e Higiene, Estudio y practicante: hasta los 30 años". De aquí la importancia de la transformación de la educación en todos los Sub Sistemas Nacional de Educación (primaria, básica y universitaria) que tribute al Estado Comunal.
La Casa Comunal es la de mayor atención y devoción de todos los individuos, y será de las más amplias proporciones y comodidades, pues es el deposito sagrado de seres y productos, en ellas estarán todas las universidades de la sabiduría y los consejos. En todo caso, es el pueblo soberano, puede proponer, todo lo que tienda a mejorar, la Comuna y los Consejos lo estudiarán. Implantar la Comuna como régimen social humanista, bajo los principios de Fraternidad, Justicia e Igualdad, con derechos y obligaciones iguales en equidad para todos sus comuneros, será establecida en toda su plenitud. En este sentido, el valor nominal de la comuna, son sus comuneros, y para esto es necesario que no puede haber ninguna estructura de clases con privilegios. Para el establecimiento del Estado Comunal, ha de empezarse por administrar justicia equitativa, dando el valor al trabajo productivo, hasta conseguir que el salario dé lo necesario con desahogo al trabajador; gravando a la riqueza acaparada, con una contribución equivalente a todas las necesidades del trabajador en primer término, en segundo, obligando a los que poseen propiedad territorial, a cultivar y sembrar todas las tierras, o de lo contrario, todos aquellos terrenos no cultivados ni sembrados en tres años, el municipio primero y el gobierno nacional en caso de necesidad, sembrará aquellos terrenos con provecho comunal, al que no tienen derecho los llamados propietarios; pues si pagaron al gobierno cantidad alguna por el predio, como si lo heredaron, en uno y otro casos, lo han sustraído al trabajo común, si no ha sido arrebatado por la fuerza o el engaño, que costará poco probarlo por los hechos de las tiranías y feudales y en tercer caso, el municipio y el gobierno, intervendrá en que todos trabajen y más esos propietarios, con arreglo al mayor consumo, proporcional con el del obrero, el que dará, toda la fuerza necesaria en caso de necesidad a las entidades gubernativas, y en caso extremo, tomarán ellos el poder en discordia. Ya sabe de dónde está la fuerza y la razón, pero antes, se los piden en amor y unión, pero no en carácter de súplica, sino de mando y con el debido respeto, pues, para eso debe ser los gobiernos, los representantes del pueblo. Una vez caducados los contratos de las empresas que explotan las industrias, públicas o privadas; como quedan todos sus intereses de propiedad comunal, entran en el pleno goce de los comunes, y es obligatorio en la más recta justicia, que todo lo dejen en verdadero funcionamiento, interviniendo la comuna un año antes del vencimiento a este fin. La nación responde con todo lo que en su suelo y subsuelo existe, a los compromisos hechos a nombre común del pueblo con otra nación, asumirá todas las obligaciones, de todos los individuos y sociedades tomando todos sus capitales, ya en metálico, ya en bienes y que respondan a sus deudas, intereses y siendo la comuna la única tomadora, de cuantos bienes traten de enajenar los individuos que piensen burlar a la comuna, pues debe entenderse como mala fe la venta de un bien que mal posee en propiedad. De igual manera, en el Régimen Comunal, un individuo de diferente nacionalidad, se le pagará lo que él pagara secamente, porque en el régimen comunal, todo individuo tiene por usufructo de su trabajo productivo, cubrir sus necesidades al igual que todos; mientras que, serán declarados malversores e inmorales, todo comunero que haya gastado y consumido más de lo que le pertenecía a cada hombre en comunidad, y está obligado a la restitución de lo defraudado, con el trabajo en aquellas funciones que entienda y en el seno de la comuna, además de devolver a la comuna, todo lo que poseyese como propiedad. Una vez proclamada la comuna, como se ha hecho de acuerdo a las leyes para su establecimiento, se tendrá presente por todos los hombres que se opongan, que los decretos se cumplen inexorablemente y que la comuna se implanta contra todo poder hegemónico, porque la fuerza del comunero que fraterniza tiene orden que cumple y siguen cumpliendo, porque oponerse y el no trabajar para ayudar a su implantación, es sentenciarse a sí mismo a su expulsión. Otra de las acciones a realizar en la implantación del Régimen Comunal, es que el gobierno empezará por llevar a la Asamblea Nacional, a los comuneros más ilustrados y virtuosos, en los que estén representadas todas las ramas del saber y de la agricultura, artes e industrias, y compondrán los gobiernos regionales y municipales para ir gradualmente reformando las costumbres, siendo los jefes de estado, los primeros maestros directores, si de ello sienten amor por sus pueblos y son admitidos de éste. En este sentido, la enseñanza de las juventudes, se ceñirá estrictamente al programa de todas las ramas de la ciencia y no otra que se da en las Leyes que rige el Sistema Nacional de Educación. En cuanto al área de salud, Los hospitales, asilos, casas de salud, dispensarios, y otros, serán comunizados desde el primer momento y será suprimida toda asistencia con fines crematístico, colocando personas de verdadera probidad y amor fraternal. Para las casas comunales, en cada ciudad, será de las más amplias proporciones, y debe dotarse de todas las comodidades y confort, estando en ella todos los servicios comunales y sobre todo, la casa de maternidad y colegios de la infancia, la casa de los ancianos y los depósitos generales de los productos y enseres necesarios a la vida, de todos los moradores de la ciudad. En cuanto a la educación y formación para el trabajo productivo como regenerador del hombre y da derecho al consumo, todos los individuos llegados a la edad de la época de actividad y trabajo serán destinados al taller de su competencia. El Maestro Director asesorado por los maestros de sección de cada taller o escuela de los diferentes oficios, dará el destino adecuado a cada uno de los jóvenes de ambos sexos, para aquel oficio u ocupación que manifieste aptitudes, pero todos, lo mismo que los hijos de familia, después de los 14 años hasta los 16, saldrán a las faenas de la agricultura en general, porque ésta la han de saber todos, continuando ya en ella los que no tengan aptitudes especiales para otros oficios, y los que se destinan a los demás oficios manuales, volverán después de esos dos años de práctica en agricultura y similares, a los talleres de la casa comunal y al respectivo oficio en el que han de trabajar, para que al cumplir la edad de la primera época, sea un hombre experto e inteligente y de provecho a la comuna. Como la vida es común, todos tienen las mismas obligaciones y derechos, por lo tanto, la igualdad de las cosas, acaba con el despilfarro y lo inútil, por lo que y para la mayor libertad, cada familia tendrá una casa que se compondrá de planta baja, un salón comedor con mesa de 8 asientos y todo lo necesario; un salón contiguo para lectura, estudio y trabajo de las mujeres y servicios de higiene; y piso alto, compuesto de un dormitorio para matrimonio y los dormitorios separados para los hijos varones y hembras, con todo el confort debido, esto, en regla general pero puede ser modificado en sentido beneficioso para la comuna. A cada pareja, el día de su unión, se le pondrá en posesión usufructuaria de ese inmueble, conforme a la Ley de constitución de las familias como lo hacían los ayllus de la sociedad incaica, para satisfacer sus necesidades.
Por razones muy respetables de economía y gobierno, enmarcado en la distribución del poder político en el Estado Comunal, se desconcentrarán todas las ciudades del exceso de población, se irán formando otras ciudades comunales, en número equitativo, familias de la vida activa en todos los oficios, agricultura y ramos del saber, más los ayudantes de las casas comunales y consejeros, eligiendo el terreno adecuado por el cuerpo de ingenieros y similares de acuerdos con los planos, las instrucciones del Maestro que diseña. Estas ciudades comunales serán formadas mediante la incorporación de comunas en un ámbito territorial determinado a partir de las dinámicas funcionales y geohistóricas, con intereses y valores comunes, donde se ejecutan los postulados de soberanía y participación protagónica. A tales efectos se asumen en la Ciudad Comunal los procesos progresivos concretos, políticos, económicos, sociales, culturales y espaciales que fomenten políticas especiales de estímulo y soporte en cuanto a matriz de decisiones, competencias y recursos que podrían tener estas formas organizativas dentro de la estructura del Estado venezolano y sus distintas escalas de gobierno, vistas de forma integral y sistémica. Las Ciudades Comunales como formas de autogobierno deberán generar los mecanismos necesarios para convertirse en territorios de Paz, velando por hogares, relaciones familiares y sociales libres de violencia, discriminación y proceso de consulta pública reproducción de valores que atenten contra la dignidad humana, la convivencia pacífica y la defensa de la soberanía nacional. Así mismo, promoverán programas que garanticen la prevención integral, convivencia solidaria y Paz, con el fin de garantizar territorios libres de violencia en sus distintas modalidades, procurando la resolución pacífica de conflictos, la garantía de los derechos humanos con enfoque de género y la adecuada actuación ante emergencias y desastres. Las Ciudades Comunales desarrollarán políticas estructurales para garantizar la estabilidad, integridad, no violencia, el respeto, la tolerancia y la paz en el territorio de la Ciudad Comunal. En el régimen comunal se dispondrá de lugares de expansión y asueto donde puedan reunirse a recrearse a la par que a instruirse los habitantes de las ciudades y serán obsequiados, con las cosas que se dispondrán, de artículos convenientes a la salud y a ambos sexos. De igual manera, la asistencia médica y farmacéutica será de especial interés y sólo deben ejercerla los hombres y las mujeres de verdadera vocación y amor, pero los cuerpos médicos estarán aconsejados por buenos profesionales de la ciencia provistos por las casas comunales. La comuna, con sus cuerpos de ciencias y tecnologías, debe llegar cada día al mayor progreso de las cosas no adaptándose nunca a rutinas, pero es de su deber acabar con todos los medios de destrucción que la maldad nos ha legado, y en lo progresivo no se debe dejar hasta que el hombre sea verdadero director de máquinas que por fuerzas naturales y compuestas haga el esfuerzo bruto. Es de destacar que, aunque parezca contrario a la libertad, que no lo es y sí un equilibrio, no debe haber más en cada oficio, arte e industria que los necesarios al desempeño de la producción necesaria en todas las cosas, para esto, se escogerán por los maestros de las industrias y talleres los jóvenes más aptos y que demuestran vocación siendo los demás, destinados a lo más aptos de sus facultades, y nadie puede quejarse porque cada uno trae ya trazada su ocupación y la parte que tiene que desempeñar. Para la producción de alimentos en la comuna, con la ayuda del cuerpo de ingenieros agrónomos y afines señalarán las zonas para los diferentes cultivos y emplearán todos los mayores progresos para su mayor y mejor producción, así como para su conservación y elaboración más saludable; siendo siempre, la fuerza eléctrica y energía alternativa, el propulsor de las máquinas, así como para la locomoción, alumbrado. El régimen comunal anula el crimen y todos los males. Los establecimientos penales serán desde la implantación de la comuna, casas de corrección para los detenidos y previa enseñanza de la ciencia, virtudes y código de amor fraternal, se les ocupará en las faenas comunales no como presidiarios sino como corrigendos y se sacará el provecho de sus productos, serán hombres corregidos de su aberración, que fue ocasionado por una errada sociedad.
Dicho esto, y por cuanto la Comuna es la perfección de las humanidades y que es de entera necesidad a la vida de los seres, sus beneficios absolutamente comunales, siendo una locura querer privar de esos beneficios a ningún ser, sobreponiendo un hombre a otro, porque denota imposición maldad y, siendo la comuna todo es común de todos en igualdad y justicia, es imperante el mandato sin dilación y de manera rampante su implantación y que cada día que nuestros gobernantes retardan su cumplimiento, es aproximarse a que el pueblo implante con medidas más duras aunque poseído del amor, y así se dictamina: la comuna como medio para fraternizar.
A mis afables lectores y lectoras que leen este opúsculo, no me queda más que decirle que la "sabiduría consiste en sacar el menos del mal, y del bien el más" "Siempre más allá".
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