Un avión A400M está a punto de aterrizar en la base militar de Torrejón transportando los restos mortales del rey emérito fallecido la pasada madrugada en Abu Dabi. Se especula que inesperadamente sufrió un cólico miserere tras participar de un opíparo banquete servido en su honor en la residencia palaciega del emir Mohamed bin Zayed. Se hace realidad entonces ese refrán tan español que reza "de grandes cenas están las sepulturas llenas"
Los hados del destino no perdonan. Los restos mortales de su majestad convenientemente embalsamados fueron embarcados en un avión A400M del ejército del aire español con destino a la base aérea de Torrejón. Pero lo que no se cuenta es que han sido necesarios no uno sino dos aviones para transportar la totalidad de su ajuar funerario que superaba las 80 toneladas. Entre los que caben destacar innumerables regalos de sus "hermanos" árabes, baúles con oro y piedras preciosas, perlas, alhajas, cajas fuertes con divisas, incunables obras de arte, caballos pura sangre, varios coches de alta gama Rolls Royce, Maserati o Ferrari Testarossa, y hasta camellos de competición valorados en 2.5 millones de euros.
Existen una serie de cronistas encargados de manipular los hechos históricos y blanquear al régimen absolutista borbónico. Los medios de comunicación pro monárquicos manejan un relato favorable; los encumbran y ponderan y encima hacen apología de todas sus fechorías. Sufrimos taras incurables como la amnesia colectiva que nos hace muy vulnerables.
El rey emérito está protegido por los partidos mayoritarios PSOE, PP y Vox y es inimputable e inviolable, no está sujeto a responsabilidad pues es más divino que humano. Por lo tanto si por algún motivo se les critica algún comportamiento "indecoroso" inmediatamente culparán a esa chusma antiespañola de urdir una conspiración en su contra. Con la monarquía es necesario cerrar filas por el bien de la democracia y el estado de derecho.
El melodrama no solo se desarrolla en España sino también en el Golfo Pérsico, en ese desierto calcinante donde el patriarca de la dinastía borbónica por culpa de sus "travesuras" financieras se vio obligado a exiliarse tras abdicar al trono a favor de su augusto hijo. Los escándalos de corrupción, tráfico de influencias y comisiones no se pueden ocultar a pesar de que haya contratado a los mejores abogados. Aunque Jurídicamente es inimputable, es un ser engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el padre. Nuestro adalid ha tenido que refugiarse en los Emiratos Árabes como medida de protección ante el acoso político que sufre por parte de la oposición de izquierdas; republicanos, bolcheviques y separatistas que ponen en peligro la estabilidad de la monarquía borbónica. Pero tenemos que reseñar que ya habían existido antecedentes de este tipo cuando en el 2009 su hija la alteza real la infanta y su esposo tuvieron que escapar a Washington aconsejados por los abogados de la Casa Real. En un desesperado intento por eludir las pesquisas del juez Castro quien los perseguía por los tejemanejes financieros del caso Nóos: malversación, prevaricación, fraude, delitos fiscales y tráfico de influencias (el defenestrado fue del duque de Palma por su "comportamiento poco ejemplar" aunque él solo cumplía las órdenes del capo de la cosa nostra que despachaba en el palacio de la Zarzuela)
Pero los rumores que llegan desde el Golfo Pérsico son muy preocupantes pues fuentes extraoficiales aseguran que el rey emérito está deprimido y de capa caída; su estado de salud es crítico ya que se pasa las noches en vela embuchado de barbitúricos para capear el temporal. Ya no aguanta más, se siente un apátrida, lo embarga la nostalgia y esos recuerdos de esos tiempos cuando todas sus órdenes se cumplían a rajatabla "a la orden de vuestra majestad, a mandar"- empezando por su principal debilidad exigir las más bellas damiselas para relajarse de tan estresantes asuntos de estado. No es de extrañar que este brioso semental necesite calmar su libido desbocada con sus amantes, mozas de dudosa reputación y escorts de alto standing. Pero todas estas aventuras entrañaban un alto riesgo pues muchas furcias amenazaron con revelar fotos y grabaciones del soberano en plena faena amatoria sino eran recompensadas con millonarias sumas de dinero. Chantajes que se tuvieron que pagar a costa de los fondos reservados de los Presupuestos Generales del Estado. Ha dejado una España hipotecada por culpa de sus encuentros erótico festivos.
Y es que nuestro se aprovechaba de los privilegios de tan alta investidura aparte de estar protegido por el servicio de inteligencia CECID, la policía y la Guardia Civil. Los agentes y los oficiales se cuadraban ante él firmes como mandan los cánones: "a la orden de vuecencia mi capitán general" -y rodilla en tierra- beso sus pies. ¿Se le ofrece vuecencia alguna cosa más? ¿Con vuestro permiso me puedo retirar? Como quien frota la lámpara maravillosa de Aladino todos sus deseos se cumplían sin rechistar.
Pero ha cometido tantos delitos que prácticamente es imposible ocultarlos tras un tupido velo. "Porque la justicia es igual para todos" No obstante la fiscalía intenta lanzarle un salvavidas y el ministerio público se ha dado seis meses para continuar las pesquisas sobre la fortuna oculta muy seguramente a nombre de testaferros en paraísos fiscales. Aunque la intención sigue siendo la de archivar el caso pues poner en duda la honorabilidad del rey es una ofensa imperdonable. Él es víctima de una conspiración judeo masónica pues ya ha superado investigaciones judiciales que lo han absuelto sin cargos y declarado inocente. El rey no ha cometido ningún delito y judicialmente está limpio de todos los cargos y las acusaciones de malversación. No hay caso los técnicos de hacienda dudan de la residencia fiscal del rey emérito y exigen que "la Agencia Tributaria tiene el deber de abrir una investigación" "Debe presentar en España el IPRF y el impuesto de patrimonio" Se le acusa de defraudar a la hacienda española 14,7 millones de euros (una suma completamente irrisoria)
El rey emérito es una figura muy reverenciada en los países del Golfo Pérsico y Arabia Saudita. Los jeques, los califas, los emires, visires, cheikh y reyes autoritarios lo han adoptado como si se tratara de un hermano de sangre. Abddullah Bin Abdulaziz se consagró como el primer benefactor del rey emérito cuya inestimable mediación fue clave para que las empresas españolas ganarán la licitación de la construcción del AVE a La Meca (donde estaban en juego 7.000 millones de euros) Por sus grandes dotes de lobista la monarquía de Arabia Saudita lo premió con una comisión de 280 millones de dólares. El rey como "embajador de la paz" favoreció el "diálogo interreligioso" entre oriente y occidente y por sus desvelos recibió otros 100 millones de dólares (que se depositó en la fundación Lucum) No sabía qué hacer con tanto dinero en sus manos así que en un gesto de magnanimidad transfirió 65 millones de euros a su consejera amante la princesa Corinna Zu Sayn-Wittgesntein como recompensa a sus servicios prestados a la corona. El príncipe heredero Bin Salman, quien mandó asesinar al periodista Kashoggi, lo considera más que un padre y siempre está pendiente de solventar cualquier problema que se le presente a su majestad. España se ha encargado de blanquear la tiranía teocrática Saudita señalada de violar los derechos humanos y sus relaciones con al Qaeda. España ha preferido mantener un silencio cómplice con tal de materializar importantes negocios como el contrato de venta de 270 carros de combate Leopard -por unos 3000 millones de euros- estrechando así aún más la dependencia económica con Arabia Saudita que es uno de sus principales suministradores de petróleo.
Su majestad el rey emérito reside en Abu Dabi en un palacio de 1.700 metros cuadrados -cuyo costo en el mercado es de 11.000.000 de euros- que le cedió el jeque Mansur, hermano del jeque Jalifa bin Zayed, y que en el 2008 adquirió el club de fútbol Manchester city. Su palacio de ensueño está enclavado en una isla con embarcadero, helipuerto, playa privada, mega piscina, hamam y SPA. La familia real de Abu Dabi es una de las más ricas del mundo con una fortuna de 323.900 millones de dólares, activos personales y fondos soberanos. El rey emérito está atendido por un numeroso séquito entre los que se incluyen guardaespaldas, agentes secretos del CNI español y médicos personales. Toda esta un área está vigilada celosamente por las fuerzas armadas de Emiratos y también por la Guardia Civil con la unidad de Seguridad de la Casa del Rey. El monarca se merece el tratamiento de un huésped VIP o, mejor dicho, un "hermano mayor" de la familia real. Porque a decir verdad él sigue ejerciendo el título de rey de España pues su hijo carece de carisma y don de mando. Sus relaciones con el emir Zayed II, cuya fortuna se calcula en 19.000 millones de dólares, van más allá de contactos diplomáticos o las meras relaciones institucionales. Emiratos Árabes está acusado de genocidio por su participación en la I guerra del Yemen y también en la guerra civil de Sudán. Y como si fuera poco es un firme aliado del sionismo ya que firmó los Acuerdos de Abraham Abdul Rahman el Assir -buscado por evasión fiscal en varios países europeos- es su amigo íntimo y cuñado del traficante de armas Adnan Kashoggi, considerado uno de los hombres más ricos del mundo. Con el que comparte las monterías y se pasean juntos de la mano por las calles de Abu Dabi, también asiste a actos benéficos, pruebas hípicas Copa Mundial de Dubái, campeonatos de tenis o el premio de fórmula I. ¿Cómo es posible que su católica majestad se haya entregado en brazos de los herejes musulmanes aquellos que sus ancestros cristianos combatieron con denuedo en la reconquista? Es paradójico pero tenemos que aceptar que por encima de la ética y la moral se impone el poderío de los petrodólares. Al Khalifa de Bahréin le transfirió a su majestad 1,9 millones de dólares en efectivo tras la decisión del gobierno español de no abordar ante las instituciones europeas las graves y frecuentes violaciones en derechos humanos.
En 1977 el monarca miedoso por la irrupción política de la izquierda pidió ayuda de 10 millones de dólares al sha de Persia dizque para "salvar a la monarquía". La familia real de Jordania mantiene una estrecha amistad con la casa real borbónica y frecuentemente el rey Hussein le enviaba presentes sorpresas como caballos pura sangre, autos de alta gama, pistolas con incrustaciones de piedras preciosas, incluso le obsequió el palacio de la Mareta en Lanzarote (valorado en 40 millones de euros). El clan Aga Khan, valedor La familia real, le otorgó apoyó económico irrestricto a su hija la infanta durante su exilio suizo. El príncipe de Dubái Abdullah bin Saad, lo llama en la intimidad de "hermano" y siempre lo invita a las justas hípicas anuales en el hipódromo de Meydan. Definitivamente ha pasado de ser católica majestad a ferviente devoto de los hijos de Allah.
Su graciosa majestad carecía de escrúpulos pues sin ningún pudor besaba en la mejilla al dictador Gadafi que garantizaba la buena marcha de los intereses económicos occidentales (y personales) en Libia, también es de todos conocida su estrecha relación con el presidente ruso Vladimir Putin al que intentó vender el 30% de las acciones del mercado energético español (Repsol) al grupo ruso Lukoil y Gazprom. Al traficante de armas El Assir, exiliado en Abu Dabi y buscado por fraude millonario a la hacienda española -la fiscalía pide 8 años de cárcel y 90 millones de euros de multa- fue el encargado -por su petición personal- de asesorar las exportaciones militares españolas durante más de dos décadas. Su inestimable trabajo rindió ganancias superiores a los 31 millones de euros. Justamente el tráfico de armas era uno de los negocios favoritos del monarca del que obtenía jugosos réditos. Con la dinastía real de Kuwait de Sheikh Sabah al Ahmad le une el sonado escándalo de corrupción de KIO- en el que fue condenado su testaferro Manuel Prado y Colón de Carvajal por un desfalco de 100 millones de dólares, sin su prestigiosa asesoría hubiera sido imposible la firma del contrato del AVE a la Meca y en agradecimiento por sus servicios prestados el Ministerio de Finanzas de Arabia Saudita le entrego una propina de 100 millones de dólares. Traición y mentira es el sello de la impunidad. Aquí paz y después gloria. Producto de todo estos latrocinios el rey repartía dádivas en forma de tarjetas black a toda la familia real. Hay que reconocer que un alto porcentaje de sus ganancias lo ha dedicado a labores "humanitarias y filantrópicas".
De repente los heraldos negros traen una infausta noticia: El rey emérito de España ha entregado su alma al supremo hacedor que clemente y misericordioso le abre las puertas del cielo. Se rasga el velo del templo, la tierra tiembla y el día se hace noche. El presidente del gobierno con cara de viernes santo se dirige a todo el país por la primera cadena de televisión para anunciar una aciaga noticia: "Españoles, el rey emérito ha muerto. El hombre de excepción que ante Dios y ante la historia asumió la inmensa responsabilidad del más exigente y sacrificado servicio a España ha entregado su vida...en el cumplimiento de una misión trascendental. Dios lo ha de llamar a su presencia." Lo que no se menciona es si el soberano adúltero y corrupto ha recibido la extremaunción y el perdón de sus pecados.
La serenísima reina emérita de riguroso luto cubre su rostro con una mantilla de encaje ortodoxo para disimular el infinito dolor que la acongoja. Caronte el barquero se ha llevado el alma de su bien amado al inframundo del Hades. La viuda dignamente ha soportado en silencio durante décadas todas las tropelías y sinsabores que ha cometido su majestad; los adulterios, las infidelidades. Y es que una y mil veces le puso flagrantemente los cuernos pero ella se mantuvo a su lado firme y comprensiva. Su conyugue la ha maltratado física y psicológicamente hasta el punto que no solo es una cornuda sino también apaleada. "Como sufre la pobre, es una santa" -exclaman pías voces. Claro, tuvo que callar todo este calvario por el bien de la monarquía y la unidad de España. Ahora compasiva ha decidido perdonar a su tortolito. Es una mártir más de este melodrama y sin lugar a dudas que debe ser recompensada con creces. Ese macho ibérico fornicador no supo cumplir el juramento de fidelidad que hizo ante el Arzobispo de Atenas Chrysostomos. La familia real se rige por un sistema patriarcal y misógino en el que las mujeres son consideradas un adorno más del Palacio Real.
Según los nigromantes los géminis son grandes embaucadores, lo que les hace tener un don muy especial para los negocios y que acumula la fortuna calculada en 2300 millones de euros. El sustentador, el protector, el adorador del becerro de oro descrito por sus críticos como un ególatra ambicioso que se aprovechó de las mieles del poder y montó una diplomacia paralela tejida al margen de los canales oficiales. En 1973 (crisis mundial del petróleo) gracias a su cercanía con la dinastía Saud se le transfirió a España miles de barriles de petróleo por los que cobraba un impuesto real alcabala. Desde ese entonces como príncipe heredero empezó a forjar su fortuna: Oro y petrodólares es la combinación perfecta para ingresar en los primeros lugares de la lista Forbes. El rey avaro contaba con una cartera de clientes de altos vuelos muy bien administrada por sus asesores financieros que disfrazaban las comisiones de regalos o de donaciones para supuestas fundaciones sin ánimo de lucro, ONG fachadas al estilo Nóos. Y todo el beneficio a la cuenta secreta de su majestad. Una ingeniería fiscal muy bien estudiada para blanquear el dinero negro y ponerlo a buen recaudo en los bancos suizos o los paraísos fiscales. Pero los lacayos sumisos prefieren guardar silencio y mansos se levantan puntualmente a las 6 de la mañana a trabajar en el tajo por un mísero salario mínimo. A fin de mes pagarán disciplinadamente los impuestos que patrocinan el desaforado tren de vida de la monarquía parasitaria. Jamás hubiéramos podido imaginar tan altas cotas de sadomasoquismo. Lo cierto es que a España le han hechado una maldición casi imposible de exorcizar.
Los Principios fundamentales de la Constitución del 78 -tutelada por los militares- aprobó en referéndum con el 87,87 de los votos- la restauración borbónica. Tal y como lo confesara en su día su alteza real en la academia militar de Zaragoza el golpe de estado del 36 era necesario para exterminar a los ateos bolcheviques que derrocaron a su abuelo Alfonso XIII tras el triunfo republicano en las elecciones Municipales de 1934.
El velatorio se lleva a cabo en privado en el palacio de la Zarzuela para luego trasladar su cadáver al salón de columnas del Palacio Real donde se instalará la capilla ardiente para que los españoles de bien puedan durante tres días despedirse del monarca. Y como es tradición se expone el féretro de caoba chapado en oro perfumado con jazmines y azucenas en el que reposa el rey emérito vestido con sus mejores galas de capitán general donde resalta su pechera plagada de medallas y condecoraciones ganadas en franca lid en el campo de batalla. La familia real al completo las infantas e infantes, príncipes, duques, condes, marqueses, los grandes de España. Una peregrinación interminable de miles de súbditos y lacayos llegan de todos los rincones de España y del extranjero a rendirle su postrer despedida y agradecer su entrega desinteresada por la patria. La ceremonia fúnebre conmueve por su dramatismo y dolor. Son miles de personas adictas a la monarquía borbónica que pasan por delante del féretro persignándose de rodillas dejando ramos y coronas de flores; se escucha el llanto desgarrador de las plañideras cubiertas con mantillas y tremulantes sudarios negros. Se viven escenas desgarradoras que nos recuerdan las honras fúnebres del caudillo en 1975. Una marea humana presa del delirium tremens se rasga las vestiduras y sollozando profieren gritos de ¡viva el rey, viva el orden y la ley! Hasta tal punto ha llegado el clímax que ha tenido que intervenir la Guardia Civil para calmar a la marabunta. Gloria al Capitán General de los ejércitos que ocupó la primera línea de fuego en la épicas batallas en que se enfrentó a los más aguerridos enemigos. Incluso sus amantes clandestinas se acercan a la capilla ardiente y le colocan coronas de flores y sufragios de corazones rotos. El funeral real se ha convertido en una ceremonia faraónica más propia de las películas de Hollywood, algo que ha aprovechado al máximo la prensa, la radio y cadenas de TV y fotógrafos de los cinco continentes. Porque todos los detalles del luctuoso acontecimiento deben ser transmitidos en vivo y en directo urbi et orbi. La viuda emérita ahogada en lágrimas, las infantas de rodillas rogando al santísimo para que brille la luz perpetua, su hijo el rey, quien lo repudió por desfalcador y lobista, ahora arrepentido se abraza a su cuerpo inerte, la reina de la marca España mantiene una actitud hierática y distante, la princesa heredera al trono y su hermana abrazadas teatralmente en un intento por explotar el sentimentalismo barato. Se nota a leguas que ya comienzan las intrigas palaciegas, los codazos, empujones y miradas que matan pugnando por su incalculable herencia. Las revistas del corazón sacan las ediciones extraordinarias que baten todos los records de ventas pues la plebe está ávida de morbo y chismorreo.
Miles y miles de dolientes, súbditos, lacayos, vasallos, cortesanos, plebeyos, las autoridades políticas, religiosas y militares, es decir, la casta oligárquica y aristocrática en pleno vienen a dar el pesame. El cardenal primado de España oficia el funeral corpore in sepulto mientras la escolanía y el coro de los niños de San Idelfonso entona la antífona In Paradisum. Y tras el podéis ir en paz, el órgano de la catedral interpreta la marcha real y cuando su eminencia asperja agua bendita sobre el catafalco se escucha en el exterior las salvas de ordenanza. Una fuerte carga emocional por su solemnidad. Españoles vuestro bienamado rey emérito ha pasado a mejor vida y ahora se encuentra en el cielo a la diestra de dios padre. El féretro envuelto en una sábana de oro con la bandera rojigualda, la gorra de gala, el bastón de mando y la tizona es depositado por los miembros de la Guardia Real en una carroza escoltado primero por lanceros de la Guardia Real para posteriormente trasladarlo sobre un vehículo militar junto a un escuadrón motorizado de la Guardia Civil hasta el Escorial, su última morada.
No serán tres días de luto como mandan las ordenanzas sino una semana como homenaje al benemérito difunto, un superhéroe, el adalid de la raza hispana que juró ante el caudillo en su el lecho de muerte luchar incansablemente por la unidad de España.
Los servicios de inteligencia del estado CNI han desplegado cientos de agentes de paisano para prevenir que los zafios antiespañoles de la leyenda negra intenten sabotear sus honras fúnebres. Porque sería una afrenta imperdonable mancillar el noble abolengo del soberano que salvó la democracia española del golpe de estado del 23 de febrero de 1981, porque el rey fue el gran timonel de la transición redentora, el rey que derrotó a ETA y que condujo sabiamente a España por la senda del desarrollo y el progreso se merece que se levanten en todas las plazas del país estatuas de mármol y de bronce para eternizar su memoria.
A sus 87 años su salud física y mental está muy comprometida y se teme que padezca demencia senil, deterioro cognitivo progresivo, problemas de movilidad enfermedades degenerativas incurables, también atacado por el alzaimer se tiene que valer con bastón o en su defecto una silla de ruedas empujada por su sirviente o palafrenero que está a su lado las 24 horas del día o prestándole su brazo para que pueda caminar. Los incontables achaques de la vejez no han hecho más que acelerar su estado de decrepitud pues a la pérdida de movilidad se le suma el de la memoria ya que olvida rostros nombres y recuerdos; no reconoce a personas ni siquiera a su propia familia. El descalabro cognitivo es algo muy difícil de ocultar. Y encima por sus operaciones sufre dolores muy lacerantes de cadera y piernas que le han dejado secuelas irreversibles que lo obligan a desplazarse en silla de ruedas. Un invalido, un lisiado, y para empeorar el panorama su corazón palpita muy débilmente. Es imposible revertir sus dolencias que intenta aplacar a base de terapias regenerativas con células madre y plaquetas. Pero por ahora el tratamiento de choque ha sido ineficaz. Como no existe ninguna posibilidad clínica recuperación no queda otra alternativa que aplicarle remedios paliativos y recetarle un sin número de anfetaminas, calmantes, barbitúricos para que pueda dormir y subirle la moral. Porque la angustia existencial es la más terrible de las torturas. Se parece a ese toro que tras ser estoqueado por el matador busca el burladero al sentirse herido de muerte.
Su Majestad que otrora fuera un súper atleta hoy no puede desenvolverse por sí mismo. Esta es una humillación imposible de soportar y es imprescindible que no se vea un ser debilitado o derrotado. Hay que mantener la imagen impoluta de un titán de 1.90 metros engendrado y no creado, un ser pluscuamperfecto heredero del Caudillo por la gracia de Dios, un rey elegido por democracia seminal y al que sus súbditos aman y respetan. Patriarca de una ejemplar dinastía, esposo fiel y cariñoso, guerrero valiente y desafiante. Pero a pesar de gozar en Abu Dabi de los lujos más exóticos y extravagantes, resulta que su alteza real se siente triste y desarraigado; echa de menos ese ambiente tan español de las corridas de toros, de los saraos y las monterías, cacerías, las regatas con su velero Bribón, los paseos a las estaciones de esquí, las bacanales, las fiestotas y opíparos banquetes y recepciones con la crem de la crem. Esa "belle epoque" de ensueño, una vida de marajá a cuenta de los presupuestos del reino de España y los fondos reservados la recuerda con nostalgia. De ahí que se niegue a aceptar la cruel realidad pues quiere seguir disfrutando de la dolce vita.
Es incomprensible que cuando España en el año 2012 sufría los estragos de la crisis económica el soberano se marchara a una cacería de elefantes en Botswana o "safari cinegético" -eufenismo utilizado por la oficina de prensa de la Casa Real- en el que participaba junto a su consejera particular la princesa Corinna Zu Sayn-Wittgesntein. Durante la aventura africana sufrió un "incidente sexual" que le causó una fractura de cadera por la que tuvo que ser evacuado a un hospital en España. Cuando se le dio de alta cariacontecido pronunció esa famosa frase que permanecerá grabada en letras de oro en los anales de la historia: "lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir" Sin ningún remordimiento de conciencia cobardemente se niega a pedirle perdón a los súbditos. Es tan soberbio que prefiere morderse la lengua y envenenarse con su propia cicuta.
Sería una gran tragedia que el rey emérito fallezca lejos de su tierra natal (¿España?) como si fuera un fugitivo. Asunto que está siendo meditado por su hijo el rey y la familia real en pleno preocupados por el futuro del monarca. Es imperioso que pase sus últimos días al lado de sus seres queridos y por eso la opción que más se baraja es el regreso a España por razones "humanitarias". Que vuelva a residir en el palacio de la Zarzuela y se dedique a disfrutar sus últimos días en las regatas de Sanxenxo o en las corridas de toros en la plaza de las Ventas. Que vuelva ya, que desande el camino y se prepare para lo inevitable. Es hora que se dedique a la oración y la penitencia.
¿Por quién doblan las campanas?
En Madrid reina un ambiente lúgubre donde las protagonistas son las piadosas beatas rezando el santo rosario. La práctica totalidad de las calles y avenidas del centro de la ciudad están engalanadas con banderas rojigualdas a media asta adornadas con crespones negros. ¡Oh!, que drama tan insoportable, que brille la luz perpetúa al que escribió las páginas más gloriosas de la historia de España. El gobierno ha decretado 10 días de riguroso luto, se han cerrado los bares y discotecas, no hay clases en los colegios y universidades y en todos los barrios solo se escucha música clásica. Los poetas recitan elegías en honor al soberano y lo endiosan elevándolo al Olimpo ¡viva nuestro santo, yo doy la vida por ti, que la mía no vale nada. ¡Ay! Hemos perdido a nuestro Cid Campeador! ¡Cuánto te queremos, Dios te bendiga! No basta un minuto de silencio para premiar toda una vida de entrega, el rey de España que salvó la democracia y nos dio patria- el rey emérito por la gracia de Dios, almirante de la felicísima armada invencible, rey de Jerusalén, rey de las Indias Occidentales e Islas y Tierra Firme del Mar Océano, y hasta Inca del Perú.
Las honras fúnebres de su majestad han congregado a reyes, príncipes, jeques, califas, emires, presidentes, primeros ministros, obispos, cardenales, el nuncio apostólico, banqueros, empresarios del Ibex 35, las fuerzas vivas situadas en primera fila decididos a reivindicar su legado histórico. La aristocracia de sangre azul y rancio abolengo detenta el poder per secula seculorum cumpliendo al pie de la letra lo escrito en los santos evangelios. La capilla ardiente iluminada por velones y cirios imprime un aire tenebroso a la ceremonia y una montaña de coronas de flores eclipsan el altar mayor de la catedral.
El soberano que ha asumido silencios difíciles y que se ha mantenido prudentemente en un segundo plano aguardaba con ansiedad que en las elecciones del 23 de julio del año 2023 se impusiera el derechista Feijóo. Pero a pesar de haber conseguido la victoria, Pedro Sánchez fue investido nuevamente como jefe de gobierno gracias a los votos de sus aliados separatistas y comunistas. Así que sus ilusiones de regresar del exilio dorado se hicieron añicos.
Se oficia una misa de campaña mientras una escuadrilla aviones y helicópteros sobrevuela la sierra de Guadarrama. El féretro cubierto por la bandera rojigualda borbónica después de atravesar la explanada del monasterio a hombros de oficiales de los tres ejércitos es entregado a la custodia de los monjes Agustinos. El reverendísimo abad del monasterio portando una inmensa cruz de plata le da la bienvenida. Con voz impostada interroga al notario mayor del reino: "juráis que el cuerpo que contiene la presente caja es el de su excelencia su majestad el rey de España que os fue entregado para su custodia en el palacio Real de Oriente" "padre prior y padres diputados reconozcan nuestras paternidades el cuerpo que conforme al estilo y la orden de su majestad os ha sido dada voy a entregar para que lo tengáis en vuestra guardia" los monjes Agustinos contestan "lo reconocemos". Mientras en la explanada una banda de guerra interpreta la marcha real y la legión española desfila acompasada cantando "el novio de la muerte". Una vez concluidos los oficios y formalidades el cadáver de su majestad ha de ingresar en una de las tres pequeñas salas sin luz del pudridero -mejor conocido por los borbones como el "infierno". Ese cuarto o alcoba de mármoles blancos del panteón de los Infantes, por debajo del nivel del altar, es el lugar destinado a príncipes, infantes y reinas. El paso está limitado solamente a los monjes custodios que sacan el cuerpo de su mortaja de terciopelo para colocarle una camisa limpia y atarle al cuello una cruz de madera. El abad ordena a los albañiles emparedarlo para que se inicie el proceso biológico de reducción natural del cuerpo y sea eliminada la humedad y el mal olor. Así se consigue su momificación para que con el tiempo se adapte a minúsculos cofres de plomo. Es la transición del cuerpo mortal al reposo eterno. El panteón donde se va a emparedar el santísimo cadáver curiosamente se estaba ampliando en vista de la inminente llegada de un inquilino. En esta pestilente estancia abovedada con suelo de piedra sin ventilación ni iluminación se deja pudrir el bendito cadáver. Acorde con la formación espiritual recibida de la santa madre iglesia católica, apostólica y romana el finado ya tiene reservado un puesto en el paraíso.
El pudridero del Real Monasterio del Escorial es una sala secreta donde se depositan los restos de los reyes e infantes de España por un periodo de 30 a 40 años antes de ser trasladados al panteón de reyes. Los restos mortales de la mayoría de los miembros de la familia real española tanto de la dinastía de los Habsburgo y los Borbones permanecen desde 1558 enterrados en el Escorial. Templo de honor y memoria para todos los reyes de la historia de España. Su epitafio dictado por la inspiración de algún trovador podría ser: "Para proteger a las ovejas hay que cazar al lobo y solo el lobo puede hacerlo".
El rey emérito detenta un gran peso simbólico en España y de ahí la inmensa tragedia que golpea a sus súbditos que han quedado huérfanos de su padre protector. Y solo podrán ser consolados gracias a las 62.500 misas y 24 réquiems que se van a concelebrar en todas las catedrales e iglesias del reino. Tal y como en su día lo exigió Felipe II tras su fallecimiento
Al aprobarse por mayoría absoluta el referéndum de la Ley de Sucesión celebrado el 6 de julio de 1947 oficialmente se reconoce a España como una monarquía y al caudillo por la gracia de Dios en una especie de príncipe regente. El rey emérito fue ungido por el generalísimo Franco como el heredero al trono el día 23 de julio de 1969. Y acto seguido juró ante las Cortes los Principios Fundamentales del Movimiento: "En nombre de Dios y sobre los santos evangelios juráis lealtad a su excelencia el jefe del estado y fidelidad a los principios del Movimiento Nacional..." -"SI, JURO LEALTAD" -contestó con firmeza su alteza real. Por ese pequeño detalle el rey emérito es cómplice por activa o por pasiva del golpe de estado del 36 ejecutado por caudillo Francisco Franco, aliado de Hitler y Mussolini. Las heridas físicas y espirituales de 40 años de dictadura fascista todavía no han cicatrizado. ¿Cómo olvidar el execrable genocidio que sembró de destrucción y muerte a España?
Los tiempos han cambiado y los súbditos desengañados quieren ser ciudadanos de una república libre y soberana. Pero a ciencia cierta si se convocara un hipotético referéndum entre monarquía o república, la monarquía -que cuenta con el respaldo mayoritario en el parlamento - ganaría con el 80% de los votos. Porque como reza en la Constitución la corona es garante de la unidad y la estabilidad del reino de España.