EEUU alerta a las migraciones africanas

Ya antes traté sobre EXPORTAR, además de petróleo y afines, la pobreza que satura los pueblos del mundo acogotados por los imperios. Hablo de añadir en los Tratados Comerciales a cada porción de recursos exportables una cuota paralela o complementaria de mano de obra desempleada y en situación de abierta pobreza. No limitemos nuestras exportaciones a la fuga de "cerebros". Esta la podemos dejar a voluntad del interesado.

Porque, dado que la mano de obra asalariada circula libremente como mercancía, entonces demos en "comodato" la mano de obra que no podemos alimentar ni cubrirle satisfactoriamente sus necesidades dignamente prioritarias. Curiosamente, eso es lo que sobreentendidamente ha venido haciendo la empobrecida Europa luego de su desgaste productivo, de las posguerras, y ahora África, luego del saqueo de su fauna y recursos naturales mineros y humanos. El confort que ha disfrutado el resto de la población europea ha sido a costa del sacrificio de sus "exportaciones" de conciudadanos pobres, ya lo hicieron.

Europa se ha quedado sólo con la parte rentable de su producción humana. Esto no podemos seguir silenciándolo, sin ánimo alguno de despreciar a inmigrantes tan valiosos o más como los que allá se quedaron, pero quienes, por su condición de pobres y ex asalariados, su país nativo, sus gobernantes, los pusieron en listas de exportación cual excedentes humanos.

En Venezuela se conoce a las ingentes cuotas de inmigrantes de variopintas nacionalidades, todos pobres, todos venidos a menos. En estos momentos, en

África y otros países se está emigrando grandes contingentes de pobres, y ese fenómeno actual podría explicarnos la matanza continuada que viene haciendo EE UU con su población africana. Creemos que se trata de una advertencia a esas migraciones, hoy despreciados por los mismos países que hasta ayer los cazaban a lazos en las costas africanas, o los negociaban en las bolsas inglesas.

Reconozcamos que la pobreza también es exportable además de la riqueza convencional que se ha limitado a contener el llamado Valor Creado (que no agregado). Porque esto es lo que desconsideradamente hemos venido haciendo a través de tratados diplomáticos y consulares.

Ha sido, por desagradable analogía, vender el lomito y quedarnos con las demás carnes. Hemos exportado nuestra riqueza heredada por la única razón de haber nacido dentro de estas coordenadas geofísicas, pero nuestra clientela ha exigido y logrado comprarnos sólo la parte que unilateralmente les ha convenido.

Digamos que los pueblos llamados subdesarrollados o subindustrializados jamás han hecho un pacto bilateral no antisocial[1], ni equitativo ni balanceado. Nos hemos limitado a recibir sumisamente un mandato del "amo". Y esto es entendible. Lo que no se puede seguir compartiendo es que se exporte ese componente intrínseco de nuestra humanidad marginada sin esa parte humana, habida cuenta que si la dejamos sin recursos la dejaremos desnuda.

 


 

[1] Salvedad hecha de los realizados por la Venezuela de la presente V República.



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Manuel C. Martínez


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