China: una realidad geopolítica regional y global

La realidad mundial se encuentra en el zaguán de un escenario de guerra ya no regional cuanto el expansionismo militar norteamericano que se viene desarrollando a "pasos agigantados" en diferentes continentes con objetivos geoestratégicos muy precisos en, según, cada país-continental como las circunstancias específicas de cada caso-nacional en objetivos precisos.

Nos podríamos proponer preguntar sobre la definición del concepto "geopolítica" cuando se lo aplicamos a China en el transcurrir de sus tiempos históricos en considerando sus realidades vecinales desde aquellos tiempos pretéritos como inquirirnos qué significaría dicho concepto, "geopolítica", en las presentes realidades objetivas en su transcurrir frente a "su contradicción fundamental" cual para nos es aquella referida a los Estados Unidos de Norteamérica.

Esa aplicación del concepto "geopolítica" en relación con las realidades actuales de China tanto en si como con su entorno extensivo-geográfico obligaría a preguntarnos, desde esa tangible realidad geográfica, hasta dónde se podría aplicar dicho concepto en toda esa "su extensión geográfica" en considerando la dialéctica de esa aplicación con respecto a esa "extensiva aplicación geográfica" cuando nos referimos, concretamente, a esos espacios geográfico-nacionales en las zonas más meridionales en el Pacífico Sur.

La argumentación anterior nos permite poder interrogarnos con las mismas bases argumentativas en relación al espacio geográfico que ocuparía, en sus intereses geoestratégicos, en lo que se ha definido como los Estados Unidos de Norteamérica; es decir, desde las costas atlánticas hasta las costas pacíficas considerando, en su precisión, "sus particulares influencias geo-estratégicas" con respecto a la costa occidental norteamericana sobre el océano Pacífico como también sus "lógicas influencias"(sic) en sus "entornos" sobre las "naciones cercanas".

Es evidente que con ojear un mapa geográfico como el político podríamos concluir que se presentan evidentes como profundas y demostrables diferencias entre ambas naciones, China y los EEUU de Norteamérica, cuales, a su vez, implican profundas asimetrías en cuando a esas "lógicas influencias"(sic) sobre los países de sus entornos al tiempo que se podría aplicar una ecuación de conjuntos que permitieran equilibrar los diferentes grados de influencias tanto geopolíticos como geoestratégicos en ambos casos como en concreto cuando nos estamos refiriendo a las naciones meridionales de la Región del Asia-Pacífico.

Caminando en lo extenso de la Historia, en cada caso, nos referimos a China y EEUU de Norteamérica, "nos topamos" con evidencias que son históricas e irrebatibles además de objetivas e incontestables en tanto y cuando a cada proceso histórico transitado por cada una de dichas naciones en contexto.

Las relaciones imperiales del "imperio del centro" (léase: China) con sus naciones vecinales están perfectamente descritas en el inmenso e importante archivo de textos históricos desde (permítasenos poner una fecha tentativa), por lo menos, unos 2000 años en el referente de la Era Cristiana sin necesidad de considerar, en este texto, las relaciones comerciales de "mutuo beneficio" de China con Grecia (Atenas y otros estados-nación) como con el Imperio de Roma.

El "caso norteamericano" es, históricamente, de muy corta trayectoria comparativa como de relativa profundidad en su temporalidad además de presentarse como asimétrica cuando, como primer argumento, es una nación de escasos 247 años de existencia pero, al tiempo, considerando que desde sus inicios como nación mantiene una Política de Estado de continuada expansión territorial geográfico-interna hasta poder alcanzar las añoradas costas del océano Pacífico lo cual ha sido, como es, la praxis inevitable de la política de los EEUU de Norteamérica como nación imperial aspirada.

Una vez unificado ese espacio geográfico-territorial considerado "norteamericano", es de necesidad precisar sobre dos decisiones geopolíticas tanto como sus significaciones geo-estratégicas cuales han expresado la permanencia de la "Política de Estado de Expansión Continuada" sostenidas en las praxis geoestratégicas que se encuentran en los idearios de las muy interesantes tesis de Alfred Thayer Mahan junto con el diseño de ley, como Política de Estado en continuada praxis de expansión en su aplicación, cuando nos referimos a la "Doctrina Monroe" en una necesaria como obligante política en su expresión proto-imperial en su primera fase.

Una simple reflexión tanto "lógico-formal" como "lógico-dialéctica" (por separado) nos entrega una serie de respuestas cuales al aplicarlas al concepto "geopolítica" observamos las profundas diferencias en sus praxis conceptuales para ambos casos; es decir, mientras que las relaciones históricas del "imperio chino" con sus vecindades han sido de un "equilibrio de mutuo beneficio" para los EEUU de Norteamérica sus relaciones con sus entornos cercanos como lejanos geográfico-nacionales han sido de "invasión y control semi-colonial" sobre esas naciones invadidas como así lo demuestra la Historia de América Latina, Centroamérica y El Caribe en cuanto sus relaciones bilaterales como regionales de los EEUU de Norteamérica con esos entornos nacionales; por tanto, de ahí la importancia geoestratégico-imperial de la aplicación de la "Doctrina Monroe" como de sus diferentes reingenierías temporal-históricas; a título de referencia, el "Golpe de Estado contra el Presidente Allende".

En ese orden de ideas, ubicándonos en la Región de Asia-Pacífico, dejando en el tintero a la "so-called" Región Indo-Pacífico, se nos enseñan las asimétricas relaciones binacionales y regionales de la República Popular China con sus vecinos meridionales desde Las Filipinas pasando por Nueva Zelandia, Australia y las islas del Pacífico (Pacific Islands) frente a esas mismas relaciones de los EEUU de Norteamérica con esas mismas naciones en referencia.

El "espacio geográfico territorial y marítimo" ante el cual la política estratégica norteamericana es contestable no solo por sus presencias imperiales desde la segunda mitad del siglo XIX como por sus accionares bélico-invasoras como semi-coloniales que aún está ejerciendo sobre ciertos territorios insulares como también en sus relaciones de dependencia de sus "aliados no insulares".

Lo inmediato anterior nos obliga a proponer algunas precisiones en el marco de lo histórico como en referencia a la actual geopolítica aplicada para ambos casos en discusión que se encuentran sobre la mesa.

La Política de la República Popular China en sus relaciones bilaterales con sus diferentes vecinos se contrasta, profundamente, con las relaciones aplicadas por Washington con, prácticamente, los mismos vecinos con ciertas excepciones geoestratégicas a ser consideradas.

La República Popular China, en su profunda reingeniería del Estado, según la modernidad en curso, en sus relaciones internacionales, se sustentan sobre sus experiencias político- históricas con sus naciones vecinas desarrollándolas en su "lógica dialéctica geoestratégica" dirigidas a la región meridional insular del Pacífico en consonancia con el desarrollo de una política exterior cual nos consideramos de ser la praxis fundamental y necesaria de su política internacional como diplomática estando ambas basadas en la política de la "buena vecindad" sobre las bases sustentadas, en la actualidad, en la propuesta política-económico-comercial del "mutuo beneficio" que se contiene en la aplicación del "mutuo acuerdo" entre naciones por la significación contenida en los paradigmas que se definen en la aplicación de la política de la "Ruta y la Seda" que, en última instancia, tiene sus bases fundamentales en las experiencias históricas de las diferentes rutas de la seda en sus relaciones comerciales desde los tempus en sus temporalidades tanto con Grecia como con el Imperio Romano.

En contrario, los EEUU de Norteamérica han venido desarrollando una presencia efectivo-militar conjugada con lo financiero-comercial de "puertos y puertas abiertos" desde el "Tratado de Nanking". Consideramos la no necesidad de recordar, por ahora, sobre sus presencias militares en la Región del Asia-Pacífico durante todo el siglo XX, próximo pasado.

En ese orden de ideas, la "nueva política expansiva de Joe Biden", concretamente, sobre la Región del Asia-Pacífico, tiene como su base fundamental geoestratégica sobre la geografía física, política como humana, sobre las cuales está girando toda la geopolítica norteamericana para la Región de Asia-Pacífico como primera etapa hacia la "otanización" de toda la geografía del continente de Asia sustentada por lo significado geo-geográfico-político y militar del territorio chino de Taiwan acompañada dicha isla por el racimo de las islas circundantes de su archipiélago.

Washington y el Pentágono en el diseño de su proyecto en sus praxis geoestratégicas los obliga a centrar su geopolítica, en el primer caso y geoestratégico en cuanto lo significado militar, como un-todo-imperial sobre lo que significa militarmente para el imperio norteamericano en su historia en el Pacífico, la isla china de Taiwan en lo histórico-militar-geoestratégico por su cercanía al territorio continental de China, lo que nos obliga a tratar de comprender, imperativamente, el real significado, en todo su contenido, de esa "nueva Política de Estado" de la Casa Blanca para la continuada expansión imperial de los EEUU de Norteamérica sobre la Región de Asia-Pacífico sustentada sobre las bases de Dependencia (como concepto) en lo que realmente significan los "socios y aliados". Es decir, Taiwan se podría estar convirtiendo en el "Sarajevo de la Región de Asia-Pacífico".

Lo inmediato anterior obliga al Departamento de Estado como al Pentágono proyectar dos líneas de política geoestratégicas; por un lado, es de necesidad para la Casa Blanca desarrollar políticas diplomáticas de acercamiento(sic) con las naciones de toda la Región del Asia-Pacífico según las condiciones particulares; en su segunda línea de reflexión en lo militar-fundamental con respecto a cada nación que esté inmersa (sea parte) de esa "Política de Socios y Aliados" cual, fundamentalmente, se promueve tanto a nivel uni-nacional, regional como globalmente tanto desde la Casa Blanca como desde el Departamento de Estado y del Pentágono.

Lo inmediato anterior debe estar íntimamente relacionado con fundamental objetividad en "lo real-militar" cuando se tiene como objetivo lo político-estratégico de Taiwan frente a una probable pero no deseada de confrontación militar con la República Popular China. Para ello, en esa real objetividad, el Pentágono tiene como deber fundamental considerar las actuales asimetrías tácticas y estratégicas frente a las realidades geopolíticas, geoestratégicas como militares de China actual.

En ese orden de ideas, nos consideramos que la tesis en curso-ideológico de tratar de comparar los escenarios en desarrollo militar y otros en la Europa Central en su referencia a Ucrania, Polonia, los países del Báltico, Finlandia y Suecia, aun considerándoles como un sub-conjunto militar otanista, no son comparables in-fact con los escenarios que se vienen desarrollando como imponiendo desde la Casa Blanca y Washington (Legislativo), ejecutadas por el Departamento de Estado así como el Pentágono para la definida como la Región de Asia-Pacífico en sus realidades actuales por, evidentemente, asimetrías tanto en sus tácticas como estratégicas teniendo en consideración las realidades etno-antropológicas comparativas y no-comparativas.

Lo inmediato anterior no obsta para ser rechazada esa tesis en nuestro análisis sino que se le debería proporcionar para su análisis y comprensión política un razonamiento que nos permitiera "manejar" esa "tesis comparativa Ucrania-Taiwan" al tiempo que inquirir cuál sería el objetivo geopolítico fundamental de la Casa Blanca en la praxis de su Política de Estado para lo que han denominado como la Región Indo-Pacífico cual incluye a la Región del Asia-Pacífico.

Es de público conocimiento que la "política exterior de Biden" tiene como fundamento el "control total y absoluto" de toda la geografía de la Federación de Rusia no solo por sus ventajas geo-económicas como por los actuales desarrollos e importancias geoestratégicas en considerando el estrecho de Bering y Alaska. Es decir, en un posible escenario del control imperial total por los Estados Unidos de Norteamérica abarcaría desde la costa del Atlántico transitando por Europa y Asia continental continuando hasta la costa occidental norteamericana sobre el océano Pacífico como "objetivo absoluto imperial" con lo cual llegaríamos a observar un "imperio donde no se pone el sol".

UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.



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Miguel Ángel Del Pozo


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