“Ni un paso atrás”: Primero Justicia y La Ruleta Rusa

Pídeles sus títulos a los que te persiguen, pregúntales cuándo nacieron, diles que te demuestren su existencia.

Rafael Cadenas


Suele suceder, ante una situación límite, que quienes la viven comiencen a pensar en estrategias de último momento cuya principal característica estará signada por la urgencia, por una contingencia abrumadora, porque, en medio de la vorágine, la visibilidad se nubla. Entonces comienzan las torpezas, los saltos al vacío, los experimentos suicidas como ese paso arrepentido del que, habiendo atado una soga en su cuello, decide no acabar con su vida y retrocede sin calcular que un movimiento en falso lo llevará directo al otro mundo. Pero la desesperación lo domina y es el vértigo quien llega como una sombra para apoderarse de ese paso que lo salvaría, que lo traería de este lado y lo regresaría a su mundo gris. Ahora todo dependerá de la velocidad con que se actúe para evitar la caída y para ello, habrá que hacer varios intentos improvisados, aunque en uno de ellos se lleve consigo la silla que lo sostiene, la soga que lo ata y la vida que lo habita.

No hace falta hacer una sinopsis sobre lo acontecido el martes 5 de febrero en la Asamblea Nacional. Quienes vimos la sesión por la TV fuimos testigos de una tarde aciaga para la Oposición, representada en ese hemiciclo por varios partidos de lo que se ha denominado “la derecha venezolana”. El protagonista de todos ellos fue Primero Justicia, tolda que se ganó en su saldo negativo la vinculación de tres (3) de sus diputados con actos ilícitos de presunta corrupción administrativa. El presidente de la Asamblea mostró pruebas contundentes: copias de cheques emitidos a título personal que no fueron declarados ante el CNE o ante el SENIAT. Eso fue real, como también lo fueron las respuestas emitidas por los presuntos culpables y algunos de sus defensores. Sobre esa reacción quisiera puntualizar algunos aspectos en esta nota. Trataré de ser lo más concisa posible.

Llama poderosamente la atención la inatinencia de los argumentos esgrimidos esa tarde por parte de los señalados. Tomemos como ejemplo la acusación hecha por el Presidente de la Asamblea Nacional contra el diputado Richard Mardo. Si viésemos esa sesión como una performancia retórica de tipo judicial en la que se contrapone un acusador (Diosdado Cabello) y una defensa (Richard Mardo) podríamos destacar lo siguiente:

1.- ante la acusación, la defensa no responde sobre la materia que se juzga sino que desvía completamente la atención hacia otros tópicos con el propósito de distraer al auditorio y llevar la discusión hacia otros derroteros que se salen del tema; en este sentido, uno de los carteles que elevó el diputado Julio Borges: “Venezuela no es Cuba”, intentó cumplir dicha función distractora;

2.- si el acusador señala algo, la defensa intenta nivelar la acusación con otra imputación semejante, cuyo responsable es el acusador; es decir, el acusado busca identificarse con quien lo señala; por eso el diputado Richard Mardo, en vez de explicar el origen de los cheques, se limitó a decirle al diputado Diosdado Cabello que él también era corrupto y que para él era un honor ser acusado por el Presidente de la Asamblea; este recurso podría simplificarse en la siguiente premisa: “Yo soy corrupto, pero tú también lo eres, ergo: ambos somos corruptos”; esta es una evasión obvia de cualquier responsabilidad;

3.- ante una acusación grave, la defensa esgrime un argumento cuyo propósito residirá en demostrar su prestigio y su nobleza por encima de cualquier amenaza a su honra; eso explica las declaraciones emitidas en rueda prensa el día 6 de febrero por el diputado Richard Mardo; el argumento que salió a la superficie fue: “Yo preferí mantener mi honor y arriesgarme que aceptar el chantaje del diputado William Ojeda para que brincara la talanquera y empezara a desprestigiar a Capriles”; este argumento tampoco respondió la interpelación inicial: el origen de unos cheques no declarados y

4.- ante el señalamiento del acusador, la defensa intenta sacar otras cartas del juego que intentarían explicar la falta; los recortes de noticias en los que se anunciaban obras de Primero Justicia fueron más que locuaces, el diputado Mardo sabía que, ante una denuncia semejante, lo que correspondía era mostrar cuentas claras: registros de los cheques cuestionados, facturas, etc. En ninguno de los cuatro ejemplos señalados supra pudimos asociar la acusación con una respuesta coherente. Lo que vimos y apreciamos fue una performancia retórica en la que la digresión y el desvío de atención predominaron.

No hace falta ser muy ducho en análisis político para prever lo que vendrá por parte de la Oposición venezolana, concretamente del partido Primero Justicia. Nos esperan varios escenarios ante una investigación que ya está en curso y que parece que se resolverá con celeridad. Habrá una sucesión de eventos en nuestro país que intentarán distraer nuestra atención, minimizar la gravedad de la falta o generar otros eventos de igual o mayor magnitud. No es casual que un día antes (el 4 de febrero) emergiera un globo de ensayo: el cheque del Banco de Venezuela que portaba un supuesto ex funcionario iraní detenido en Alemania el 21 de enero. Tampoco es impensado que el mismo día de ayer, aparecieran unos afiches de una supuesta campaña electoral en los que se mostraba a Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello bajo el lema: “Juntos”. No es fortuito que los mismos aparecieran en Macaracuay, urbanización del Municipio Sucre. ¿Por qué no fueron colgados en el 23 de Enero, por ejemplo? –Ante este escenario actual solo nos queda esperar qué pasará con ese sujeto al borde de la cornisa que se dibuja al principio de esta nota. Sin pensarlo dos veces se me viene a la mente el juego de la Ruleta Rusa, una imagen que expresa perfectamente el desasosiego de quien atrae el gatillo y lo coloca junto a su sien. Habrá que esperar si la bala sale y todo se acaba. Habrá que esperar qué viene después.

caracolablue@gmail.com


@caracolablue

(*) Profesora de la Universidad de Los Andes-Venezuela

Licenciada en Lenguas Clásicas, Magíster en Lingüística y Candidata a Doctora en Lingüística


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Eva Flórez


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