Nuevo manual de guerra del Pentágono

Justo cuando parecía que el discurso oficial sobre las políticas
gubernamentales estadounidense había llegado al extremo de la
paradoja, la autocomplacencia y las inconsistencias, el Pentágono
emitió su "Manual sobre Leyes de la Guerra" ("Law of War Manual") que
dispone la conducta jurídica a que debe atenerse el personal de su
servicio en todas las ramas durante las operaciones militares.
En un artículo valorativo de ese nuevo instrumento jurídico del
Pentágono que fue difundido por TheAntiMedia blog y Anti-Media Radio,
la escritora y periodista Claire Bernish califica al Manual de
"escalofriante".

"Aunque la voluminosa publicación de 1,180 páginas a un solo espacio
es más seco que el pan duro -dice la periodista- y contiene un gran
número de entradas alarmantes que merecen más de una lectura
cuidadosa".

Bernish señala que este Manual, en el que se trabajó durante 25 años,
constituye la primera modificación integral de las leyes que desde
1956 rigen la política de las guerras del Departamento de Defensa
estadounidense.

Uno de los significativos cambios es el referido a los periodistas
quienes, "aunque por lo general son civiles, suelen ser también
miembros de fuerzas armadas o beligerantes sin privilegios", término
este último que al parecer sustituye –quién sabe con qué intención- al
de ‘combatientes ilegales’ que se usaba en la era de George W. Bush
para definir a supuestos terroristas que se hicieran pasar por
periodistas, resalta Bernish.

La periodista considera que en el nivel puramente superficial, la
existencia de un manual de leyes que regule el comportamiento de un
país en tiempos de conflicto indicaría la existencia en él de una
conducta respetable que excluya violaciones de los derechos humanos,
pero "en este caso ello solo sería en el plano técnico, ya que el
contenido de esta misma guía de los usuarios desmiente tal cosa e
identifica al gobierno estadounidense como el más belicoso y arrogante
del planeta".

Ejemplo de lo anterior es la bien documentada circunstancia de la
utilización de uranio empobrecido por Estados Unidos en la guerra de
Irak y en la etapa inmediatamente posterior, que dejó como secuela de
décadas muchos miles de víctimas civiles iraquíes con monstruosas
deformaciones físicas. En todo el mundo ello ha sido categóricamente
condenado, no obstante lo cual el nuevo Manual inscribe el uso de
armamentos a base de uranio empobrecido como "legal".
Desde 2004 hasta hoy la tasa de malformaciones congénitas en la ciudad
iraquí de Falluyah ha sobrepasado la de las bombas atómicas que
cruelmente dejó caer Estados Unidos sobre las ciudades japonesas de
Hiroshima y Nagasaki hace 55 años, cuando ya el Imperio nipón había
anunciado su voluntad de rendirse.

Similarmente, las internacionalmente prohibidas bombas de racimo
aparecen listadas en el Manual como armas con reglas específicas para
su uso dado que pudieran resultar necesarias para el cumplimiento de
obligaciones que le están dadas a EE.UU. por el derecho
internacional".

La autora recuerda que lo anterior obvia el hecho de que la Convención
sobre municiones en racimo ha sido suscrita por 116 países, y
solamente Estados Unidos y Arabia Saudita no se han adherido a ella en
todo el mundo.

La autora resalta la paradoja de que Estados Unidos permita la
exportación de armas prohibidas por la comunidad internacional, con la
sola condición de que el comprador se comprometa a usarlas únicamente
contra objetivos militares, "con un mínimo daño a civiles inocentes".
Frecuentemente, estas municiones dejan de estallar por meses o incluso
décadas después de haber caído la bomba madre. Los niños a menudo son
mutilados o asesinados cuando las hallan y las confunden con juguetes.
Tal circunstancia ha cobrado actualidad al conocerse de las recientes
víctimas civiles de bombas de racimo suministradas por Washington en
Yemen, a raíz de lo cual el Pentágono anunció que investigaría el caso
y prometió que, a partir de 2018, cesaría la exportación de armamento
de este tipo.

Esta última afirmación contradice, según Bernish, el interés de
Washington por que en el Manual aparecieran listadas como lícitas las
bombas de racimo para el uso por las fuerzas armadas de Estados
Unidos.

Las bombas de racimo y el uranio empobrecido son apenas dos ejemplos
de las muchas cuestiones admitidas en el Manual que generan una gran
cantidad de preguntas en vez de las respuestas categóricas que cabría
esperar por su abarcador título. Clasificados como "legales" aparecen
también otros dispositivos como las minas, las armas nucleares, las
trampas explosivas camufladas, los herbicidas, las armas láser
(cegadoras o no), las incendiarias, las armas de fragmentación, entre
otras que merecen esclarecimiento.



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Manuel Yepe

Abogado, economista y politólogo. Profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, Cuba.

 manuelyepe@gmail.com

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