Abarca templos, viviendas, depósitos de agua, estanques para peces y un muelle de 125 metros. Todo lo que se sabe.
Frente a la costa de Alejandría: una ciudad sumergida de más de 2.000 años de antigüedad, que incluye templos y estatuas que permanecen intactas.
Este complejo monumental, que abarca templos, viviendas, depósitos de agua, estanques para peces y un muelle de 125 metros, ofrece una visión sin precedentes de la vida antigua bajo las aguas del Mediterráneo.
Los expertos creen que este sitio es una extensión de la antigua ciudad de Canopo, célebre durante las épocas ptolemaica y romana por su riqueza y sus excesos. Canopo fue un centro importante para el culto al dios Serapis, una divinidad creada por Ptolomeo I para unificar las culturas griega y egipcia, y que se convirtió en el patrón de Alejandría, expandiendo su influencia por todo el Mediterráneo.
Hallazgo monumental: descubrieron una ciudad sumergida de más de 2.000 años. (Gentileza)
El filósofo romano Séneca la describió como un "enclave de lujo y vicio", aunque también señaló que "nada impedía llevar allí una vida sobria".
Los descubrimientos revelan un alto nivel de planificación urbana y economía, evidenciado por:
· Templos de piedra caliza.
· Viviendas privadas.
· Talleres artesanales.
· Depósitos de agua potable tallados en la roca.
· Estanques para la cría de peces.
El ministro de Turismo y Antigüedades, Sherif Fathi, enfatizó que, aunque hay muchísimos elementos bajo el agua, sólo se están recuperando piezas seleccionadas bajo criterios estrictos, dejando el resto como parte integral del patrimonio subacuático. La extracción de las reliquias fue un proceso meticuloso que involucró a buzos y grúas para asegurar que las estatuas emergieran intactas.
La ciudad de Imet, que floreció en la época tardía del antiguo Egipto, ha sido redescubierta por arqueólogos británicos gracias a imágenes satelitales. Entre los hallazgos destacan viviendas en forma de torreones o un templo dedicado a la diosa cobra Uadyet.
"Este descubrimiento abre nuevas puertas a nuestra comprensión de la vida cotidiana, la espiritualidad y la planificación urbana en el Delta", afirma el egiptólogo Nicky Nielsen que dirige la excavación.
Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto
El antiguo Egipto sigue ofreciéndonos tesoros del pasado que vuelven al presente. Ahora, una ciudad olvidada durante más de veinte siglos ha vuelto a la luz en el corazón del delta del Nilo. Se trata de Imet, un asentamiento urbano de la Baja Época egipcia que ha sido descubierto en la zona de Tell el-Fara’in (actual Sharqia) por un equipo internacional de arqueólogos liderado por la Universidad de Manchester.
Las excavaciones han revelado múltiples sorpresas arqueológicas: entre ellas, casas torre de varios pisos, estructuras de almacenamiento, restos de una calzada ceremonial y, quizá el más llamativo, un templo consagrado a la diosa cobra Uadyet, protectora del Bajo Egipto.
La riqueza arquitectónica y simbólica del enclave sugiere que Imet fue un núcleo clave en el comercio, la religión y la vida cotidiana del Egipto tardío, comparable a otras grandes capitales regionales. Este hallazgo no solo reescribe el mapa arqueológico del país, sino que plantea nuevas preguntas sobre el papel de estas ciudades en el equilibrio de poder del imponente mundo faraónico
Al noreste de El Cairo se encontraba en el siglo IV a.C. una de las ciudades históricas más importantes del delta del Nilo en Egipto.
Imet se convirtió en un importante centro residencial y comercial y un enclave de peso en cuanto a agricultura en la encrucijada de importantes rutas comerciales.
Gracias a las excavaciones en Tell el-Fara’in (también conocida como Tell Nabasha) en una misión dirigida por el arqueólogo Nicky Nielsen, de la Universidad de Manchester, los expertos han podido redescubrir esta antigua ciudad y aumentando nuestra comprensión de su vida urbana, religiosa y económica.
Las estructuras descubiertas mediante la combinación de teledetección con arqueología de campo, corresponden a casas con forma de torre (torreones de varios niveles), un estilo arquitectónico típico del Bajo Egipto entre el Período Tardío (664-332 a. C.) y la ocupación romana.
Estos edificios de varias plantas sostenidos por muros de cimentación excepcionalmente gruesos fueron diseñados para albergar familias numerosas o grupos de trabajadores en una ciudad que estaba en constante crecimiento (y cada vez más urbanizada).
"Estas casas-torre son poco comunes en otras partes de Egipto", afirmó Nielsen. "
Su presencia aquí demuestra que Imet era una ciudad próspera y densamente edificada con una compleja infraestructura urbana".
Se descubrieron igualmente varias partes de un templo dedicado a la diosa cobra Uadyet localizado en el corazón de la ciudad.
Se trata de una de las diosas más antiguas de la mitología egipcia; era considerada la personificación del Bajo Egipto e incluso en los textos de las Pirámides se sugiere que esta diosa creó la primera planta de papiro y el pantano primordial con el que crecería la sociedad egipcia. De ahí que esta misma planta sea la planta heráldica del Bajo Egipto.
Los arqueólogos han desenterrado una amplia plataforma de piedra caliza flanqueada por los restos de dos gigantescas columnas de adobe, antaño revestidas con estuco brillante.
Estas imponentes estructuras formaban parte de un edificio erigido directamente sobre la vieja vía procesional que unía el santuario de Uadyet con otro templo tardío, según explican los expertos.
Este antiguo paseo ritual dejó de emplearse hacia mediados del período ptolemaico (siglo III a.C.), un indicio claro de que la ciudad experimentó profundas transformaciones urbanísticas y ceremoniales en aquel entonces, apunta Mohamed Abdel Badie, director del Sector de Antigüedades Egipcias.
Piezas destacadas
Otros descubrimientos en la que fuera antigua capital de la decimonovena provincia del Bajo Egipto, incluyen una zona pavimentada para el procesamiento de grano y corrales para animales, lo que apunta a una economía local activa, además de su importancia religiosa. Y también objetos que hablan de una ciudad vibrante y sagrada:
Una estela del dios Harpócrates (Horus niño) con iconografía protectora, un ushtebi de loza verde de la dinastía XXVI o un sistro de bronce adornado con las dos cabezas de Hathor, diosa de la música y la alegría.
Los hallazgos más destacados
· Una estatua decapitada de época ptolemaica.
· La base de una estatua perteneciente a un noble romano.
· Estatuas de figuras reales y esfinges prerromanas, incluyendo un ejemplar con el cartucho de Ramsés II, uno de los faraones más célebres del Antiguo Egipto.
· Un barco mercante, anclas de piedra y una grúa portuaria en el sitio del muelle de 125 metros, que funcionó como puerto para embarcaciones pequeñas en las épocas romana y bizantina.
La ciudad y el cercano puerto de Heracleion quedaron sumergidos bajo las aguas por terremotos y el ascenso progresivo del nivel del mar entre los siglos III y VIII d.C., consolidando este sitio como uno de los hallazgos subacuáticos más relevantes del Mediterráneo.
Hallazgo monumental: descubrieron una ciudad sumergida de más de 2.000 años. Este descubrimiento cobra una relevancia adicional al considerar que la Alejandría moderna enfrenta una amenaza similar.
La ciudad se hunde más de tres milímetros al año debido al asentamiento natural del delta del Nilo y la sobreexplotación de acuíferos.
La ONU advirtió que, incluso en el escenario más optimista, un tercio de la ciudad podría estar sumergido o inhabitable para 2050, lo que implicaría el desplazamiento de cientos de miles de personas y pondría en riesgo barrios históricos.
Este legado sumergido no sólo es un tesoro del pasado, sino también un sombrío recordatorio de los desafíos que enfrenta la ciudad en el presente.
NO SE DEBE SER DÉBIL, SISE QUIERE SER LIBRE