Diálogo y política: ¿El mandato?

Con este título José Vicente Rangel nos presenta, en su columna El Espejo Ultimas Noticias 17/12/2007, algunas ideas de su lectura de los resultados de la derrota electoral que el 2D recibiera el chavismo. Me atreveré a comentar algunas ideas presentes en este análisis de uno de los pocos hombres que ha conjugado sabiamente una gran trayectoria periodística con la política en los últimos tiempos en nuestro país.

Rangel plantea, como una de las premisas de sus ideas, que los venezolanos necesitamos dialogar. Aclarando a la vez que diálogo no significa traicionar los principios, reconciliación oportunista, ni borrón y cuenta nueva. Caramba pero resulta que precisamente sentarse en la mesa con la derecha de este país, que lidera la oposición, no puede hacerse sino traicionando los ideales de una revolución que desde sus inicios ha denunciado la exclusión de los pobres; la componenda de los partidos, quienes siempre decidieron dejando por fuera las opiniones y los intereses de sus seguidores; dialogar con esa derecha no significa otra cosa para ellos que olvidar los delitos comunes que han cometido muchos individuos desde sus filas y en nombre y representación de la oposición; en fin, no aceptará esa derecha fascista ningún tipo de diálogo que no contemple el borrón y cuenta nueva, sino para que carajo van a aceptar lo que desde los tiempos en que el mismo Dr. Rangel desde la mesa de dialogo se empeño en venderles, hablamos de hace más de 4 años atrás.

El articulista expresa, más adelante, que a pesar de las confrontaciones de las que venimos, nuestro pueblo no se caracteriza por acumular odios. Difiero totalmente de esta opinión, ya que considero que los hechos han demostrado de manera fehaciente que ciertamente existen odios acumulados entre los actores, acaso olvida el Dr. Rangel las diversas demostraciones de estos sentimientos que vimos y vivimos en la época del golpe de estado, en abril del 2002, continuados durante el paro petrolero, seguido de cerca por las guarimbas en el Este de la ciudad. Acaso el asesinato de Danilo Anderson, y las celebraciones que este concitó en las filas de la oposición no son muestras de odios acumulados, aún las imágenes del hombre animalizado gritando en la embajada de Cuba que “se comerían las alfombras” retumba en nuestras memorias. Quizás en lo que coincido es en que estos odios no son acumulados, más que acumulados han sido sembrados, porque ciertamente el pueblo chavista no ha acumulado odios, durante estos más de 500 años que lleva colonizado, sometido y explotado por quienes, aún siendo minoría, se hicieron del poder para el logro de sus fines olvidándose de los otros.

J.V Rangel como experimentado dirigente político sabe, más que nadie, que no es cierto que los guarimos electorales parejos del 2D indiquen que hay equilibrio entre chavismo y oposición, la derrota de la reforma constitucional no indica en absoluto que el chavismo esté parejo con la oposición, es tendencioso plantear esto, cualquier análisis de los más elementales permite ver que a pesar de la derrota del chavismo, es malicioso equipararlo en estos momentos con la oposición. Está por verse el surgimiento de una oposición en apariencia dispuesta a competir cívicamente como otro resultado del 2D, J.V.R. sabe, así como todos lo sabemos, que esa misma dirigencia opositora hubiese intentado incendiar el país si los resultados presentados por el CNE hubiesen sido favorables a la propuesta del Si, no hay que ser genio para saber esto, una persona con la experiencia y el conocimiento político de Rangel más que nadie lo sabe, negarlo es no apegarse a la verdad, algo que él como periodista siempre ha hecho.

En cuanto al ¿qué hacer? que plantea J.V.R, llama la atención que señala al principio lo que escribo es para chavistas pero cuando uno lo lee entiende que es para chavistas como Ismael García, Ramón Martínez, y quizás unos cuantos más que habrá por ahí pregonando el chavismo sin Chávez. La verdad, para cerrar estas notas, diré que no me anoto entre los que prefieren matarse, y si entre esa mayoría de venezolanos que queremos que este proceso de inclusión social, política, cultural, económica que la revolución bolivariana representa se consolide y profundice contando con el liderazgo del presidente Chávez. La paz, la estabilidad y el progreso lo han puesto y seguramente lo seguirán poniendo en peligro los intereses imperialistas, oligárquicos y derechistas de nuestra patria.

Siempre he sentido consideración y respeto por las opiniones de J.V.R, lamento reconocer honestamente que sus conclusiones, en la coyuntura que estamos viviendo, me parecen erradas y orientadas a derroteros contrarios a la revolución bolivariana.


carlolunarvelo@hotmail.com


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Carlos Luna Arvelo


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