Al igual que sus hermanos
europeos del mundo de los corsarios y piratas, les parece mucho más fácil
emplear la vieja metodología de arrancarles las riquezas a los demás a punta de
garrotazos.
Y por eso nada de extraño
tiene que sus primos que se encuentran en el continente americano, sean fieles
practicantes de la herramienta del conflicto como vía para apoderarse de lo
ajeno.
Tomando prestadas las
palabras del jurista estadounidense Jonathan Turley, “Una nación autoritaria se define no solo por el uso de poderes
autoritarios, sino por la capacidad de usarlos. Si un presidente puede
arrebatarte tu libertad o tu vida con su exclusiva autoridad, todos los
derechos acaban siendo un poco mas que una concesión discrecional sujetas a
voluntad del ejecutivo”.
Nadie va a vendernos que la
conducta del UK de invadir –estando tan lejos de casa- unas seis u ocho veces a
las Islas Malvinas, desde que andaban
por aquellos lados los españoles, es un comportamiento de convento o de
monasterio, eso simplemente se llama autoritarismo y guapetonería y ese ha sido
el modelo social que han empleado los imperios desde que se tenga conciencia de
que vienen existiendo.
O sea, el que se considera
más macho y tenga los bolsillos llenos de manopla, navaja sevillana y una vera
terciada a la espalda es el dueño del patio, que ni siquiera es su patio trasero.
Nada nueva estas conductas
que exhiben los ingleses, porque si vamos a la historia, hallaremos en los
libros esas actitudes y modo de concebir la vida de los europeos. En el Bolívar
del historiador colombiano Indalecio Liévano Aguirre, este hace referencia a
una de las entrevistas que sostuvo el Libertador con el presidente Alejandro
Petión y como el guerrero caraqueño escuchó del prócer haitiano “…sus temores en el posible arraigo de los
poderes metropolitanos de Europa y América y le expresó su interés por ayudar a
los venezolanos y granadinos…”
Por lo que apreciamos
entonces, la conducta provocadora de los ingleses, no es nada nueva y los
latinoamericanos, todos, debemos tomar en consideración eso que está
ocurriendo. Aquí lo importantes es demostrar nuestra inteligencia, crear y
proponer y no dejarnos canipular por la zanahoria que le colocan al asno para
“conducirlo”, “guiarlo” u “orientarlo”.
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