Desde mi comuna

El gas letal del entretenimiento

Aquí se perciben los terribles efectos del gas letal del entretenimiento. Sus efectos, en realidad, se perciben en todas partes. Se perciben desde mucho antes de que apareciera en el espectro radioeléctrico venezolano, el nefasto y terrorista canal de noticias desde el imperio, conocido como Globovisión. Globovisión es el nombre de la señal abierta del canal de alcance metropolitano 33, ocupada por concesión que le hiciera el Estado venezolano a un consorcio de accionistas agrupados bajo la denominación de Corpomedios C.A. Cuando el Estado soberano de Venezuela, otorga una concesión para que sea operada por prestadores privados de servicios comunicacionales, como el caso de la mencionada corporación capitalista, no se está entregando la soberanía que el pueblo tiene sobre el espacio radioeléctrico.

 Se está otorgando temporalmente el uso de la señal, con la esperanza de que el servicio que se presta no vaya en detrimento de sus usuarias y usuarios. Que a través de ella no se les ofenda, que no se les agreda, que no les transmita valores antihumanos, cosificadores ni alienantes. En fin, que no sean propiciadores de una disociación, capaz de llevar a sus usuarios hasta a la comisión de actos criminales.

En fin, el Estado no sólo tiene la potestad de otorgar la concesión a solicitud de una persona natural o jurídica que lo soliciten para la prestación de un servicio que, por ahora, hasta puede tener fines comerciales. Tiene también la potestad y el deber de vigilar que el uso de ese espectro que es de todas y todos los venezolanos, se haga de acuerdo con los principios fundamentales sobre los cuales se funda la República, esta V República, bolivariana y revolucionaria, que construye ciudadanía como espacio para forjar la sociedad nueva, la sociedad socialista. Para ello se han creado leyes y organismos jurisdiccionales competentes, como el caso de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, y el correspondiente Directorio de Responsabilidad social, compuesto colegiadamente por representantes de distintos factores gubernamentales y no gubernamentales. Pero el asunto está, en la actualidad, en que muchos medios como Globovisión, se han creído dueños de la señal que se les otorgó temporalmente para prestar un servicio y la han asumido en su uso para apuñalearle los cerebros a las personas y, además, hacerlo con total impunidad. Basta de genocidio y de terrorismo mediático.

Venezuela está en revolución y la revolución se hace para acercar a la gente, al pueblo todo, al ejercicio de su poder soberano. Se hace esta revolución bolivariana y socialista, para cerrarle el paso a toda forma de dominación capitalista y a todas sus expresiones en el campo del pensamiento, en la acción ideológica que mantiene esclavizados a los pueblos.

Y ahora nos referimos casi exclusivamete al caso emblemático de Globovisión, pero el gas letal del entretenimiento es mucho más feroz y aniquilador cuando se reviste con el gracioso ropaje de la comedia, el chiste y la aparente neutralidad. El gas letal del entretenimiento está presente en todos los medios privados que se suscriben al dominio del capital. Hace falta detenerlos… o moriremos en el intento.

siglosocialista@hotmail.com



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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

 ivanpadillabravo@gmail.com      @IvanPadillaB

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