El trumpismo-fascismo, la regresión histórica del siglo XXI

Hoy, nos despertamos creyendo que ya era lunes y hasta nos vestimos para salir, solo que un llamado de atención, nos hizo entrar en razón y ajustar nuestro tiempo histórico al presente, valga decir: inicios de febrero. Los venezolanos y venezolanas, vivimos en tiempos con proyecciones de futuro, llenos de esperanzas y propensos, al cambio permanente! Esperanza y futuro, son definiciones inequívocas de un gran deseo de cambio. Solo, las y los chavistas, el pueblo en general puede soñar con un mundo mejor y es posible realizarlo, concretarlo. Esa oposición apátrida y su imperio estadounidense, en etapa de putrefacción, no cree en cambios, menos por la vía electoral y por ende, su plan siempre evitará esa vía. Por ello, sus campañas electorales, son tan aburridas y su participación siempre serán para la guerra y declarar fraude y más fraude. También, por eso el pueblo venezolano ya se hartó de ellos y ellas, convirtiéndolos en seres vomitivos, repudiables, despreciables, en fin, la nada.

En contraste, el pueblo estadounidense actual, vive actualmente en una regresión histórica, en estos nuevos tiempos que han permitido el retorno a la presidencia de Donald Trump y su banda fascista, valga decir: la barbarie fascista, ha retornado a los EEUU. Y así, como en el pasado al pueblo judío se le ubicó como un objetivo a eliminar, en estos nuevos tiempos la Administración de Donald Trump, se ha ubicado al pueblo migrante como un objetivo a exterminar por la Administración estadounidense. Siendo como lo es, el propio Donald Trump: un migrante que desprecia a los migrantes, valga decir: se auto desprecia. Sí, así como suena, Estados Unidos, es una nación de inmigrantes desde su fundación y siempre fueron orgullosos de serlo. La señora madre de Donald Trump, léase: Mary MacLeod, nacida en Escocia en 1912. Es una migrante, que llegó a Estados Unidos cuando tenía 18 años, en 1930. Los registros, anotan que llegó a Nueva York a bordo del RMS Transilvania. Su naturalización, se le habría concedido en 1942. Mary MacLeod, se casó con Fred Trump, hijo de inmigrantes alemanes. Su abuelo paterno: Frederick Trump, nació en 1869, en Kallstadt del Reino de Baviera (territorio que ahora pertenece a Alemania). La esposa de Trump: Melania Trump, nació en Eslovenia en 1970. En 1996, se mudó a Nueva York para desarrollar una exitosa carrera como modelo y, desde el año 2000, comenzó a solicitar el derecho de convertirse en residente permanente de Estados Unidos. En 2005, se casó con Donald Trump y en 2006 se convirtió en ciudadana de los Estados Unidos de América. Sus suegros: Viktor y Amalija Knavs, padres de Melania Trump y originarios de Eslovenia, obtuvieron su ciudadanía estadounidense bajo la administración de Donald Trump, en agosto de 2018. La pareja, había cumplido con el requisito de haber tenido una residencia permanente de 10 años.

El colaborador de Trump: Elon Musk, es nacido en Sudáfrica. No obstante, el padre de Elon Musk, Errol, tiene una versión bastante diferente de los hechos: «Los padres de mi exmujer vinieron a Sudáfrica desde Canadá porque simpatizaban con el Gobierno afrikáner. De hecho, eran muy fanáticos del apartheid». Esto, explica el famoso gesto que hiciera Elon, durante la juramentación de Trump, al clásico estilo nazi. Es por ello, que cuando hablamos del gobierno estadounidense, hablamos de migrantes que odian a las y los migrantes de donde provienen. Militantes fanáticos de la xenofobia, valga decir: de la fobia o rechazo al extranjero o inmigrante, cuyas manifestaciones pueden ir desde el simple rechazo, pasando por diversos tipos de agresiones y, en algunos casos, desembocar en un asesinato. Mediante un mecanismo, que comienza apelando al miedo: «Estas personas, o este grupo, no me quieren, no me van a dejar vivir tranquilo, son un peligro, son dañinos, son gente que no es como yo». A partir de ahí, se genera una especie de «supremacismo», de ver al resto como «inferior». Lo siguiente es «deshumanizar» a esas personas: «Ya no son peligrosos; ya son animales, alimañas, bestias, buitres». Lo siguiente es ver al enemigo «como alguien del cual hay que defenderse». Así, del miedo al odio –incluidos ambos en el concepto: ′fobia’– hay un paso. Y de ahí a la violencia, «un paso muy cortito». El discurso dominante, en los Estados Unidos de la época de Trump, es el discurso del miedo y del odio por igual, en particular del odio o repugnancia hacia las y los extranjeros en general. Recordemos que durante un mitin de campaña en 2020, Trump elogió de forma inequívoca los genes de Minnesota, un Estado constituido en un 84% por personas de raza blanca, donde predomina la ascendencia alemana y escandinava. En ese mismo discurso, Trump se burló de los refugiados y atacó a tres ex congresistas demócratas de raza negra: Alexandria Ocasio-Cortez (Nueva York), Rashida Tlaib (Michigan) e Ilhan Omar (Minnesota). «Tenéis buenos genes, ¿lo sabéis, vedad?», le dijo Trump el pasado viernes a la multitud, de abrumadora mayoría blanca. «Es mucho lo que depende de los genes. Se ve con los caballos de carreras. ¿O es que pensáis que con nosotros es diferente? Tenéis buenos genes en Minnesota». El epidemiólogo: Eric Feigl-Ding, de la Federación de Científicos Estadounidenses, define ese discurso de Trump como: «retórica eugenésica sobre la raza superior», y advierte: «Que nadie lo pase por alto». En 2018, Trump felicitó a algunos de los mayores empresarios británicos por sus «excelentes linajes» e «increíble ADN». Trump, provocó una gran controversia cuando alabó al famoso empresario, Henry Ford, fundador de la compañía automovilística: Ford, por su «buen linaje» (26/09/2020). Trump, cree al igual que Hitler, que existen razas superiores entre los humanos y está convencido de que su destino es: ser el líder por su propia genética superior.

La vida en la Alemania nazi, transcurría con mucho temor entre la población no aria. En la mañana de cada día, se preguntaban a quién se llevaron presos hoy la SS. ¿A dónde lo llevaron, Auschwitz? Para 1941, habían países, que se mantenían «neutrales» y proveían de materias primas o manufacturas al Reich, valga decir: eran aliados del Eje (sin nombrar a Italia que era el principal). En algunas ocasiones, colaboraron militarmente en mayor o menor grado como Eslovaquia, Finlandia, Rumanía, Hungría, Croacia y España. Otros como Suiza, Suecia, Irlanda Portugal y Turquía, comerciaban pero al mismo tiempo servían de refugio para los perseguidos que tenían la suerte de llegar a sus fronteras. Entre los años de 1933 a 1936, alrededor de ocho mil personas, entre ellos comunistas, socialdemócratas, sindicalistas, judíos, sacerdotes, intelectuales, gente con otras ideologías y homosexuales fueron mantenidos en prisión, instalaciones convertidas en campo de concentración dentro de Berlín. Los sobrevivientes, reportaron abusos masivos y torturas, perpetradas por miembros de los escuadrones paramilitares nazis SS. Muchos de ellos y ellas, murieron a consecuencia de los maltratos físicos y mentales. Alemania, tenía una población que vivía aterrorizada por las redadas nazis. Algo similar, ocurre en los Estados Unidos del presente con Trump. A diferencia de los años de Hitler, en que actuaba la SS, en el presente actúan los agentes de Immigration and Customs Enforcement (ICE) de EEUU, quienes mediante redadas masivas, llegan a los lugares de trabajo y a los allí presentes, los requisan en búsqueda de lo que ellos llaman «ilegales». Vestidos en uniforme de motín y armados con fusiles de guerra, invaden fábricas, cerrando las puertas y se ponen a cazar a los migrantes como si fueran animales. Después los destierran a sus países de origen, esposados como si de delincuentes se tratara. A los trabajadores de tez blanca y otros que parecían blancos, les dieron pulseras azules y los mandaron a otra parte, y a los que «parecían» indocumentados, o sea de tez oscura, los interrogaron y muchos detenidos y esposados. A unos, todavía esposados, los obligaron a firmar partidas «voluntarias de salida». Thomas Hodge, dueño de la Real Trading Co. Inc. del sudeste de Greeley, Colorado, vende y repara productos de cuero y artículos católicos como Biblias y estatuas. Casi la mitad de sus clientes son latinos. Hablando con el Denver Post sobre las redadas, Hodge dijo: «Me pareció una atrocidad. Se me hizo como que los estaban llevando a las cámaras de gas en esos camiones. No creo que estemos resolviendo esto de la manera correcta… Al final, creo que deben abrir la frontera y dejar que vivan donde quieran». Tal es el estado de conmoción, que invade la vida del ciudadano estadounidense de estos tiempos de retrogradación histórica o de vuelta al nazismo, Made in USA de Donald Trump…



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Henry Escalante


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