En el aporte de ayer titulado "Lo fáctico: un Estado, un gobierno, un partido", señalaba el escenario geopolítico necesario para la consolidación del gobierno de Nicolás Maduro.
Indicaba que el gobierno venezolano coquetea con los representes de Trump a oscura, negociando ciertas fichas, entre ellas: levantar las sanciones a funcionarios venezolanos, un crédito de 500 millones de $ con una institución financiera de allá, entre otras cosas.
A cambio, el gobierno favorecería la participación de corporaciones estadounidenses en lo que yo he llamado la Apertura Petrolera.2 (punto 2 porque incluye al arco minero; ganga: lleve petróleo y minerales, pague por uno). El nivel de inversión requerido para tal giga proyecto (véase tercer objetivo histórico del plan de la patria) pasa fácil los 300 millardos de $. En muy pocas regiones del mundo existe algo así, y el capitalismo necesita invertir, y el interés financiero por invertir aquí es uno de los más altos en el mundo.
Ahora bien, todo esto pende de un hilo: las vinculaciones secretas entre Trump y Putin. Personas tan influyentes como Paul Krugman @paulkrugman, premio nobel en economía, entre otras, adelantan una campaña política contra el gobierno de Trump señalando diversos vicios comprometedores. El Congreso está facultado para destituir a Trump.
Sin embargo, Trump le ha dado preventas al Congreso dominado por los republicanos. Entre las preventas está la libertad al Pentágono para llevar la política militarista sin consulta, cosa que agradó al senador John Mccain, líder republicano en materia bélica. También está el consenso por sustituir el programa social de Obama, conocido como Obamacare. Trump tiene muchas cartas en sus manos, recordemos que él sabe de casinos.
300 millardos de $ es un buen casino, más aun cuando lo promociona un gobierno debilitado como el de Maduro. Así pues, la consolidación del madurismo depende del Congreso estadounidense mismo, de las cartas de Trump, y por supuesto, de "la fidelidad opositora criolla" a su segunda intencionalidad política originaria: salir de Maduro.
Por el momento las calles arden, cosa que favorece al gobierno. Es señal de tolerancia democrática hacia la comunidad internacional. En un abrir y cerrar de ojos, el gobierno hará su jugada y listo. El rio humano regresa a su cauce (a sus casas). Todo esto lo vimos cuando Chávez y Maduro, ya es un guion aprendido.
Lo que en verdad se cocina es una relación pasada de madura más allá del 2018. ¿Se la calará el pueblo venezolano?
"Sólo el pueblo virtuoso se salva"
