COVID-19 será para los estadounidenses un duro choque con la realidad y el despertar del mal llamado "sueño americano"

Estados Unidos se ha convertido en el nuevo centro de la pandemia mundial de coronavirus, con más de 100.000 casos, más que China, España o Italia. Más de dos mil estadounidenses han muerto, pero este es, seguramente, solo el comienzo de este choque mortal entre el excepcionalmente inadecuado sistema de salud pública de los EE. UU. y una verdadera pandemia global. Por otro lado, China y Corea del Sur, que tienen sistemas de salud pública universales que cubren la mayor parte de las necesidades de atención médica de su pueblo, ya han cambiado el rumbo de Covid-19 a través de cuarentenas, movilización de recursos de salud pública y programas de prueba que eficientemente se han aplicado a todos los que puedan haber entrado en contacto con el virus. China envió 40.000 médicos y personal sanitario, incluidos 10.000 especialistas en neumología, a la provincia de Hubei en el primer mes de la epidemia. Ahora, ha pasado hasta 3 días seguidos sin nuevos casos y están comenzando a levantar las restricciones sociales. Corea del Sur realizó rápidamente las pruebas a más de 300.000 personas, y solo 131 personas han muerto en ese país contra las 2000 que, sólo en el inicio de la pandemia, han muerto ya en los Estados Unidos. Los investigadores en Italia han confirmado experimentalmente que hasta 3 de cada 4 casos de Covid-19 son asintomáticos y, por lo tanto, indetectables al evaluar solo a personas con síntomas. Después de una serie de pasos en falso, EE. UU., que tuvo su primer caso el 20 de enero, el mismo día que Corea del Sur, dos meses después recién acaba de comenzar las pruebas generalizadas, cuando ya tienen la mayoría de los casos del mundo y la sexta cifra más alta de muertes en el planeta. Incluso ahora, EE. UU. está limitando principalmente las pruebas a personas con síntomas, no realiza pruebas específicas de nuevos contactos de casos, que fueron tan efectivos en China. Esto asegura que los portadores asintomáticos, propagarán el virus sin saberlo y seguirán su crecimiento exponencial.

Entonces, ¿por qué Estados Unidos es tan incapaz de enfrentar esta pandemia de manera tan eficiente o efectiva como China, Corea del Sur, Alemania u otros países? Sin duda, la falta de un sistema nacional de salud universal financiado con fondos públicos es una deficiencia crítica. Pero nuestra incapacidad persistente de establecer un sistema sanitario público es, en sí, el resultado de otros aspectos disfuncionales de la sociedad estadounidense, incluida la corrupción de nuestro sistema político por poderosos intereses comerciales y de clase y de la prepotencia estadounidense que nos ciega a lo que podemos aprender de otros países. Además, la ocupación militar de la mente estadounidense ha lavado el cerebro de los estadounidenses con conceptos estrictamente militares de "defensa" y "seguridad", pervirtiendo las prioridades del gasto federal en interés de la guerra y el militarismo a expensas de todas las otras necesidades vitales de nuestro país, incluida la salud de los estadounidenses. Desde 2010, ha habido una desviación sin precedentes de los recursos nacionales de Estados Unidos al complejo militar industrial que ha superado aún más el gasto real de guerra. Obama gastó más en el ejército que Bush, y ahora Trump está gastando aún más. Además de los 4.7 trillones de dólares en gastos adicionales del Pentágono, las guerras y el militarismo de los Estados Unidos han costado 1.3 trillones de dólares más para Veteranos desde el 2000, ya que los estadounidenses regresan de las guerras de los Estados Unidos a un nivel en que necesitan de atención médica de los Estados Unidos que de otra manera no obtendrían. Todo ese dinero se ha ido y ya no está disponible, tan seguro como si se hubiera acumulado en algún lugar de Afganistán e incinerado por algunas de las 80000 bombas que los EE. UU. han arrojado sobre ese pobre país desde 2001. Por lo tanto, no tenemos ese dinero para invertirlo en hospitales públicos, ventiladores, entrenamiento médico, pruebas de Covid-19 o cualquiera de las cosas que necesitamos desesperadamente en esta crisis claramente no militar.

A medida que los países de todo el mundo enfrentan el peligro común de Covid19, tal vez la respuesta más cínica de todas haya sido la decisión del gobierno de EE. UU. de imponer sanciones aún más brutales a Irán, uno de los países más afectados, que ya está privado de poder salvar las vidas de su población por carencia de medicamentos y otros recursos debido a las sanciones impuestas por los Estados Unidos. Pero ahora esta sociedad excepcionalmente disfuncional se ha convertido en una verdadera víctima de la fuerza de la naturaleza, un pequeño virus que puede matar a millones de norteamericanos. Otros países están a la altura de esta exigente prueba debido a sus sistemas sanitarios y sociales con mucho más éxito que nosotros. Entonces, ¿finalmente despertarán los estadounidenses de su sueño americano? ¿abrirán los ojos y comenzarán a aprender de sus vecinos en otros países? La vida de millones de estadounidenses puede depender de ello.

Basado en el artículo de Nicolas J S Davies de Global Research



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Alejandro López González

Doctor en Sostenibilidad (Cum-Laude) por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Sus investigaciones sobre la sostenibilidad de proyectos de electrificación rural con energías renovables en Venezuela le valieron el reconocimiento como la mejor tesis doctoral en el período 2018-2019, según la comisión de doctorado de la UPC. Se graduó de ingeniero electricista en la Universidad del Zulia en 2004 y ha publicado más de una docena de artículos científicos acerca de la sostenibilidad de la electrificación con energías renovables en países en desarrollo

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