Ley del talión

“Cuando decimos que nunca vamos a olvidar vamos en serio, no importa que gobierno esta al frente no importa quien esta gobernando, íbamos a asegurarnos que los autores de este horrible acto recibieran justicia”

Washington, desea incrementar los conflictos endureciendo las técnicas de persecución a los que considere hostiles o enemigos sin reconocer fronteras, incrementando los asesinatos selectivos con la ayuda de los aparatos de inteligencia aliados y con la tecnología controlar mas a las sociedades, de esa manera tendrán mayores argumentos para entrometerse no solo con los gobiernos sino con los pueblos directamente como lo hace en Libia, Palestina y en algunas naciones en el Norte de África.

Las nuevas direcciones políticas de Obama para el mundo tras el éxito que le representa la muerte de Bin Laden, no son burdas bravuconadas. Las imprecaciones lanzadas contra pueblos a los que ellos consideran enemigos llevan la confianza de realizarse más aun, ahora, que los republicanos sonríen a la casa blanca. La guerra global contra el terrorismo por George Bush, se ha repetido en varios frentes que serán ampliados contra Ahmadinejad y Chávez, quienes no deberían desconocer esta fuerza atribuida a la palabra enunciada para que el militarismo imperial la haga realidad.

Para la política norteamericana los problemas no son el narcotráfico ni el terrorismo, esto va de suyo con su concepción de la política exterior. El problema que cada cuatro años se presenta es contra quien y cuando se librara una próxima guerra, los militares del pentágono y la OTAN requieren saber nuevos escenarios bélicos que les permita movilizar sus ejércitos, a la vez, les permite sostener la venta de armas compartida con los otros cuatro que forman el Consejo de Seguridad Permanente de la ONU.

La guerra contra las revoluciones en Centro América y contra el islamismo de Ayatollah Jomeini, lanzadas por Ronald Reagan, se ha sostenido a lo largo de cada administración norteamericana. Desde esa época lo dicho por Obama, obedece a un principio de guerra continua del pentágono. El militarismo y la tecnología son la mayor fuerza geopolítica así como el valor militar de EEUU, es el mayor principio político de su diplomacia para condicionar de una forma inhumana a las sociedades subdesarrolladas.

Lo que mas llama la atención de los discursos de Obama, cuando se refiere al asesinato de Osama Bin Laden, es la frecuente utilización de la palabra justicia, debe ser otro tipo de justicia que Washington desconoce porque no la practica con los presos de Guantánamo, o los presos torturados sexualmente en las cárceles de Irak, Afganistán, así como la justicia que reciben sus pueblos bombardeados donde mueren niños, mujeres y ancianos inocentes que pasan como costos aceptables de guerra.

Esa justicia donde los presos son anónimos sin orden de prisión ni sentencia, nadie sabe cuando saldrán o en que situación se encuentran. Esa especie de justicia como la realizada con Saddam Hussein, acusado de poseer armas de destrucción masiva que nunca hallaron para después de un juicio teatro conseguir la ejecución en la horca según la costumbre musulmán, como el entierro en el mar de Bin Laden, otra costumbre islamista inventada por Washington, después de haber sido asesinado desarmado delante de su familia.

Esa es la justicia de la que habla Barack Obama, justicia autónoma de una nación imperial rica y desarrollada. La justicia estadounidense y los derechos humanos están en constante evolución así como el concepto de terrorismo de Estado, incrementando los asesinatos selectivos, estrategia utilizada masivamente por el MOSAD. Washington busca popularizar el sicariato bajo la tutela de terrorismo de Estado por ellos aplicada.

Que justicia puede existir apoyando con armas y dinero al gobierno de transición en Libia, cuando aviones de la OTAN bombardean pueblos y ciudades profundizando la guerra civil o sosteniendo al gobierno de Siria, cuyo ejército dispara a matar a la población por interés estratégico de Israel por las alturas del Golán. En los dos casos hay intromisión en los asuntos internos de esas naciones por parte de la coalición liderada por EEUU y Europa.

A lo largo de las actuales transformaciones que viven el mundo y los socialismos y, aun a pesar de las grandes diferencias al interior revolucionario una consciencia persiste y una profunda identidad es compartida por todos los pueblos oprimidos, el cambio.

La actual situación de crisis económica y social junto a la crisis climática y las variadas opiniones que provocan las revoluciones pacificas han contribuido a afirmar la unidad entre los pueblos y a fortalecer la cohesión en torno a muchas solidaridades e ideales colectivos mas allá de su controvertida personalidad política, lideres como Hugo Chávez, (si no es tocado por el capitalismo) aparece en la región como el exponente de una nueva historia revolucionaria para enfrentarse a la coalición de las naciones desarrolladas y sobre todo al liderazgo de EEUU.

Junto con Ahmadinejad son con sus pueblos, los protagonistas de una causa común para todos los movimientos sociales por encima de las divisiones que existan en los gobiernos revolucionarios.



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Raúl Crespo


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