Uribe-Santos, Santos-Uribe, y los falsos positivos

"El odio ha cegado al opositor venezolano,

porque consume información basura"

Un lector

"Camarita, camarita… qué de tiempo sin verlo" fue el saludo de Anacleto apenas me vio. "Siéntese, camarita, que ya le pedí un marroncito". Apenas si me había sentado cuando le escuché que decía: "Hermano, no se imagina todo lo que conversé, ni todo lo que vi, allá en Paraguachón. A pesar de que todo se veía calmado, había una gran tensión porque no sabían exactamente lo que sucedería con muchos de ellos. Por un lado, había una gente acelerada porque el gobierno estaba cumpliendo un pedido del pueblo zuliano, y usted sabe que eso no le conviene electoralmente a la oposición, pero que sin embargo se mantuvo tranquila; por el otro, la población indígena autóctona seguía su vida como si nada, transitando como de costumbre, con la salvedad de que sabían que no se les permitiría transportar productos de la cesta básica al otro lado de frontera". Hizo su acostumbrada pausa y continuó: "Como le conté por teléfono, aquí cada quién cree lo que le da la gana; unos le creen a Santos con aquello de los atropellos y otros piensan que es mentira. Lo cierto es que muchos están asombrados por el circo mediático de Santos y sus allegador, porque la mayoría recuerda las penurias a las que los ha sometido el gobierno colombiano, y las tragedias de los que fueron "deportados" con los desplazamientos forzosos". Frunció el ceño y remató: Saben que el tiempo del bachaqueo se les acabó, por lo menos de la forma en que lo venían haciendo, y ahora esperan que el gobierno les cumpla con lo del suministro de alimentos. Le repito, por esa frontera no he visto al primero que se haya ido voluntariamente. Saben lo que les espera del otro lado, en especial después de haberse enterado de que el alcalde de Cúcuta dijo que no tenían nada que ofrecerles. ¿Qué les dirá el de Maicao? Aquí han vivido tranquilamente. Muchos de ellos recuerdan las masacres y los falsos positivos".

Las declaraciones del Sr. George Okoth-Obbo, Alto Comisionado Asistente para las Operaciones del ACNUR, en las que "reiteró el aprecio por las garantías dadas por el Estado de Venezuela indicando que ningún refugiado o solicitante de asilo será deportado y que si alguno de ellos fuese deportado por error, se permitirá su retorno a Venezuela", han desarmado la matriz mediática que, tal y como un "falso positivo" a los que nos tiene acostumbrado el vecino país, han tratado de montar en contra de la decisión autónoma del gobierno venezolano, de cerrar la frontera por varios puntos álgidos, para defender los derechos de todos los que aquí habitamos a una mejor vida.

Para entender el "show" mediático de Santos y de Holguín, debemos tener en cuenta que Venezuela lleva años solicitándole a Colombia que practique las normas del "buen vecino", sin resultado alguno. ¿Por qué? ¿Por qué esa siembra de odio y xenofobia en contra de quienes siempre han tendido una mano amiga? ¿Será que como no tienen la aprobación del pueblo y están en época electoral, temen perder el poder? ¿Será que la rancia oligarquía colombiana lo sigue presionando para iniciar una guerra?

Si alguien no tiene moral para hablar de derechos humanos, sobre todo de sus connacionales, en Juan Manuel Santos, ex-Ministro de Defensa del narcotraficante Nº 82, según la lista de la DEA, cuando éste gobernaba asesinando y desapareciendo a cuanta persona le criticara. La Corte Internacional de los Derechos Humanos investiga un caso que lo involucra directamente: los "falsos positivos", el eufemismo con el que se denominaron los asesinatos extrajudiciales cometidos por miembros del Ejército y de las Autodefensas Unidas de Colombia, en contra del pueblo colombiano. Existen 5.700 denuncias por este caso, y hay que tener en cuenta que mientras Santos fue parte del gabinete de Uribe, se descubrió La Macarena, la fosa común más grande de Latinoamérica, con unas 2.500 osamentas humanas, producto de las ejecuciones extrajudiciales del ejército colombiano y organizaciones paramilitares. ¿Será que puede deslindarse de la institucionalización del uso de "hornos crematorios", también como política de las llamadas "autodefensas" de Córdoba, Catatumbo, Norte y Héroes de los Montes de María, para tapar los asesinatos selectivos y las masacres? O ¿será que ahora no recuerda los procedimientos de exterminio de la Política de Seguridad Democrática, ni que en enero del 2009 un documento desclasificado de la CIA publicado por el National Security Archive reveló que los falsos positivos eran una práctica usual dentro del ejército colombiano para ganar ascensos?

La actuación de Santos nos quiere convencer de que no es verdad que Colombia tiene más de 15 condenas de la Corte Interamericana por violación de Derechos Humanos, 50 procesos abiertos por desapariciones forzadas, desplazamientos, falsos positivos y otros crímenes de Estado, y hasta el 2011, alrededor de 134 demandas en curso por las mismas violaciones; que no sabía nada de la relación de Don Varito con Salvatore Mancuso (Santander Lozada), Diego Fernando Murillo (Don Berna), Edward Cobos Téllez (Diego Vecino) y Rodrigo Tovar Pupo (Jorge 40). Es decir, jamás ha dicho una mentira, es una santa paloma y el héroe de los repatriados. Ah, y él no participó en la "guerra de limpieza social contra el pueblo inerme", encarnada y ejecutada por Uribe.

Pero quién queda peor parada es la Sra. Holguín, que hoy declara una cosa y mañana otra, y parece no entender que otros medios distintos al cartel mediático colombiano, publican sus palabras. Habla de violación de los derechos de los repatriados por el Táchira, que no está documentada, pero calla de casos como "El informe Arco Iris", la "Masacre de Macayepo", el "Pacto de Ralito", San José de Apartadó, las "Convivir", la organización criminal "Los Doce Apóstoles", los listados de la DEA, etc. Y si recordamos lo dicho por el senador colombiano Horacio Serpa de que "Todos los caminos conducen a Uribe", debemos agregarle: "y a su ex-Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, aunque hoy aparenten estar peleados". Y aquí cabe preguntar: ¿qué diferencia hay en la relación Uribe-Santos y Santos-Uribe si el cordón umbilical, como lo son los falsos positivos, es el mismo?

En la escuela primaria estudiamos Historia de Venezuela e Historia Universal. Aprendimos a diferenciar entre Bolívar y Santander, y entre la rancia oligarquía mantuana y el pueblo. Afortunadamente, los votos para elegir los gobiernos los pone el ciudadano común, que es mayoría, no un puñado de familias ricas. Y el pueblo ha aprendido mucho de la falta de atención y de los maltratos recibidos.

El Presidente Maduro sigue hablando de paz, en una nueva frontera, por mandato de su pueblo, Anacleto sigue creyendo en el amor bacano y verraco que Venezuela siente por Colombia, los colombianos de bien viven felices en nuestra patria y nuestra oposición apátrida sigue soñando con el voto castigo para volver al poder. Pero ellos no se han dado cuenta de que el pueblo conoce a sus verdugos y que por eso ¡NO VOLVERAN!

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Luis Semprún Jurado

Profesional, productor audiovisual, co-productor y co-moderador del programa radial El Ojo de la Ciudad en Maracaibo, estado Zulia

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