Otra vez el autosuicidio

Por más que se le dé vueltas filosóficas, científicas, doctrinarias o religiosas, no es posible encontrar razón comprensible que explique la persistente vocación autosuicida del oposicionismo nacional.

No hay, no existe sobre la Tierra, grupo humano, secta o tribu que practique de manera tan absoluta esa abnegada entrega al fracaso, ni que lo reivindique tan férreamente (como aquí lo hacen los escuálidos) como la fórmula inequívoca de su realización individual y colectiva.

Sin embargo, el rasgo más resaltante de este absurdo comportamiento no es solamente el afán por el disparate (que ya en verdad clama al cielo), sino la recurrencia en la autoacusación inconsciente en la que caen a cada rato. Razón por la cual es perfectamente posible sostener que son ellos, y solamente ellos, los únicos responsables de su exponencial pulverización cósmica.

La autoacusación inconsciente es quizá la más estúpida de las acciones que un individuo puede cometer como acto de agresión a su contrario, precisamente porque, además de la pérdida de su propia oportunidad en la confrontación, supone un incremento inevitable en la posición dominante de su contendor, en este caso de Chávez.

El affaire de "El hombre del maletín", en el que el tiro de la oposición le sale tan bochornosamente por la culata, recuerda inevitablemente aquella torpe campaña contra el Presidente en la que se lo acusaba de encubridor de Montesinos y que solamente hizo crecer la expectativa en un individuo totalmente desconocido para hacer más descomunal el ridículo en que quedaron cuando más tarde se descubrió que los encubridores no eran otros que sus propios compinches del golpismo.

Otro gran "autosuicidio" lo constituyó, sin duda alguna, la presentación del video donde aparecía el ministro Ramírez declarando a Pdvsa "roja rojita", lo que a la larga aportó más votos al Presidente que la misma campaña electoral del partido. Por eso Chávez tiene mucho que agradecerles a Gerardo Blyde y a sus compinches.

Así como los cirujanos plásticos están haciendo fortunas con la moda de los senos, los siquiatras podrían hacerse millonarios con este poco de locos.

aaranguibel@msn.com


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Alberto Aranguibel B.

Comunicador social e investigador. Conductor del programa Sin Tapujos, que se transmite por Venezolana de Televisión. Asesor Comunicacional y de Imagen en organismos y empresas públicas y privadas.

 albertoaranguibel@gmail.com      @SoyAranguibel

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