13 de junio de 2024.- Los tanques israelíes avanzaron hacia la parte occidental de Rafah el jueves mientras la ciudad era objeto de intenso fuego de helicópteros, drones y artillería en lo que los residentes describieron como uno de los peores bombardeos de la zona hasta el momento.
El ataque a Rafah ha expulsado a más de un millón de palestinos que se habían refugiado allí, obligándolos a desplazarse a zonas con poco o ningún acceso a alimentos, agua o refugio. La ONU ha advertido que se espera que más de un millón de personas “se enfrenten a la muerte y al hambre a mediados de julio”.
Habitantes de Rafah describieron el nivel de los combates como devastador.
"Hubo fuego muy intenso de aviones de combate, Apaches [helicópteros] y cuadricópteros, además de artillería israelí y acorazados militares, todos los cuales atacaban la zona al oeste de Rafah", dijo un residente a la Agence France-Presse.
Hamás dijo que sus combatientes estaban luchando contra las tropas israelíes en las calles de la ciudad, que se encuentra en la frontera sur de Gaza con Egipto.
En vísperas de la cumbre del G7, el jefe de ayuda humanitaria de la ONU, Martin Griffiths, pidió a los líderes de los estados miembros ricos e industrializados que actuaran para prevenir hambrunas provocadas por el hombre en Gaza y Sudán.
“La hambruna en el siglo XXI es un flagelo que se puede prevenir. Los líderes del G7 pueden y deben ejercer su influencia para ayudar a detenerlo”, dijo Griffiths. "Esperar una declaración oficial de hambruna antes de actuar sería una sentencia de muerte para cientos de miles de personas y un ultraje moral".
"En Gaza, se espera que la mitad de la población -más de un millón de personas- se enfrente a la muerte y al hambre a mediados de julio", afirmó. “En Sudán, al menos 5 millones de personas también están al borde de la hambruna”.
