Los extremos se tocan en el medio. Aqueste este cura ignaro raro cleuasmo asno, a mas y a más, de estar sujeto a lo del pintor greco efesoíta. Apeles, que perpetuara la imagen de Alejandro Magno, 330 años antes de Cristo. Y, que Apeles, mandara al carajo, endespués de varias exposiciones en la plaza pública, de sus lienzos del rey Alejandro Magno. Alejandro Magno, rey del antiguo reino griego de Macedonia. Alejandro Magno, hegemón de Grecia. Alejandro Magno, faraón de Egipto. Alejandro Magno, Gran rey de Media y Persia. El pintor del rey, mandara al coño, a un ladilloso zapatero contumaz, que opinara sostenidamente, sobre los zapatos, que el pintor pintara de Alejandro Magno. Y, que endespués la expresión quedara para la historia con la famosa expresión: ¡Zapatero a sus zapatos! Asina, ha de estar aqueste este cura ignaro. A mas y a más de las jugarretas sostenidas de atributos, casos, aspectos, perspectivas y predicados a saber, jugarretas con el tiempo y la persona, con los hechos y lugares, con los medios maneras motivos y las finalidades. O sea y es decir, decir el hexámetro de Quintiliano. Que el Libertador redujera, sobre el lomo de Palomo, a paradójico equilibrado díptico natura y persona, el 28 de octubre 1828. Díptico del Libertador, que legara al Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. Díptico del Libertador, natura y persona, de equilibrio ecológico ambiental, que ha de ser como base de operaciones y método, con que el Libertador, también enviara al carajo al método de Rene Descartes, 1623 después de Cristo, en que señalaba el filósofo moderno francés, que había que dudar de todo, desconociendo el filósofo, al otro aspecto de la contradicción, o sea y es decir, decir a la convicción. Y, que el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica, desconociera a Don quijote, a según, en la naturaleza, cada cosa engendra a su semejante y a su antípoda. Como si Don Quijote hubiera margullido en el avisado ejemplar presente, en el paradójico quiasmo río efesoíta de las simultaneidades contradictorias caliginosas, del somos y no somos de Heráclito. Como si Don Quijote hubiera margullido en la grisura sombría penumbra de las simultaneidades contradictorias caliginosas, del yin y yang de Laozi y de Walt Whitman. En la naturaleza, cada cosa engendra simultáneamente a su semejante y a su antípoda de Don Quijote. Extremidades que han de tocarse en el medio, de existencial concomitancia quijotesca cervantina absurda medular estable profunda de entre semejantes y antípodas, de entre la cordura y la locura de Don Quijote. Asina asín ansí así, como que si fueras y agarraras al gigante cartón cuadrángulo rectángulo pitagórico que guindara del techo del botiquín de Miguelito de San Carlos de Cojedes, lo doblaras y tocaras sus extremos. Que el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica, desconociera a Don Quijote, que expresara en el Ingenioso Hidalgo, que en la naturaleza cada cosa engendra a sus semejantes y a sus antípodas, que las cosas no siempre son lo que parecen y las cosas no siempre son lo que son. Don Quijote, apuntaba a la primera ley de la dialéctica. Don Quijote, primero que Hegel y Marx, hablara del cambio, del proceso, de la acción recíproca, del movimiento histórico en el avisado ejemplo presente, de entre el confeso testimonio pretérito y el advertido devenir futuro. Que el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica, desconociera a Don Quijote, quien margullera en el eclesiástico sabio Salomón. Que el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica, desconociera a Don Quijote, que margullera en la dimensión mediana medianía budaiana absurda medular estable profunda de entre eternalismo y el nihilismo de Buda. Que el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica, desconociera a Don Quijote, quien margullera, expresamente, en la paradójica tensa armonía simultánea contradictoria caliginosa del somos y no somos de Heráclito. Que el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica, desconociera a Don Quijote, que margullera en la slash diagonal hipotenusa del cuadrángulo rectángulo pitagórico absurdo medular estable profundo, la optimalidad ortogonal pitagórica de entre el teorema directo y el teorema indirecto del Teorema de Pitágoras del tercer año de bachillerato y de Los Hooligan. Asina asín ansí así, como que si fueras y agarraras al gigante cartón cuadrángulo rectángulo pitagórico que guindara del techo del botiquín de Miguelito de San Carlos de Cojedes, lo doblaras y tocaras sus extremos. Que el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica, desconociera Don Quijote, quien, margullendo en la verdad verdadera veraz verídica socrática absurda medular estable profunda de entre la verdad y la mentira de Sócrates. La verdad verdadera veraz verídica, con que el filósofo de Atenas, padre abanderado de la moral, se pegaba a los sofistas escuálidos entonces, que salían de la academia del pensador ateniense greco, cantando rancheras por la carretera sin arrechera. Y, agora ahora hogaño, que Dios me perdone, como decía Rosa María la de la bacinilla medio llena y medio vacía, en que margullera Don Quijote. Y, que Dios me perdone ¡Coño!, si Aristóteles, tuvo que ver con lo de la cicuta, con que envenenaran al padre abanderado de la moral. Y, que endespués, esto, quedaría en manos del Fiscal General de la República Bolivariana de Venezuela, Tarek William Saab, a fin de que nos esclarezca la muerte de Sócrates. Que la presunta indiciaria amarga cicuta, hija de puta, fuera rempujada e ingurgitada a instancias de Aristóteles. Y, que Descartes, el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica, desconociera a Don Quijote, que margullera en la paradójica plausible prudente dimensión mediana medianía aristotélica absurda medular estable profunda de entre el exceso y el defecto de La Moral de Aristóteles. Que el materialismo histórico flemático capaz, no le ha sacado la punta puta a Aristóteles en tanto y en cuanto a la Moral del exceso y del defecto. Como sí, lo hiciera Santo Tomás, que cristianizara a Aristóteles. Que sí lo hiciera el capitalismo histórico histérico rapaz, que sí lo hiciera el nacismo, el fascismo y sionismo, apoyados en La Lógica y en La Política de Aristóteles, que preconizaran el principio del tercio excluso georgebushiano y en el exterminio herodesiano de Netanyahu, exterminador de Palestina. Agora ahora hogaño, que el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica, desconociera a Don Quijote que margullera en la paradójica fe hebrea sanpabloiana absurda medular estable profunda de entre la certidumbre y la incertidumbre, la esperanza y la desesperanza, la convicción y la duda, lo visible y lo invisible de San Pablo. Y, como tiénese dicho y como deténtase mentado, que el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica, desconociera a Don quijote, a según, en la naturaleza, cada cosa engendra simultáneamente a su semejante y a su antípoda. Extremidades concomitantes contradictorias caliginosas, que han de tocarse en el medio, asina asín ansí así, como que si fueras y agarraras al gigante cartón cuadrángulo rectángulo pitagórico que guindara del techo del botiquín de Miguelito de San Carlos de Cojedes, lo doblaras e hicieras tocar sus extremos, mostraras y describieras que Don Quijote, margullera en las paradójicas contradictorias caliginosas corrientes acuíferas efesoítas up supra nombradas de Heráclito. Y, diéraste cuenta de que en la paradójica plausible prudente dimensión mediana medianía aristotélica absurda medular estable profunda de entre el exceso y el defecto de La Moral de Aristóteles se han de tocar los extremos. O sea y es decir, decir que los extremos se tocan en el medio.
Con digresión y sin digresión, los extremos se tocan en el medio. Las extremidades que han de tocarse en el medio, asina asín ansí así, como cuando agarraras al gigante cartón cuadrángulo rectángulo pitagórico que guindara del techo del botiquín de Miguelito de San Carlos de Cojedes, lo doblaras e hicieras tocar sus extremos, en que por una de las caras leiérase, la proposición de la otra cara es verdadera y por la otra cara, la proposición de la otra cara es falsa. Se ha de seguir, que en el medio se tocan los extremos. Y, si hicieras un avioncito de cartón, a buen seguro que el medio ha de ser la slash diagonal hipotenusa gigante del cartón cuadrángulo rectángulo pitagórico. Avioncito de cartón de entre las nalgas de Don Francisco en las mesas misas musas. Que no es el misil, que es el avioncito de cartón de Miguelito, que ha de ser la solución a los mundiales conflictos. Conflictos universales, a saber: Rusia y Ucrania, Israel y Palestina, Venezuela y Guyana de entre nalgas, de entre gracias y desgracias en el radiante ojo avizor del culo de Don Francisco. En similaricadencia repetitiva tautológica platónica, a según Homero y en La Odisea, la aguja de coser de Penélope de entre el tejer y el destejer, que han de tocarse, el tejer y el destejer, en la perogrullada primera vez de Perogrullo, que desconociera el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica. Y, Perogrullo, fuera conocido por Don Quijote, 1605 años después de Cristo. En similaricadencia repetitiva tautológica platónica, las extremidades han de tocarse en el medio, asina asín ansí así, como cuando la paradójica paraulata llanera cojedeña cantarina, la paradójica perogrullada primera vez de Perogrullo, que ha de ser el medio en donde se tocan los extremos de entre nube con agua y nube sin agua. Como cuando el paradójico límite límbico grembo fronterizo, la paradójica perogrullada primera vez de Perogrullo, que ha de ser el medio, ha de ser el medio en donde se tocan los extremos de entre la mitad llena de miao y la mitad vacía de la bacinilla de Rosa María de la calle Alegría de San Carlos de Cojedes. Como cuando en el paradójico sexo cóncavo convexo contradictorio caliginoso concupiscente concomitante 69 cojedeño de Cojedes, del coge y no dejes, en la paradójica tangencial línea de entre ombligo y ombligo, en la paradójica línea tangencial de entre barriga y barriga, la perogrullada primera vez de Perogrullo, ha de ser medio, ha de ser el medio en donde se tocan los extremos del seis con el nueve del 69 cojedeño de Cojedes. Como cuando el paradójico gigante cartón cuadrángulo rectángulo pitagórico que guindara del techo del botiquín de Miguelito de San Carlos de Cojedes, lo doblaras e hicieras tocar sus extremos, en que por una de las caras leiérase, la proposición de la otra cara es verdadera y por la otra cara, la proposición de la otra cara es falsa. Se sigue que en el medio del cartón, el medio ha de ser la slash diagonal hipotenusa gigante del cartón cuadrángulo rectángulo pitagórico del botiquín de Miguelito, en que ha de estar la perogrullada primera vez de Perogrullo, la optimalidad ortogonal pitagórica, en que se tocan los extremos, de entre la proposición verdadera de una de las caras y la proposición falsa de la otra cara de Werner Heisenberg, de entre el teorema directo y el teorema indirecto del Teorema de Pitágoras del tercer año de bachillerato de Los Hooligan. Se ha de decir que en el cartón del botiquín de Miguelito, muriera el principio de incertidumbre de Werner Heisenberg. Que muriera el principio de incertidumbre de Werner Heisenberg en la paradójica fe hebrea sanpabloiana absurda medular estable profunda de entre la certidumbre y la incertidumbre, la esperanza y la desesperanza, la convicción y la duda, lo visible y lo invisible de San Pablo. Que muriera el principio de incertidumbre de Werner Heisenberg en el lienzo pictórico blanquinegro del yin y el yang de Laozi y de Walt Whitman, muriera en la máxima paradoja gris sombría penumbra whitmaniana en donde el yin se hace igual yang como si fuera la bacinilla de Rosa María de la calle Alegría de San Carlos de Cojedes, bacinilla, la mitad llena de miao y la mitad vacía, en que margullera Don Quijote, que desconociera René Descartes, el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica. Que René Descartes, desconociera al símbolo de la borrosidad y de las contradicciones de los llanos de Cojedes, a la bacinilla de Rosa María, la mitad llena de miao y la mitad vacía, que derrumbara el principio de incertidumbre de Werner Heisenberg. Que muriera el principio de incertidumbre de Werner Heisenberg en la paradójica plausible prudente dimensión mediana medianía aristotélica absurda medular estable profunda de entre el exceso y el defecto de La Moral de Aristóteles en que se han de tocar los extremos. O sea y es decir, decir que los extremos se tocan en el medio. Que muriera el principio de incertidumbre de Werner Heisenberg en la paradójica síntesis intelectual esencial existencial real hegeliana marxista absurda medular estable profunda de entre la simultaneidad de la tesis y la antítesis de Hegel y Marx. Agora ahora hogaño, el mundo necesita de Don Quijote en la paradójica ironía tensa armonía ofensiva defensiva quijotesca cervantina absurda medular estable profunda de entre la cordura y la locura, de entre el amor y el ocio, de entre la guerra y la paz de Don Quijote, que desconociera René Descartes, el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica. Que René Descartes, desconociera a Don Quijote, que margullera en las corrientes acuíferas efesoítas del metafórico quiasmo río del somos y no somos de Heráclito, corrientes acuíferas efesoítas up supra nombradas. Y, diéraste cuenta, querida lectora y estimado lector, de que en la paradójica plausible prudente dimensión mediana medianía aristotélica absurda medular estable profunda de entre el exceso y el defecto de La Moral de Aristóteles se han de tocar por los extremos. O sea y es decir, decir que siempre que exista el exceso y el defecto, paradójicos extremos concomitantes contradictorios caliginosos, necesaria y forzosamente, inevitables e impretermitibles, el exceso y el defecto, extremos, siempre se han de tocar en el medio.
Si los extremos necesariamente se tocan en el medio. Entonces sea dicho que los extremos, exceso y efecto, forzosamente e impretermitibles, se tocan en el medio, en que hubo de ocurrir la primera vez de Perogrullo. Bergoglio ergo vergo que el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica, desconociera a Perogrullo. Que Perogrullo, en 1605, conociera Don Quijote. Que Don Quijote, margullera en la paradójica fe hebrea sanpabloiana absurda medular estable profunda de entre la certidumbre y la incertidumbre, la esperanza y la desesperanza, la convicción y la duda, lo visible y lo invisible de San Pablo. Que como tiénese dicho y que como deténtase mentado, que el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica, desconociera a Don quijote. Que a según, Don Quijote, en la naturaleza, cada cosa engendra concomitante a su semejante y a su antípoda. Que las extremidades se tocan en el medio. Que los extremos del papel toilette se tocan en el medio, antes de ir al paradójico radiante ojo avizor culantro quevedoiano absurdo medular estable profundo de entre nalgas de Don Francisco. Que decir la perogrullada primera vez de Perogrullo es decir lo multicéntrico del Libertador Simón Bolívar. Que decir lo multicéntrico, lo pluripolar y lo plurijerarquizado del Libertador Simón Bolívar es decir y nombrar a todos los caso correlativos concordados concomitantes límite límbico grembo fronterizo policéntrico contradictorios caliginosos de equilibrio dinámico dialéctico difuso dialógico diplomático diabético, en la difuminación continua espectral sin saltos de talanquera ni vuelos de gallera, en lo policéntrico bolivariano absurdo medular estable profundo de entre el díptico del Libertador, natura y persona. Que de entre natura y persona, del Libertador Simón Bolívar, hubo el equilibrio ecológico ambiental. Que el equilibrio ecológico ambiental del Libertador, fuera la perogrullada primera vez de Perogrullo. Que hubo la perogrullada primera vez de Perogrullo antes que el desastre el capitalismo histórico histérico rapaz en su afán desmedido irracional de lucro móvil que provocara el calentamiento global y el cambio climático. Que el capitalismo histórico histérico rapaz en su afán desmedido irracional de lucro móvil, engendrara El Niño y La Niña. Que natura y persona se tocaran en lo policéntrico del Libertador. Que el mundo necesita de Don Quijote en la paradójica ironía tensa armonía ofensiva defensiva quijotesca cervantina absurda medular estable profunda de entre la cordura y la locura, de entre el amor y el ocio, de entre la guerra y la paz de Don Quijote. Que a Don Quijote, desconociera René Descartes, el filósofo matemático físico francés, padre abanderado de la geometría analítica, de la filosofía moderna y de la revolución científica. Que René Descartes, desconociera a Don Quijote. Que Don Quijote, margullera en las paradójicas corrientes acuíferas efesoítas del metafórico quiasmo río del somos y no somos, up supra nombradas, de Heráclito. Que en Don Quijote, diéraste cuenta, querida lectora y estimado lector, de que en la necesaria paradójica plausible prudente dimensión mediana medianía aristotélica absurda medular estable profunda de entre el exceso y el defecto de La Moral de Aristóteles, se han de tocar los extremos. Bergoglio ergo vergo, que es decir, decir que impretermitibles los extremos se tocan en el medio.