(De la Dinamita a la Búsqueda de Santidad)

La Paradoja Inevitable: El Clavo de Titanio, el Premio de la Paz 2025 y el Retorno al Alfred No Redimido

Introducción: La paradoja original

La tensión fundamental que define los Premios Nobel nace de su propio creador: Alfred Nobel, un hombre que acumuló su fortuna mediante inventos diseñados para la destrucción y que, según la narrativa oficial, buscó redimirse en sus últimos días destinando esa misma fortuna a premiar contribuciones a la humanidad. Este artículo argumenta que la concesión del Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado representa un regreso al Nobel original—no al redimido, sino al "mercader de la muerte" que supuestamente repudió su propio legado destructivo. Lejos de honrar el espíritu de construcción de paz, esta decisión parece alinearse con intereses geopolíticos contemporáneos que magnifican conflictos en lugar de resolverlos, clavando así el último clavo en el ataúd de la credibilidad del premio.

1. Alfred Nobel: del explosivo a la redención fallida

1.1 El origen de una fortuna controvertida

Alfred Bernhard Nobel (1833-1896) fue un químico, ingeniero e inventor sueco cuya vida estuvo marcada por una contradicción fundamental. Nobel registró 355 patentes a lo largo de su vida, pero su invento más famoso—la dinamita de 1867—revolucionó tanto la industria minera como la guerra moderna. Al estabilizar la nitroglicerina mediante su absorción en kieselguhr (tierra de diatomeas), Nobel creó un explosivo más manejable y seguro que pronto se utilizaría ampliamente en conflictos bélicos. Este invento, junto con otros como la gelignita (1875) y la balistita (1887), cimentó su inmensa fortuna como fabricante de armamento y propietario de la empresa Bofors, que reconvirtió de productora de hierro y acero a fabricante de cañones y otros armamentos.

La conciencia de Nobel sobre el potencial destructivo de sus inventos se agudizó tras un accidente en 1864 en una de sus fábricas, donde una explosión de nitroglicerina mató a cinco personas, incluido su hermano menor Emil. Este evento marcó profundamente a Nobel y generó fuertes críticas públicas contra sus negocios, aunque no detuvo su expansión industrial. La paradoja de un hombre que se describía a sí mismo como pacifista pero que amasaba una fortuna con la fabricación de armamento sería central en su crisis existencial posterior.

1.2 El obituario que cambió todo (¿realmente?)

La narrativa tradicional sostiene que en 1888, ocho años antes de su muerte, Nobel vivió un episodio crucial: la publicación accidental de su obituario en un periódico francés, que confundió su muerte con la de su hermano Ludvig. El texto lo denominó "El mercader de la muerte ha muerto" y proseguía: "Dr. Alfred Nobel, quien se enriqueció encontrando formas de matar a más personas más rápido que nunca antes, murió ayer". Según esta versión, Nobel, consternado por cómo sería recordado, se inspiró para cambiar su testamento y destinar su fortuna a crear los premios que llevarían su nombre.

Sin embargo, los historiadores han cuestionado la veracidad de esta anécdota. No se ha encontrado el obituario original en los archivos periodísticos franceses, lo que lleva a algunos especialistas a considerar que podría tratarse de un mito construido a posteriori para dar una explicación dramática a su decisión. Lo cierto es que, más allá de esta anécdota, Nobel mantuvo correspondencia con la pacifista Bertha von Suttner—quien luego ganaría el Nobel de la Paz en 1905—y esta relación probablemente influyó en su visión sobre la paz mundial y su legado.

2. La fundación de los Premios Nobel: entre la intención y la contradicción

2.1 El testamento que sorprendió al mundo

El 27 de noviembre de 1895, Alfred Nobel firmó su último testamento en el Club Sueco-Noruego de París, estableciendo que su fortuna se invirtiera en valores seguros y que los intereses se distribuyeran anualmente "entre aquellos que durante el año precedente hayan conferido el mayor beneficio a la humanidad". El testamento especificaba cinco categorías: Física, Química, Fisiología o Medicina, Literatura y Paz, esta última para quien "haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz".

La elección del Comité Noruego del Nobel para seleccionar al ganador del Premio de la Paz, mientras las demás categorías serían adjudicadas por instituciones suecas, reflejaba la relación particular de Nobel con Noruega—entonces unida a Suecia—y posiblemente su desconfianza hacia los círculos de poder suecos. Nobel nunca explicó por qué quiso que este premio se entregara en Oslo, pero se especula que consideraba que el parlamento noruego, con competencias limitadas en política exterior, estaría menos expuesto a manipulaciones gubernamentales.

2.2 La puesta en marcha del premio

La ejecución del testamento enfrentó numerosos obstáculos: disputas familiares, cuestionamientos legales y el escepticismo de las instituciones designadas. Los albaceas Ragnar Sohlman y Rudolf Lilljequist tuvieron que crear la Fundación Nobel en 1900 para gestionar la fortuna y organizar la adjudicación de los galardones. Finalmente, los primeros Premios Nobel se entregaron en 1901, en el quinto aniversario de la muerte de Nobel.

Desde sus inicios, el Premio Nobel de la Paz mostró su singularidad al entregarse en Oslo—no en Estocolmo como los demás—y por su naturaleza inherentemente política. Los primeros galardonados, Henry Dunant (fundador de la Cruz Roja) y Frédéric Passy (cofundador de la Unión Interparlamentaria), establecieron el amplio espectro de trabajos reconocibles: desde el humanitarianismo hasta la diplomacia.

3. La brecha entre el ideal y la realidad: controversias del Nobel de la Paz

3.1 Premios polémicos a lo largo de la historia

A lo largo de más de un siglo, el Premio Nobel de la Paz ha estado sujeto a controversias que reflejan su naturaleza política. La siguiente tabla muestra algunos de los galardonados más controvertidos:

| Año | Galardonado | Motivo de la controversia |

|---|---|---|

| 1973 | Henry Kissinger y Le Duc Tho | Por los Acuerdos de Paz de París sobre Vietnam, criticado por el historial de Kissinger en operaciones militares secretas. Le Duc Tho rechazó el premio. |

| 1994 | Yasser Arafat, Shimon Peres e Isaac Rabin | La inclusión de Arafat, líder de la OLP, provocó la dimisión de un miembro del comité noruego. |

| 2009 | Barack Obama | Premiado de forma prematura, solo 9 meses después de asumir la presidencia, sin logros concretos de paz consolidados. |

| 2019 | Abiy Ahmed | Reconocido por los acuerdos de paz con Eritrea, pero luego empañado por el conflicto en Tigray con acusaciones de crímenes de guerra. |

Estos casos ilustran el riesgo inherente de premiar procesos de paz inconclusos o figuras políticas cuyas acciones posteriores pueden contradecir el espíritu del galardón. La concesión a Barack Obama en 2009 resultó particularmente controvertida, ya que el Comité Noruego del Nobel reconoció sus "extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional" mientras su administración mantenía operaciones militares en múltiples frentes. Este premio, considerado por muchos como prematuro y politizado, erosionó la credibilidad del galardón al asociarlo con expectativas más que con logros concretos.

3.2 La manipulación política del premio

El Nobel de la Paz ha sido utilizado recurrentemente como instrumento político, ya sea para presionar en negociaciones internacionales, legitimar gobiernos o influir en disputas geopolíticas. La elección de figuras como Theodore Roosevelt (1906), aún en ejercicio como presidente de Estados Unidos, sentó un precedente peligroso al premiar a actores políticos con capacidad de influir en conflictos internacionales.

Esta tendencia se ha acentuado en el siglo XXI, donde el premio frecuentemente respaldaba una visión particular del orden mundial en lugar de reconocer esfuerzos genuinos de paz. La falta de transparencia en el proceso de nominación—los records se mantienen en secreto durante 50 años—y la composición del comité noruego, cuyos miembros reflejan inevitablemente los equilibrios políticos del parlamento que los nombra, añaden opacidad a decisiones ya de por sí controvertidas.

4. El Nobel de la Paz 2025: el regreso al espíritu original no redimido

4.1 El contexto de la premiación: Soberanía vs. Injerencia

La concesión del Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado se produce en un contexto geopolítico marcado por la transición hacia un orden multipolar y los esfuerzos de las élites globales tradicionales por mantener su influencia. Venezuela, como país con una de las mayores reservas petroleras demostradas del mundo, representa un botín estratégico en esta disputa silenciosa.

El Comité Noruego del Nobel fundamentó el galardón en la "incansable labor [de Machado] en la promoción de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha para lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia". Esta narrativa, sin embargo, es la supuesta historia de Venezuela y el manido discurso del radicalismo opositor –un grupito traidor y apátrida–, percibida desde Caracas y por aliados internacionales como una clara injerencia en los asuntos internos del país. La reacción de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue emblemática al declarar, sin comentar el premio directamente, que México "siempre respetará la soberanía y la autodeterminación de los pueblos" . Esta postura refleja la de un sector importante de la región que defiende el principio de no intervención.

Lejos de promover "la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz" , esta decisión es vista por el gobierno venezolano y sus simpatizantes como un acto que incentiva la confrontación. Esto es particularmente crítico en un momento donde, como señala tu artículo, existen esfuerzos y disposición al diálogo desde la firme posición de la Diplomacia de Paz venezolana, una política de Estado que cuenta con el respaldo de una amplia base de partidos políticos, instituciones y personalidades nacionales, en defensa de la soberanía. Al honrar a una figura que ha solicitado abiertamente sanciones internacionales y que se encuentra en el centro de un conflicto político no resuelto, el Comité Noruego no solo ignora los criterios establecidos por Alfred Nobel, sino que activa un mecanismo de tensión en una situación ya de por sí volátil.

4.2 La ruptura con el espíritu redentor

La narrativa tradicional nos presenta un Alfred Nobel supuestamente arrepentido que, tras tomar conciencia del daño causado por sus inventos, decide redimirse mediante la creación de los premios. El Nobel de la Paz 2025 representa una regresión a la fase pre-redención de Alfred Nobel: no al inventor consternado por su legado, sino al industrial que proveía instrumentos de destrucción sin asumir plena responsabilidad por sus consecuencias.

Al igual que la dinamita de Nobel fue utilizada tanto para construcción como para destrucción, el Premio Nobel de la Paz puede emplearse para edificar puentes o profundizar fracturas. En este caso, la decisión sobre María Corina Machado parece inclinarse hacia lo segundo, al premiar a una figura que simboliza la confrontación en un escenario donde múltiples actores—incluido el gobierno venezolano—habían avanzado hacia procesos de diálogo y negociación.

5. La esfera cuántica geopolítica: cargas y contra-cargas

5.1 El juego de gallina geopolítico

La decisión del Comité Noruego se produce en medio de lo que analistas han descrito como un "juego de gallina" (Chicken Game) político entre Washington y Caracas, donde ambas partes escalan la confrontación pero evitan por ahora una colisión frontal . En este escenario, el premio actúa como una carga energética adicional que altera el equilibrio already precario de fuerzas.

Mientras Estados Unidos ha escalado su postura regional con un despliegue naval-aéreo en el Caribe—el más robusto desde 1994—y anuncia acciones contra "carteles de narcotráfico" , Venezuela responde con la activación de zonas de defensa integral y ejercicios militares como la Operación Independencia 200 . En este contexto de alta tensión, el Nobel otorgado a Machado funciona como un elemento desestabilizador que carga aún más las esferas de este conflicto artificialmente alimentado.

5.2 Reacciones internacionales: la medición de cargas

Las reacciones globales al premio reflejan la polarización del escenario internacional. Por un lado, figuras como Emmanuel Macron han felicitado a Machado describiéndola como alguien que "encarna brillantemente la esperanza de todo un pueblo" , mientras Javier Milei elogió su "enorme lucha por la defensa valiente de la libertad" . Del otro lado, Donald Trump—quien aspiraba al galardón—expresó su frustración a través de su portavoz, quien afirmó que "el Comité Nobel ha demostrado que antepone la política a la paz" .

La misma división se observa en América Latina, donde la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum optó por el silencio comentado, recordando que México "siempre respetará la soberanía y la autodeterminación de los pueblos" , mientras el presidente colombiano Gustavo Petro confió en que el premio contribuya al "diálogo" para la "paz" .

Estas reacciones contrapuestas evidencian cómo el Nobel de la Paz 2025 ha sido absorbido por la grieta geopolítica global, lejos de cualquier ideal de construcción de paz y más cerca de la confrontación entre visiones antagónicas del orden internacional.

6. La construcción narrativa y la memoria histórica

6.1 La manipulación de la historia

La anécdota del obituario que habría inspirado a Nobel—sea verdadera o mitificada—ilustra cómo las narrativas históricas se construyen y manipulan para servir a intereses particulares. Del mismo modo, la decisión sobre el Nobel 2025 forma parte de una guerra cognitiva más amplia donde se disputa el relato sobre conflictos contemporáneos. El premio no solo reconoce un esfuerzo de paz, sino que construye una verdad oficial sobre quiénes son los "buenos" y los "malos" en un conflicto determinado.

Esta instrumentalización del premio para reescribir la historia en tiempo presente resulta particularmente preocupante cuando examinamos el contexto venezolano. Al otorgar el galardón a una figura opuesta al gobierno, se invisibilizan los complejos procesos de diálogo que han tenido lugar y se enaltece una posición maximalista que rechaza la negociación con el adversario político. Esta dinámica recuerda al Nobel original, quien solo al final de su vida habría comprendido la necesidad de trascender las lógicas de confrontación que habían definido su carrera.

6.2 El premio como instrumento de poder

Lejos de su idealizado papel como faro de humanismo, el Nobel de la Paz ha funcionado con frecuencia como herramienta de soft power en la arena internacional. Los países nórdicos, a través del comité noruego, han utilizado el premio para proyectar su visión particular del orden internacional y los valores democráticos. En el caso del Nobel 2025, esta dimensión se hace particularmente evidente, ya que el galardón respalda abiertamente a un sector político específico en un país soberano, cuestionando la legitimidad de las instituciones venezolanas.

Esta instrumentalización refleja una visión paternalista de las relaciones internacionales donde las potencias tradicionales se arrogan el derecho de definir qué actores merecen reconocimiento en otros países. Lejos de honrar el testamento de Nobel, que especificaba que no debía tenerse en cuenta "la nacionalidad de los candidatos, sino que sean los más merecedores los que reciban el premio", esta decisión parece guiada por consideraciones geopolíticas que poco tienen que ver con la construcción genuina de paz.

Conclusión: Cosas veredes, Sancho

La concesión del Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado representa mucho más que una decisión controvertida: simboliza la muerte definitiva del espíritu redentor que supuestamente inspiró a Alfred Nobel a crear estos galardones. Al honrar a una figura que encarna la confrontación en un escenario de alta tensión política, el Comité Noruego no solo traiciona el testamento de Nobel, sino que regresa al origen no redimido del inventor—aquel "mercader de la muerte" que tantas preocupaciones le generara.

Al igual que la dinamita de Nobel, el Premio Nobel de la Paz puede servir para construir puentes o volarlos por los aires. En 2025, parece haberse optado por lo segundo, clavando así el último clavo de titanio en el ataúd de un ideal que, quizás, siempre estuvo más mitificado que realizado.

Como bien reza la expresión que popularizó el Quijote—y que originalmente surge del Cantar del Mío Cid—"Cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras" . Estamos siendo testigos de cómo se quiebra la esfera de Bloch de la diplomacia internacional, cómo se redistribuyen las cargas cuánticas del poder global, y cómo un premio que pretendía honrar la paz se convierte en instrumento de confrontación.

La historia juzgará esta decisión no solo por sus intenciones declaradas, sino por sus consecuencias reales en la vida de millones de venezolanos atrapados en una crisis que merece soluciones de paz, no instrumentos de confrontación. No creo que ese "premio" de consolación logre tranquilizar la Megalomanía de la actual "premiada"; lo más probable es que el mismo contribuya a la ambición desmedida y su gran dicotómica moral del homónimo y creador del mismo.

Como sociedad global, enfrentamos el desafío de reconstruir una memoria histórica que resistirá los embates de la manipulación narrativa, recordando que la verdadera paz no se construye premiando a una de las partes en conflicto, sino reconociendo la humanidad compartida que subyace en toda controversia política. En este sentido, el Nobel 2025 representa una oportunidad perdida—quizás la definitiva—para que el premio honre su fundación redentora. Esperemos que ahora la sorpresa no proceda del Vaticano *Dios mediante* En un movimiento hipotético distopico.... Las Hermanas Ursulinas y las Causas de Santidad...

Las religiosas suficientemente facultadas de la Academia Merici pertenecen a la orden de las Hermanas Ursulinas (de la Unión Romana), inspiradas en el carisma de Santa Ángela Merici.

Si la orden religiosa (como las Hermanas Ursulinas) considera que una exalumna llevó una vida de santidad ejemplar, sí puede solicitar el inicio de su causa de beatificación o canonización ante la Santa Sede. Dios nos agarre confesados; por supuesto pido excusas de mi travesura intelectual que en esta exageración pedagógica hubo que mencionar a las religiosas fieles a sus votos, un trance que afortunadamente es un ejercicio distopico •∆

Hemos jurado vencer y venceremos.



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Lorenzo Angiolillo Fernández


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