Putin y Xi de pie firmes en el lado correcto de la historia

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation 

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*/El mundo está cambiando ante nuestros propios ojos. Los regímenes imperialistas occidentales están siendo denunciados como los belicistas que son y un nuevo orden multipolar de asociación y paz está emergiendo./*

La histórica cumbre de esta semana entre los líderes ruso y chino provocó un paroxismo de angustia en los medios de prensa occidentales. El presidente Vladimir Putin hospedando a Xi Jinping de China en Moscú, fueron presentados como "los dos más prominentes autócratas del mundo, supuestamente estableciendo un hostil eje anti occidental."

Los medios de prensa norteamericanos y europeos, haciendo servilmente de eco de las conversaciones de sus regímenes imperialistas –estuvieron en modo superhombre del saco. La reunión de Putin y Xi fue distorsionada en todas las maneras posibles para que pareciera como algo ilegítimamente amenazador y siniestro para el "orden global basado en las normas globales" de Occidente (eufemismo que se emplea para significar depredación y privilegios del capitalismo occidental).

El modo hombre del saco supone también una amnesia colectiva. La cumbre coincidió con el vigésimo aniversario del inicio de la guerra contra Irak de parte de Gran Bretaña y Estados Unidos –indudablemente hasta ahora el mayor crimen del siglo XXI. Aun así, este abyecto aniversario no ha producido ninguna condena o vergüenza de parte de los medios de prensa occidentales ni para qué decir exigir responsabilidades.

El gratuito cinismo hacia la reunión de Putin y Xi no deja ver la profunda ansiedad entre la claque de estados occidentales dominada por Estados Unidos que el tan cacareado "orden basado en la ley" está colapsando. Colapso causado por su propia e inherente corrupción y sistemático abuso del derecho internacional y abuso de poder durante muchas décadas.

El modo hombre del saco involucra también la amnesia colectiva. La cumbre coincidió con el vigésimo aniversario del lanzamiento de la guerra de Estados Unidos y Gran Bretaña contra Irak –indiscutiblemente el mayor crimen cometido hasta ahora durante el siglo XXI. Sin embargo, este abyecto aniversario no ha agitado ninguna condena o vergüenza en ningún medio occidental ni mencionar la legal rendición de cuentas.

El gratuito cinismo hacia la reunión de Putin y Xi no deja ver la profunda ansiedad entre la claque de estados occidentales dominados por Estados Unidos en el sentido que el muy alabado "orden basado en la ley" está colapsando. Colapso ocasionado por su propia e inherente corrupción, abuso sistemático de poder y del derecho internacional durante muchas décadas.

Tanto Putin como Xi hicieron énfasis en que la Alianza Rusia-China no significaba una amenaza contra un tercer partido.

"Nosotros estamos siempre por la paz y el diálogo", dijo el presidente de China quien estuvo en Rusia durante tres días en visita de estado.

Putin saludó el punto más alto en las relaciones entre Moscú y Beiyín y destacó la larga e histórica amistad. Ambos líderes señalaron que esto no era una simple extensión de una alianza tipo Guerra Fría sino más bien un pionero de un genuino desarrollo global multipolar para todas las naciones sobre la base de la asociación y la cooperación, respetando el derecho internacional y la soberanía nacional.

En verdad, el muy anticipado orden mundial multipolar está acercándose a la realidad, mientras el entonces dominador unilateralismo elitista occidental arruga. Los líderes ruso y chino firmaron múltiples tratados comerciales y adelantaron planes para el uso de las divisas nacionales, por lo tanto, dejando en la absolescencia los privilegios sin garantía del dólar de Estados Unidos.

Existe un sentido palpable en que la economía global se está desplazando en cambios tectónicos hacia una asociación euroasiática de vitalidad y dinamismo de desarrollo multipolar, que presagia la fatídica desaparición de la hegemonía capitalista occidental ejercida por Estados Unidos. Los países occidentales están acosados por la bancarrota financiera, la desigualdad, la deuda paralizante y el callejón sin salida del militarismo.

La nota destacada la da el plan para la construcción de un nuevo gasoducto desde Rusia hacia China denominado "El Poder de Siberia II". Este gasoducto suministrará anualmente 50 mil millones de metros cúbicos de gas natural a China. De manera significativa esta nueva ruta de suministro energético ruso iguala en volumen a aquel

calculado por la Unión Europea con la operación del gasoducto Nord Stream II– Hasta que el gobierno de Biden lo voló.

Aparte de todos los impresionantes acuerdos de asociación firmados en Moscú esta semana, la nueva ruta del gas hacia China habla en voz alta. Rusia ha decidido alejarse de los ingratos europeos y dejar que sufran las consecuencias del cierre industrial al optar por el caro gas norteamericano.

El poder económico euroasiático es el punto de apoyo del desarrollo global. Rusia y China lo están encabezando y no solo para el resto de Eurasia sino también para el Sur Global. América Latina, África y otras partes. El creciente alejamiento del dólar como divisa internacional de confianza es el signo más ominoso del auge y la caída. Rusia y China están acelerando ese fatal cambio.

En un desesperado esfuerzo por prevenir lo inevitable, los regímenes imperialistas occidentales y sus medios de prensa tratan de describir la cumbre Putin-Xi como algo siniestro para la seguridad global, lo cual equivale a una proyección al revés de sus propios crímenes y depredaciones.

Los medios de prensa occidentales comentaron despectivamente que los "autócratas" Putin y Xi estaban "posando como pacifistas" a pesar que ambos líderes hicieron énfasis en que su visón de relaciones multipolares se basaba en la comprensión mutua.

Las proposiciones de China para un fin pacífico de la guerra en Ucrania fueron bien recibidas por Putin pero no así por los norteamericanos y europeos, calificándolas como "encubrimiento diplomático de la agresión rusa". Mientras tanto Washington y Bruselas hicieron nuevas promesas para aumentar el suministro de armamento a Ucrania, prolongando así el conflicto -- el peor en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

Los regímenes europeos y norteamericano son los que están descartando cualquier diálogo o comprensión político-histórica acerca de los orígenes de la guerra en Ucrania. De ahí su determinación de descartar cualquier oportunidad para una resolución. Si se sostuviera un diálogo inteligente y razonable –como los rusos lo habían propuesto antes que explotara la guerra hace más de un año—las conclusiones resultarían inaceptables para el expansionismo de la OTAN y Estados Unidos.

La paradoja es que Rusia y China son descritas como los malos del mundo por parte de las potencias occidentales, cuyas manos todavía gotean sangre producto de la fraudulenta e ilegal guerra de Irak y que actualmente están alimentando una potencialmente catastrófica confrontación nuclear por Ucrania. La misma embustera maquinaria mediática que facilitó la destrucción de Irak (y de muchas otras naciones) está ahora promoviendo la hostilidad hacia Rusia y China.

Con el propósito de incrementar esa torcida narrativa, los medios de prensa occidentales tratan de socavar el movimiento ruso y chino hacia una mejor y más justa economía global y con ello el fin de la hegemonía de Estados Unidos. Por supuesto que eso de "Hegemonía de Estados Unidos" y "Economía Occidental" son solo eufemismos de dictadura de los multimillonarios y corporaciones que la vasta mayoría del público occidental tiene que sufrir.

De tal modo que esta semana Rusia fue etiquetada como el "socio novato" de China y fue denigrada como una "dependencia" de Beiyín. Al informar los medios de prensa occidentales realizaron contorsiones para mal caracterizar gratuitamente la evidente amistad entre Putin y Xi y el tremendo significado de su visión global.

A Rusia se le trató despectivamente como habiendo devenido en nada más que "una colonia de recursos para China" debido a sus crecientes exportaciones de gas y petróleo. Ese remoquete nos recuerda un insulto del ex senador norteamericano John McCain, quien dijo que Rusia no era cosa que "una gasolinera disfrazada de país".

Resulta divertido como hasta hace poco Moscú era acusado de "chantajista energético" y que estaba convirtiendo los "hidrocarburos en armamentos" cuando era el principal proveedor de Europa. Pero cuando la abundancia energética de Rusia es redirigida hacia China ahora se la cataloga como "colonia" de Beiyín. La propaganda occidental no logra definirse si Rusia es hoy en día un tirano o un sirviente energético. Ese doblez traiciona la estructura propagandística y la demonización.

El mundo está cambiando ante nuestros propios ojos. Los regímenes imperialistas occidentales están siendo denunciados por su condición belicista, por sus privilegios y capitalismo depredador y están implosionando, sus sanguinarios días neocolonialistas han terminado y un nuevo orden multipolar de asociación y paz está emergiendo.

Las oligarquías occidentales y sus medios de prensa se están sobrepasando al hablar mal de Putin y Xi y de manera totalmente absurda. Las estrafalarias distorsiones resultan conmensurables con su desesperación.

No obstante, el tiempo en breve, estará señalando quién verdaderamente está en el lado correcto de la historia.

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Finian Cunningham

Analista internacional


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