Pérfida (y ladrona) Albión

¿Qué tal si hablamos hoy de Inglaterra? Sí, de ese país que, apoyado en la geografía y la geopolítica, entra y sale a voluntad de Europa. De ese país insular, ampliado por Londres a la fuerza, y que desde hace ya tiempo se hace llamar Reino Unido (UK, United Kingdom) sumando a Escocia, Irlanda y Gales, lo que de paso le ha permitido llevar no 1 sino 4 equipos a los Mundiales de fútbol, pero que, como todos hemos visto, está bastante menos unido de lo que su nombre pretende, porque tanto Irlanda, muchas veces masacrada, como Escocia, y hasta Gales, todos reunidos a la fuerza, han hecho intentos de separarse, frustrados uno tras otro por el superior poder militar y la cerrada intransigencia londinense. Porque a Londres, como ocurre con su heredero Estados Unidos (EU), no solo le gusta ver países diferentes del suyo partirse en trozos menores y más débiles que así resultan tentadoras presas para ser saqueadas, sino que a menudo, también al lado de su carnal EU, contribuye con brutales invasiones a lograrlo. Hay aquí cierta hermandad, expresión de algo que se debe tener presente: la peculiar relación que existe entre EU e Inglaterra. EU fue su colonia, ahora UK es colonia y protectorado suyo. Pero ambos se definen como hermanos anglosajones, arios, como pueblo elegido, favorito de Dios y llamados a dirigir el mundo. ¿Los dos? ¡Pobre planeta! Así, EU trata a Inglaterra con cierta prudencia y suele ser ella la primera en recibir sus órdenes y en ejecutarlas.

En cuanto a qué puede pasar en ese UK hoy, eso promete no ser gran cosa porque los 2 candidatos entre los que se decidirá el sucesor del depuesto Boris Johnson son por supuesto conservadores, reaccionarios y siervos de EU como él. Las diferencias entre ambos quizá convenga mirarlas cuando se sepa cuál de ellos asume el cargo. Lo que sí nos conviene como siempre para tratar de entender y recordar lo esencial es hacer al menos una breve revisión de ciertos componentes claves de su historia moderna y contemporánea. Sí, la inevitable y necesaria historia. Haré rápida alusión a algunos crímenes, robos, piraterías, saqueos, patrañas, invasiones de países y masacres coloniales cometidas por Inglaterra, y sigo hablando de Inglaterra porque esos crímenes son suyos, no de Irlanda, ni de Escocia o Gales. Empiezo la revisión, por fuerza incompleta, de su oscuro prontuario desde el siglo XVI solo para que recordemos con qué clase de país ladrón, hipócrita y criminal tratamos.

Siglo XVI

Inglaterra, entonces país pequeño y modesto, intenta crecer en tamaño y en poder desarrollando su marina por medio de piratas y corsarios. Junto con Holanda y Francia, con las que compite, sus objetivos comunes con ellas son asaltar barcos españoles cargados de oro o plata, atacar costas americanas que España, entonces dueña de casi toda América, no tenía cómo defender, y apropiarse así de islas bien situadas y de apetecibles territorios. Piratería, atracos, robos y saqueo. Destacan en esto Walter Raleigh, que funda Virginia en el norte y que en el Caribe intenta apoderarse de la Guayana hoy venezolana, y sobre todo Francis Drake, el gran corsario, que ataca y saquea ciudades costeras de Centroamérica y hasta de España y que es el segundo marino europeo en dar la vuelta al mundo. En 1588, Inglaterra, que crece, logra incluso derrotar a la famosa Armada Invencible española que viene a invadirla, aprovechando que esta era un auténtico desastre. Esa gran victoria le da prestigio entre el hampa marítima.

Siglo XVII

Sigue con más fuerza el ataque contrabandista inglés de costas de Centro y Suramérica y el asalto a barcos españoles cargados de oro y plata. Por lo general tienen éxito, pero hay un caso que les resultó una humillante y descomunal derrota. No cabe contarlo aquí, pero hace años le dediqué un programa televisivo de La otra mirada, al que titulé Una oreja cortada, unas medallas de bronce y una pata de palo. Ojalá puedan verlo. Siguiendo con su intento de apoderarse de islas caribeñas, Inglaterra no logra apropiarse de Cuba, pero sí de Jamaica. Sus Compañías de Indias crean y expanden el comercio triangular, comercio negrero que contribuye a su desarrollo capitalista. Sus reyes, sus nobles, y científicos, como Newton y Locke, son todos accionistas de empresas inglesas racistas y negreras. Gracias a ese comercio, su desarrollo industrial se forja en gran parte a expensas nuestras. Otro éxito: en las primeras décadas del siglo, Inglaterra ha ocupado una franja de la costa este de América del norte y siembra allí las 13 colonias racistas y expansivas que serán luego EU, futura amenaza del planeta.

Siglo XVIII

Para entonces Inglaterra es ya una potencia europea. España le otorga en 1713 el derecho de asiento, esto es, el monopolio para que le suministre los esclavos negros que necesita para sus colonias de Centro y Suramérica; y a finales de ese siglo le permite apoderarse pasivamente de Trinidad y Tobago, que debían pertenecer a Venezuela. Inglaterra desplaza a Holanda como primera potencia marítima, compite con Francia en la Guerra de los 7 años, y la despoja de Canadá y de India. A fin de siglo las 13 colonias, con ayuda europea enemiga suya, se liberan de su dominio y se convierten en EU. Pero no es grave: con su comercio negrero, robos territoriales y saqueos, y sus reformas y cambios sociales internos, Inglaterra está ya iniciando la Revolución industrial en Europa.

Siglo XIX

Ese es el gran siglo de Inglaterra. Es país industrial, el más rico y desarrollado del mundo, y se convierte en el más grande y poderoso país colonialista, dueño a la fuerza de buena parte de Asia y África y dominador de esta América Latina nuestra, en la que con tardía e interesada ayuda y mucha habilidad política mediatiza nuestra recién lograda independencia para imponernos su dominio comercial con tratados leoninos, bancos, préstamos, casas comerciales, libre navegación de nuestros ríos y cláusulas de nación más favorecida. Incluso nos roba tierras: las Malvinas a Argentina, costas e islas a Centroamérica, y el Esequibo guayanés a Venezuela. La pobre. Hay que entenderla. No puede dejar de robar y atracar. Es algo que lleva en la sangre.

Siglo XX

Como le ocurre a toda esa Europa racista y prepotente, el XX es también el siglo de la decadencia inglesa. Su atraso es tecnológico y su atrasado capitalismo se hace más especulativo y financiero que productivo. Soporta la Primera guerra, pero se hunde en la Segunda con la ayuda interesada de EU, que le vende chatarra militar pues sabe que su acceso al poder mundial pasa por sujetar a Inglaterra y someter a la libra en Breton Wood, en 1944. Inglaterra, incapaz de aplastar la lucha revolucionaria griega, le cede en 1947 el bastón de mando a EU y se somete desde entonces a su hegemonía. Pero mantiene como propia su horrenda conducta colonial en India, la Joya de la Corona. Promueve la división del país entre hindúes y musulmanes, y al irse finalmente de India en 1947-48, deja encendida una terrible guerra civil y religiosa que destruye medio país y deja millones de muertos. Y poco después, en Kenya en los años 50, al negarse a entregar su patria a los keniatas que se rebelan contra su dominio, los masacra llamándolos Mau Mau y acusándolos de ser caníbales.

Dominada por EU, cómplice de su política y sus crímenes, inicia el dominio neoliberal, participa en el final de la Urss, en la expansión de la Otan y en su plan de rodear y dividir a Rusia. También en el genocidio de Irak. Sus gobiernos, por orden de EU, mantienen encarcelado a Julian Assange. En el actual circo europeo de líderes siervos de EU, Johnson fue el gran payaso. Y la última hazaña de esa pérfida y ladrona Albión que se pudre a diario ha sido y es el cobarde y descarado robo de las reservas de oro de Venezuela.

Tomado del diario Últimas Noticias.



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Vladimir Acosta

Historiador y analista político. Moderador del programa "De Primera Mano" transmitido en RNV. Participa en los foros del colectivo Patria Socialista

 vladac@cantv.net

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