La cadena presidencial que necesita Ledezma

El  alcalde mayor Antonio Ledezma, mejor conocido por el remoquete del “vámpiro”, está molesto porque  Chávez sólo le da dos raciones al día de cadena nacional.

“Nos falta la cadena de desayuno porque ya tenemos la del almuerzo y la de la cena” acotó. Por tanto, pide más.

Ledezma, rechaza las restricciones a la libertad de expresión, que según él, se le violenta al venezolano cuando el jefe de Estado se encadena más de una vez por día como lo ha venido haciendo en la última semana.

El vámpiro, no soporta que el venezolano sea informado de los proyectos y obras del gobierno revolucionario; en especial, en horas del mediodía y la cena porque eso lo indigesta y le produce insomnio; quiere la del desayuno también.

A decir del vámpiro “aquí lo que hay es un verdadero latifundio mediático” y en eso tiene razón Ledezma.

Basta con mover el control remoto del televisor, el dial de la radio y visitar los kioscos de revistas, para darse uno cuenta de la verdad de su aseveración al constatar la gran cantidad de medios de comunicación privados, en sus diferentes modalidades; muchos de ellos, en manos de un mismo dueño.

El vámpiro Ledezma, igualmente es asertivo cuando dice: “Cada vez que se hace una cadena, se invaden emisoras de radio y televisión y se priva de información a la gente”. Se le priva a la gente de información de marcas, productos, incitación al consumo y eso le duele y le mortifica, sino ¿de qué van a vivir los dueños de medios sino perciben los billetes de los anuncios y que a la sazón le son útiles a la derecha para la desestabilización del régimen?

El venezolano percibe que el proceso revolucionario se está profundizando. La derecha también lo percibe, lo vive y lo siente; pero a diferencia del pueblo, que lo disfruta y lo festeja; ellos la padecen y la maldicen.

Sabio el pueblo cuando dice: ¡Chávez los tiene locos!

La revolución que es gobierno y pueblo; pueblo y gobierno, ha descubierto una estrategia que tiene locos a los amos del valle y a toda la oligarquía nacional. Esa arma es la ofensiva. Ofensiva que no sólo se queda en palabras; sino que además se concreta en hechos.

La sabia decisión del comandante y de su pueblo en no quedarse dormido en los laureles del triunfo concluido el proceso eleccionario de noviembre pasado y hacer el llamado a referéndum para la reforma de la constitución, fue determinante para desmontar la matriz de opinión de la derecha que ya había comenzado a montar en torno a las gobernaciones que habían conquistado.

 Ese referéndum; su sólo anuncio, liquidó ese debate  y obligó a la oposición a salir a la batalla política nuevamente para enfrentar la ofensiva revolucionaria que a la postre se tradujo en victoria popular con la aprobación de la enmienda constitucional y derrota para ellos en su intento de sacar del juego electoral al presidente Chávez.

Pero la ofensiva continuó. De inmediato y después de anunciar desde el balcón del pueblo su consumación; su entrega total a la revolución, Hugo Chávez, se lanza con una serie de medidas como la eliminación de la pesca de arrastre; expropiaciones de latifundios; expropiación de empresas que usufructuaban servicios a la industria petrolera. Eduardo Samán y su lucha contra la especulación y desabastecimiento irrumpen en el escenario en defensa de la soberanía alimenticia después del refrescamiento de gabinete de inicios de año. Y lo más reciente, el tema del terrorismo mediático encarnado en Globovisión

En este sentido, el comandante asume el reto de acabar con esta mascarada de medio informativo; abriendo con ello una de las más feroces batallas que tendrá que librar junto a su pueblo en contra del Colegio Nacional de Periodista; de la mafia internacional de la Sociedad Interamericana de Prensa; de las grandes cadenas de noticias transnacionales y de toda la oligarquía mundial y nacional; batalla necesaria dentro de la estrategia para seguir golpeando por todos los flancos, sin descanso y sin piedad a la derecha venezolana capitalista.

Finalmente, nuestra solidaridad con el reclamo del vámpiro Antonio Ledezma. Exigimos, desde esta trinchera, que se oiga y se atienda su justo reclamo y el régimen lo complazca con una cadena más: la del desayuno, para que su despertar sea aún más infeliz.

¡El que tenga oídos, que oiga!

(*) Médico
elieceralvarado@hotmail.com


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Eliécer Alvarado Pulgar (*)

Médico y revolucionario.

 elieceralvarado@hotmail.com

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