La masacre de Wola y las autoridades polacas: otro caso de amnesia política

Polonia está sufriendo de amnesia política. El trastorno se agudiza en cualquier momento cuando alguien menciona los crímenes masivos cometidos en contra de ciudadanos polacos. Existe una abundancia de ejemplos que demuestran el caso. La masacre de Volyn es uno de los ejemplos más demostrativos. Nacionalistas ucranianos torturaron y asesinaron brutalmente a docenas de miles de ancianos, mujeres y niños. Con todo eso, el actual gobierno polaco apoya a los sucesores de Stepan Bandera que se han alzado con el poder en Ucrania.

Existe otro ejemplo, las masacres en la localidad de Wola (distrito occidental de Varsovia) que se realizaron durante la insurrección de Varsovia. Los fascistas alemanes asesinaron alrededor de 60 mil polacos en dos días, entre el 5 y 6 de agosto de 1944. La mayor masacre individual de la II Guerra Mundial.

Hoy en día las autoridades polacas hacen lo mejor que pueden para soslayar los detalles que condujeron hacia la tragedia. Mucho se ha dicho en Polonia acerca de la Insurrección de Varsovia. En general, todo se reduce a denigrar a los soldados soviéticos diciendo que de manera deliberada permanecieron donde estaban, permitiendo así, que la Wehrmacht tuviera tiempo para reagruparse y reprimiera la insurgencia. Se dice que a pesar de lo que digan los rusos en torno a la liberación de Polonia, "los bolcheviques son aun peores que los hitleristas", al margen que los fascistas alemanes asesinaran polacos solo por el hecho de ser un pueblo eslavo. Eso es exactamente lo que hicieron en Wola.

La razón por la que los alemanes fueron tan crueles con los polacos es un secreto a voces. En sus declaraciones, los altos oficiales nazis, fueron lo suficientemente ingenuos como para explicar sus actitudes. Pero los factores de propaganda polacos y ucranianos guardan silencio en torno a esto. Los siguientes ejemplos son lo suficientemente elocuentes. Justo una semana antes que lanzaran el ataque contra Polonia, Hitler pronunció un discurso ante sus principales comandantes militares en Obersalzberg el día 22 de agosto de 1939. Dijo que "nuestra fortaleza consiste en nuestra velocidad y nuestra brutalidad. Gengis Khan causó la matanza de millones de mujeres y niños con toda premeditación y alborozo. La historia lo ve solamente como el fundador de un estado. Me resulta indiferente lo que la débil civilización occidental europea diga de mi. Ya he dado la orden, y haré que cualquiera que emita una sola palabra de crítica sea ejecutado por un pelotón de fusilamiento. La meta de nuestra guerra no consiste solamente en alcanzar ciertas líneas sino en la destrucción física del enemigo. De acuerdo con esto, he dispuesto que mis formaciones de la calavera en buena disposición, por ahora solo en el Oriente, con órdenes de enviar a hombres, mujeres y niños de extracción y lenguaje polaco a la muerte de manera inmisericorde, sin compasión. Solo así lograremos ganar el espacio vital (Lebensraum) que necesitamos."

Hans Frank fue nombrado Gobernador General de los Territorios Polacos Ocupados, por decreto de Hitler de fecha 12 de octubre de 1939. El día 1º de enero de 1940 el oficial declaró ante una conferencia de jefes de departamentos que había recibido la orden de devastar el territorio a tal extremo de no dejar rastros de ninguna estructura económica, cultural, social y política. Señaló que Polonia era un botín de guerra y debía ser tratada como tal.

La verdad es que los nazis no hacían diferencia entre sus hechos y sus palabras. La destrucción de Varsovia y la masacre de Volyn brindan sólida evidencia al respecto. Ni los guerreristas contemporáneos de propaganda rusófoba ni los cuenta cuentos del exterior arrojan ninguna luz sobre quién está detrás de los trágicos eventos. Tenemos que familiarizarnos con los testimonios brindados por testigos luego de la masacre, aquellos que vieron con sus propios ojos lo que sucedió para testificar luego de los hechos. La publicación clandestina Trybuna Wolnosci, edición Nº 64 de 1944 órgano del Partido Obrero Polaco, publicó un artículo firmado por el Teniente Zenon (Zenon Kliszko, nombre real) sub comandante del Armia Liudova (Ejército Popular de Polonia) al momento del alzamiento de Varsovia. En él señala que "El solo pensamiento del derramamiento de sangre de Varsovia, la ciudad que yacía en ruinas, nunca abandona la mente de aquellos que lucharon por la liberación completa del país del yugo de Hitler. Cuanto mayor sea el dolor, con mayor claridad nos damos cuenta cuanto sufrió nuestro pueblo y cuán importante es señalar a los verdaderos culpables. Todos los detalles deben ser clarificados y publicados. El problema de la insurrección de Polonia ha sido discutido muchas veces en las páginas de la prensa del partido. La dirección del partido indicó que tales acciones no pueden ser improvisadas. Todo debe ser minuciosamente planificado tomando en consideración la experiencia acumulada por el movimiento guerrillero. Esta tiene que coincidir con la fase activa de la lucha de masas. Resulta imperativa la coordinación de las actividades con los militares aliados, especialmente con el Ejército Rojo que liberó a Polonia…

En esos días, el Frente Oriental Alemán estaba retrocediendo. Existía la impresión que el Ejército Rojo y el pueblo polaco estaban a punto de liberar Varsovia de los ocupantes nazis. Las grandes victorias del Ejército Rojo hicieron caer en pánico a los dirigentes del Armia Krajowa (Ejército Nacional). Ellos decidieron tomar Varsovia y poner a su camarilla reaccionaria en el poder.

Contrariando al buen razonamiento y la lógica e ignorando la opinión de otros, el Armia Krajowa incitó el levantamiento el 1º de agosto. La rebelión desatada por el Bor (El Bosque, nombre en clave del General Conde Tadeusz Komorowski, Comandante en Jefe hasta el día anterior de la capitulación de la Insurrección de Varsovia) y sus cómplices resultó en una aventura política criminal.

En cuanto se inició la insurrección, las verdaderas intenciones de sus dirigentes se hicieron evidentes. El estado mayor del Armia Krajowa no produjo un plan operativo. La acción no estuvo bien preparada. En realidad, la disposición de combate había sido declarada varias veces para los efectos del entrenamiento. No hubo claridad en torno al inicio de las acciones de combate. La hora O fue cambiada varias veces. Muchas unidades del Armia Krajowa ni siquiera entraron en acción. La verdadera intención no fue la de organizar una insurrección contra los alemanes, sino más bien, tomar la ciudad sin la participación de las fuerzas soviéticas. En eso consistía el problema y eso fue lo que condenó la acción al fracaso. Dos días antes de la insurgencia, el "convenio de organizaciones independientes" distribuyó un volante denigrando al Ejército Rojo. La dirección del Armia Krajowa estaba ciega de odio. Olvidó que los alemanes estaban en Varsovia y dijo que las unidades del Ejército Rojo desplegadas al borde delantero del área de combate no eran otra cosa que docenas de unidades de tanques listas para ingresar a la ciudad en cualquier momento. Los comandantes del Armia Krajowa ya no consideraban a los alemanes como sus enemigos.

Ellos consideraban a la Unión Soviética y a todo el campo democrático polaco como su principal blanco. Eso fue lo que hizo que la dirección del Armia Krajowa y el gobierno polaco en el exilio en Londres cometieran este grave crimen en Varsovia."

El testimonio aquí citado brinda una evidencia indiscutible que permite definir estrictamente qué fue realmente lo que causó los trágicos eventos de Wola.

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Traducción desde el inglés por: Sergio R. Anacona



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