¿Vamos hacia la última guerra mundial?

La pregunta se formula a una centuria de la primera guerra mundial, preámbulo de la segunda, y a los setenta años del tercer orden mundial impuesto por las potencias capitalista triunfadora en la segunda confrontación bélica global. El orden mundial se oficializó al mundo capitalista siguiendo la arquitectura financiera de Keynes para la economía. Después de pasar diversas etapas de crecimiento capitalista hoy en día la maquinaria industrial se encuentra entrabada; y la máquina de hacer dinero sin respaldo es moralmente insostenible.

Las señales para una tercera y última confrontación mundial son similares en esencial, pero ahora extendidas a escala global. En la vieja Europa socialdemócrata reinaba el caos político y económico. Los partidos comunistas y nacionalsocialistas le disputaban el poder a la socialdemocracia. Los partidos de la ultraderecha lograron el poder, y echaron a rodar la conquista del espacio vital.

En la actualidad los llamados euro escépticos (tendencia de izquierda) y los euro fóbicos (tendencia de derecha) confrontan al sistema de la Unión Europea (UE) con sobradas razones; la corrupción y el desempleo son fenómenos que los europeos interpretan como vinculados. El motor económico de los Estados Unidos no acelera su marcha; por lo tanto, el motor europeo se mantiene estacionado. El motor norteamericano apuesta a su revolución energética, la cual incluye la reforma petrolera mexicana.

La revolución energética norteamericana (Estados Unidos, Canadá y México) sólo durará diez años. Aun no se sabe a ciencia cierta cuan fuerte podría ser el impulso que le proporcione a la maquinaria industrial de esa región. Además México es una caja de pandora. La maquinaria industrial de la UE se encuentra atrapada entre la esperanza de la revolución energética norteamericana y la apuesta rusa hacia la pujante China.

Las presiones políticas crecen en el seno de las naciones europeas. Los gobiernos socialdemócratas europeos podrían facilitar el ascenso al poder a los partidos de la ultraderecha, los cuales le proporcionaría el respaldo irrestricto a la política imperial norteamericana. Los escenarios regionales ya están siendo preparados.

La recolonización del Medio Oriente es vital para la UE y el bloque económico  norteamericano. Las guerras “controladas” en esa región evidencian la estrategia que debería consolidarse en dos años más. Sin embargo; la resistencia chiita y la inestabilidad política de grupos terroristas son un obstáculo muy duro. Turquía está a un empujó de tomar una decisión estratégica, que para algunos ya está clara, por eso son los ataques hacia el gobierno turco.   

El otro campo minado, mejor dicho mar minado, es el Mar Amarillo. China, Corea del Norte, Japón, Corea del Sur y los Estados Unidos mantienen escaramuzas periódicas. Los asomados australianos no se quedaran atrás para apoyar a big brother. Australia inicia un proceso de recesión económica.

Las naciones, que antes definían el orden económico mundial, están acorraladas por la emergencia de bloques emancipados políticamente. Los BRICS y las asociaciones de este bloque con otros bloques económicos están marcando la pauta para la soberanía económica mundial. Los pueblos de Europa oriental están añorando una anexión a la Federación Rusa. Fue el caso de Crimea. El apoyo que pueda recibir Ucrania de la débil UE será determinante para que las naciones orientales de Europa tomen la decisión estratégica.

En mi opinión la gran decisión estratégica será tomada por Turquía. Siendo esa nación la esquina final de la OTAN en la región euroasiática, pero despreciada por la UE por ser musulmán, la clase turca  dominante girará hacia los BRICS, pero en el fondo el apoyo político será para la Federación Rusa, la cual tiene excelentes relaciones con Irán. Los viejos imperios (otomano y persa) se encontrarán de nuevo para conquistar el espacio vital, pero desde la perspectiva sacra. Ahora sí queda definido el objetivo total: el Estado de Israel.

La intolerancia ancestral y el suministro de armamento bélico por parte de las corporaciones mundiales hacia el Medio Oriente han servido la escena. La radicalización de la ultraderecha europea y la política imperial Norteamérica asistirán masivamente al Medio Oriente bajo la excusa de proteger al Estado de Israel. La convergencia de los intereses rusos, chinos e indios en esa región está presente también.

Lo sacro, lo político, lo económico y lo bélico  conflagrados en una sola parte del globo terráqueo que se vincula de igual manera con el resto del mundo es la deducción que se puede apreciar en el marco histórico de los acontecimientos pasados, en desarrollo y futuros.  ¿Se podrá evitar tal cosmovisión? En mi opinión si se puede, si se ataca el fondo del problema mundial: la reproducción inorgánica del dinero en el modelo capitalista mundial y las relaciones de dominación político – económica.  

El modelo capitalista mundial ha creado dos amenazas para la humanidad. La destrucción masiva asegurada mediante las armas nucleares y el cambio climático. El egoísmo de las naciones desarrolladas económicamente es clave para evitar la confrontación mundial. Estas naciones tienen que aprender a vivir con la deflación e implementar medidas regulatorias sobre las bolsas especulativas y los súper monopolios corporativos.

El plus añadido por la inflación “controlada interanual” fue el origen de la reproducción inorgánica del capital. Luego vino la venta a futuro de la producción industrial. La producción industrial está basada en la conquista del espacio vital por la recolonización en sus diversas formas proyectadas hacia los países con materias primas o fuentes de energía, los cuales se endeudan con las naciones desarrolladas económicamente para la transformación de los recursos naturales. Es la razón por la cual la mayoría de las naciones le ha dado la espalda al occidente capitalista y girado hacia los BRICS contra las formas de recolonización.

El ciclo de ganancias para las naciones recolonizadoras viene dado por los siguientes conceptos:

  • pago de los intereses sobre los préstamos para el desarrollo económico y social,
  • ingreso impositivo a la importación de los productos industriales de los países endeudados, y
  • la compra forzada de bienes de capital a esas naciones para la industrialización debido la negación de la transferencia tecnológica.

La recolonización es ama del dinero, de la renta de la tierra donde se transforma la materia prima para el transporte barato y de la maquinaria industrial, ya que el mantenimiento de ésta queda sujeto a la compra de sus repuestos durante la vida útil.

Cuando fue abolida la esclavitud, el esclavo fue más cautivo siendo libre. Sin conocimiento y sin empleo tuvo que vender su fuerza de trabajo al antiguo amo. El salario devengado tenía que entregárselo al amo de regreso. Hoy en día muchas naciones aún son sometidas al ciclo de ganancias similar a la vida del esclavo.

El desarrollo por la vía de la inversión extranjera es la forma clásica de recolonización. La inversión extranjera impone las pautas sobre el régimen fiscal, laboral, social y ecológico. Es decir, la soberanía política claudica ante el interés de la inversión extranjera. El modelo recolonizador fue impuesto por los Estados Unidos y las naciones europeas al resto del mundo, pero en especial, la región Latinoamérica sufrió y aún sufre la recolonización en algunos países.

Los tratados de libre comercio sólo han facilitado la inundación mercantil recolonizadora en la región dominada. Las actividades que antes eran productivas, como la explotación de la tierra por parte de los nativos, ya no lo son. Las tierras serán entregadas a las corporaciones extranjeras. Es la recolonización por la vía de los tratados de libre comercio.

La región latinoamericana es el blanco de la recolonización. La relativa baja densidad poblacional y la concentración de sus recursos naturales no se presentan en ninguna otra parte del planeta. Esto lo saben las naciones recolonizadoras y las nuevas potencias económicas, como China, India y Rusia. Esto es una gran oportunidad para mediar por la paz mundial.

La región latinoamericana parece estar llamada a evitar el último conflicto. Libre de odios sacros, sin mayor armamento bélico que sus ideas emancipadoras inspiradas en la Patria Grande de Simón Bolívar, habiendo sufrido el genocidio aborigen impuesto por la colonia, el divisionismo post independencia, el fratricidio instaurado por la Guerra Fría y la exfoliación continuada de los recursos naturales por parte de la recolonización, hoy la CELAC debe estar llena de virtudes y luces para conciliar al viejo mundo.

Los gobiernos de la CELAC tienen que tomar conciencia urgentemente de esta potencial realidad. Hay que tener confianza en sí misma, establecer una política internacional coherente y homogenizada para intervenir favorablemente en la situación mundial. En nuestra región se pueden fundir armónicamente las dos visiones del mundo. Podemos llegar a ser el reino de la igualdad y libertad.

Echando los reductos del divisionismo histórico al abismo de la ignorancia activa, la Colombia capitalista y la Venezuela socialista conviven mancomunadamente, cada nación superando sus propios problemas y colaborando con las soluciones a los problemas comunes. He colocado estos dos ejemplos históricos del divisionismo que sirven al resto de la región como ejemplo de solidaridad en las diferencias.

¿Son nuestros problemas económicos más dolorosos que el dolor de las guerras? ¿Es acaso que los problemas económicos no tienen solución? Venezuela ha marcado un ejemplo de justicia social en la región. La transición económica venezolana es difícil por su anomalía rentística petrolera. La sociedad venezolana fue acostumbrada a la inmediatez del flujo petrolero. Las costumbres y vicios generados por esa inmediatez son los obstáculos a derribar. Nuestra guerra está en la mentalidad nacional.

La percepción de Simón Bolívar acerca de la mentalidad nacional y regional quedó plasmada en la carta de Jamaica y en el discurso de Angostura. También el padre de la nación dejó el camino para la purificación de la mentalidad nacional. Hugo Chávez fue consecuente con el proyecto de purificación., véase objetivo 2.4 del Plan de la Patria.

Con una salvedad, que en lugar de valores libertadores del socialismo debería ser del cristianismo como lo expresará Simón Bolívar en su discurso de Angostura al citar el libro de los Apóstoles y la moral de Jesús. Ese es el Camino para la sanidad de la mentalidad nacional y personalísima.

También lo es para la humanidad. Por medio del Camino se funden armónicamente las visiones antagónicas del mundo. Podemos comprender que en las diferencias está la fuerza que nos une. Es la verdadera unidad hacia la paz. Nuestra región latinoamericana está revolucionada por el fuego de Jesús quinientos años después. Ahora el pueblo latinoamericano está conociendo los verdaderos pensamientos emancipadores que les fueron negados.

Esta es la razón más poderosa que tiene la región latinoamericana para ayudar a la emancipación del mundo. Somos la reserva para ayudar al mundo occidental extraviado a regresar al Camino; y unirnos con las conciencias emancipadas en el resto del mundo para un nuevo comienzo; que llamaremos políticamente el socialismo cristiano, por la ética filantrópica y rectificación constante en nuestras relaciones sociales, y por el modo de producción ecosustentable de nuestros bienes y servicios necesarios. Estamos a sólo un paso de lo uno o de lo otro, de la muerte o de la salvación de la humanidad.

Edwin J. Medina Morales.    Miembro del PPT, municipio Los Taques, Falcón.

emedina62@gmail.com



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Edwin J. Medina Morales


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