Niger, golpeada por la hambruna, nutre el desarrollo francés (CORREGIDO)

Niger, la ex colonia francesa en África, se enfrenta –una vez más—a la hambruna y las agencias internacionales de asistencia informaron esta semana que alrededor de un millón de personas no tienen actualmente acceso a la alimentación.

Se trata de la cuarta crisis de este tipo que azota a este país de África Occidental en años recientes, cuando hambrunas similares lo golpearon en 2012, 2010 y 2005. La causa inmediata sería el crudo clima que ha destruido las cosechas. Pero la causa principal es el deliberado subdesarrollo de Niger bajo el neocolonialismo parasitario de Francia.

Irónicamente, este subdesarrollo crónico y la pobreza en Niger y en África en general, constituyen la piedra angular del propio desarrollo nacional y creación de riqueza en Francia.

Niger posee un territorio que es el doble de la superficie de Francia con una población de solo 17 millones de habitantes – la cuarta parte de la población francesa. Gran parte del área Saheliana es árida y hostil a la agricultura, pero dada su relativamente poca población Niger debería ser un país rico debido a sus otros y abundantes recursos naturales.

Se trata del quinto mayor productor mundial de mineral de uranio, detrás de Kazajtán, Canadá, Australia y Rusia. Niger tiene también otras riquezas minerales que incluyen oro, mineral de hierro, molibdeno, estaño, sal, yeso y fosfatos y lo que ya ha sido comprobado, vastos yacimientos no explotados de petróleo y gas.

Sin embargo, a pesar de toda esta riqueza natural, Niger es oficialmente el país más pobre de la tierra. Según el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas para el año 2012, ocupó el último lugar entre 186 países.

La explicación para esta anomalía es que la crónica condición de subdesarrollo de Niger, pobreza y hambre es consecuencia de la política –de la política francesa—para ser exactos.

Al igual que muchos otros países africanos, Niger ganó oficialmente su independencia de Francia en 1960. Pero, al igual que otras colonias, su recién descubierta “libertad” se ha comprobado que es Ilusoria.

Durante las últimas seis décadas, Niger ha sido mantenida como esclava del sistema monetario francés conocido como “el franco africano”. El signo monetario francés ha sido impuesto en más de una docena de ex colonias francesas, entre ellas, Costa de Marfil, Burkina Faso, Benin, Chad, Malí y Niger como condición para su “independencia” política.

París determina que todos los países miembros deben depositar sus ingresos anuales en la Tesorería de Francia, desde donde las ex colonias pueden girar en calidad de préstamos, cobrándoseles impuestos por este dudoso “privilegio”. Mientras tanto, el gobierno francés se permite utilizar este dinero africano para invertir en sus propias compañías sin intereses.

Del mismo modo, Francia unilateralmente determina la tasa de cambio para el Franco Africano contra el Euro y otras monedas internacionales.

De este modo, Francia ha sido capaz de continuar con la super-explotación de África tal como lo hacía durante los alegres días del coloniaje del siglo XIX y XX, solo que ahora se hace bajo el disfraz, políticamente correcto de “naciones independientes.”

El saqueo financiero y económico de África significa que los recursos extraídos al mínimo costo para Francia, país entonces que puede exportar sus productos hacia sus antiguas colonias a los precios más elevados. En conclusión, África está cogida en la trampa del subdesarrollo y del hambre, tal como lo estamos viendo ahora en Niger, a pesar que el continente cuenta con los recursos más abundantes del planeta.

Un aspecto del subdesarrollo forzado de Niger es como sigue: aparte del mineral de uranio, las otras exportaciones importantes son ganado, frijol caupí y cebolla. En otras palabras, el país a pesar de sus vastos recursos naturales está atrofiado y en ruinas.

Francia además intenta mantener a Niger paralizada económica y socialmente porque esto asegura que pueda explotar a Niger a voluntad y en particular su mineral de uranio que es estratégicamente vital para ella.

Alrededor del 80 por ciento del suministro eléctrico nacional de Francia es generado por 59 plantas operadas por la estatal Electricité de France. Cerca de un tercio del suministro total anual de mineral de uranio para sus plantas eléctricas es aportado por Niger. La compañía francesa AREVA posee minas de uranio por toda Niger y son custodiadas por fuerzas especiales francesas.

El suministro eléctrico es quizás el principal determinante del desarrollo general del país. De tal modo que los ciudadanos franceses pueden disfrutar de la electricidad en todas partes, y todo el desarrollo social que va acompañado con ella, reposa sobre los hombros de una extensa pobreza y sufrimiento en Niger.

AREVA es la segunda empresa más grande del mundo productora de mineral de uranio con ganancias anuales alrededor de 430 millones de euros. A comienzos de este año, la empresa dijo que estaba empleando la décima parte de esta cantidad en mejorar la seguridad de sus principales instalaciones mineras en Arlit, Niger, luego que militantes atacaron la planta el pasado mes de mayo. Este ataque hizo que el Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Laurent Fabius, visitara la planta donde alertó contra el espectro del “terrorismo a través de toda África.”

Fue desde la mina de AREVA en Arlit que cuatro empleados franceses fueron secuestrados por militantes
aparentemente vinculados con Al Kaida en el Maghreb a fines del año 2010. Los rehenes fueron regresados a Francia a fines del mes pasado luego que las autoridades francesas, según se informó, pagaron un rescate de 20 millones de euros.

Poniendo estas cifras en cierta perspectiva, cuando Niger sufrió una anterior hambruna en el 2005, AREVA donó 250 mil euros como “socorro humanitario” para todo el país, es decir, un 0,06 por ciento de las ganancias anuales de la compañía o dicho de otro modo, el 1,3 por ciento de lo que Francia pagó por el rescate de cuatro de sus connacionales, es decir, menos del 1 por ciento de lo que AREVA gasta en “asegurar” sus propiedades en Niger.

Al occidente de Niger está Mali, otra ex colonia francesa, la cual posee según se estima, potencialmente lucrativos depósitos de mineral de uranio, aun sin explotar.

Cuando lanzó su invasión militar contra Mali en enero de este año, el presidente François Hollande alegó que su país estaba protegiendo la soberanía de Mali atacada por insurgentes y “terroristas” al mismo tiempo que tres mil tropas desembarcaron en Mali y aunque esto fue escasamente publicado, fuerzas especiales francesas fueron despachadas para extremar la seguridad de las minas de AREVA en Niger.

El terrorismo, como la pobreza y el hambre, tiene sus propias raíces

Estas raíces se desplazan desde el mismo París, lugar donde la política neocolonialista es aplicada para asegurar que el desarrollo nacional francés y la riqueza de sus elites siga aumentando sobre la base de la brutal y constante explotación de los africanos durante muchas décadas hasta nuestros días.

En momentos en que un millón de personas enfrentan la hambruna en Niger –el país más pobre de la tierra, que podría ser uno de los más ricos—olvidadizos políticos franceses, acomodados en el Palacio del Elíseo, sin duda alguna estarán brindando con finos vinos, sobre platos exquisitos y arrogantemente y en medio de risas contenidas musitarán ¡Vive la France!

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editorial@strategic-culture.org

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
Strategic Culture Foundation

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Finian Cunningham

Analista internacional


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