Revelan secretos de las torres gemelas

La CIA estadounidense y la monarquía de Arabia Saudita conspiraron
para mantener en secreto los detalles del ataque a la Torres Gemelas
del World Trade Center de Nueva York y otros objetivos en Estados
Unidos el 11 de septiembre de 2001, según lo anuncia un documentado
libro de los periodistas John Duffy y Ray Nowosielski que pronto verá
la luz.

Los autores lograron en 2009 una asombrosa entrevista con Richard
Clarke, asesor antiterrorista de la Casa Blanca durante las
administraciones de Bill Clinton y George W. Bush, cuya publicación
enfureció a la CIA, en especial a su director, George Tenet, quien
había ocultado información crucial sobre los planes y movimientos de
Al-Qaeda, incluyendo la llegada a Estados Unidos de los futuros
secuestradores participantes Khalid al-Mihdhar y Nawaf al-Hazmi.
La CIA y la NSA, con complicidad saudí, articularon una falsa
historieta para encubrir la participación del gobierno estadounidense
en el asunto.

Pero para cientos de familiares y un número cada vez mayor de ex
agentes del FBI, la ceremonia del 11 de septiembre de este año avivó
una rabia acallada, pero no extinguida, por la conspiración de
silencio mantenida por altos ex funcionarios de Estados Unidos y
Arabia Saudita.

Para muchos ex funcionarios de la seguridad nacional, las preguntas
sin respuesta sobre los acontecimientos que condujeron a los atentados
del 11 de septiembre de 2001 eclipsan a las del asesinato de John F.
Kennedy, porque el 11 de septiembre cambió el mundo entero. No sólo
llevó a las invasiones de Afganistán e Irak, la fractura del Medio
Oriente y el avance del militantismo islámico, sino que también acercó
a Estados Unidos a su virtual conversión en un estado represivo de
seguridad nacional. Ello se manifiesta, de acuerdo a los autores del
libro, en que la política exterior de Estados Unidos se ha dotado de
una estrategia para el exterminio de los movimientos populares en
América Latina.

Según relato del nuevo libro, Mark Rossini, uno de los dos agentes del
FBI asignados a la unidad "Osama bin Laden" de la CIA, dijo estar
triste y deprimido porque los gerentes de la agencia les impidieron
misteriosamente en el 2000 informar a su cuartel general sobre la
presencia en Estados Unidos de los conspiradores de Al Qaeda futuros
ejecutores del magno acto terrorista y de nuevo lo hicieron en el
verano de 2001. "Es evidente que los ataques no necesitaban ocurrir y
que no ha habido justicia", constató Rossini según el libro.

En 2002, Tenet juró al Congreso que él no estaba al tanto de la
amenaza inminente porque esa información venía en un cable no marcado
urgente y "nadie lo leyó". Pero cinco años más tarde supo la verdad
cuando los senadores Ron Wyden y Kit Bond le obligaron a hacer
desaparecer un resumen ejecutivo de la investigación de la CIA sobre
el 11-S, donde se afirmaba que no menos de cincuenta personas leyeron
una o más de las seis comunicaciones de la Agencia que contenían
información sobre viajes relacionada con estos terroristas.

Hasta entonces, Clarke había confiado en Tenet, su colega cercano y
amigo. Alegando desesperación por no disponer de medios para difundir
la tan asombrosa revelación, en 2009, el ex asesor antiterrorista
escribió un libro que tituló, Your Government Failed You (Su gobierno
le falló), que fue ignorado en gran medida.

Dice Clarke que creyó durante mucho tiempo que se trataba de un
reducido grupo de funcionarios de bajo nivel que obtuvieron esta
información y no se dieron cuenta de la importancia. Pero resultó que
más de cincuenta oficiales de la CIA lo sabían, Tenet incluido.
Tenet y dos de sus ayudantes "antiterroristas", Rich Blee y Cofer
Black, emitieron una declaración calificando la teoría de Clarke de
"imprudente y profundamente equivocada".

Pero ahora Clarke no está solo. Duffy y Nowosielski hallaron otros ex
agentes y funcionarios clave del FBI que han desarrollado profundas
dudas sobre la historia de Tenet. El único elemento en el que no están
de acuerdo es en qué hubo funcionarios responsables del supuesto
subterfugio.

El libro de John Duffy y Ray Nowosielski relata muchos otros aspectos
que agregan gravedad a su denuncia: la complicidad saudí con los
secuestradores; el apoyo del gobierno saudí a Al-Qaeda en años
recientes; el descubrimiento del papel de agentes de la monarquía
financiando subrepticiamente los esfuerzos de relaciones públicas para
descarrilar un proyecto de ley en el Congreso que permitiría a un
grupo de familiares demandar al reino por daños del 11 de septiembre;
que funcionarios del Ministerio de Asuntos Islámicos del reino saudí
estaban ayudando activamente a los secuestradores a establecerse en
California.

El fantasma del once de septiembre de 2001 sigue rondando a la Casa
Blanca como uno de sus más grandes desmanes históricos.



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Manuel Yepe

Abogado, economista y politólogo. Profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, Cuba.

 manuelyepe@gmail.com

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