(Una reflexión para las manitos blancas)

Libia; carne de cañón en la nueva estrategia de intervención

Un día de estos, convulsionados en toda la Nación Árabe por más democracia, libertad y participación política, contra las monarquías y las políticas fondomonetaristas, la protesta llegó a Libia, donde a decir de los entendidos es la Nación Africana con mejores índices sociales y económicos. En las primeras informaciones CNN y BBC dan cuenta, sin imágenes, de cruentos bombardeos por parte del gobierno contra población civil indefensa con unas importantes cifras de muertos. Algo parecido al 11 de Abril de 2002 en Venezuela.

De inmediato, los gobiernos de EE.UU, Inglaterra, Francia, Alemania, España e Italia condenan la acción gubernamental y acusan al gobierno de crímenes contra la humanidad ante todos los organismos internacionales posibles. Libia y su gobierno legítimo en tiempo record son sancionados y deslegitimados en aras de una defensa de la humanidad no vista en otro lugar y tiempo. De repente aparecen ante las cámaras, en reuniones muy publicitadas por CNN y BBC, unas personas desconocidas, visitando los países de la UE y EE.UU., donde son investidos ante el mundo con una legitimidad absoluta de representación de la Nación Libia. Algo así como Pedro Carmona cuando pasaba frente Miraflores y lo llamaron para que fuera Presidente de Venezuela.

Sin embargo, siempre en estos eventos que marcan la historia humana aparece un TeleSur que muestra imágenes reales y actuales, un DOSSIER con Walter Martínez, que en análisis crítico de las imágenes periodísticas nos muestra a una oposición Libia, que al mejor estilo Hollywoodense posee y dispara armas de todo calibre y en todas direcciones contra un enemigo inexistente con la idea de mostrar control del territorio. Pero en muchos de sus rostros y acciones se descubre una poca preparación militar o guerrillera para enfrentar a un ejército regular.

Con experiencia o no, estos hombres que luchan en armas, contra el gobierno y en consecuencia contra el Estado Libio, según las reglas de los EE.UU. y la UE deben ser considerados combatientes, en el mejor de los casos, y como tales el gobierno y el ejército garantes de la soberanía y la integridad territorial de la Nación Libia están obligados constitucionalmente a enfrentarlos. Esta situación los coloca en una desventaja operativa y constitucional contra un ejército regular con consecuencias realmente lamentables que a la luz de la buena y veraz información representan el eslabón necesario para que los EE.UU. y su corte europea intervengan en la acción invocando una ayuda humanitaria mediante la cual deben hacer llegar especialistas en guerra y suministros (armas) que luego, cuando tengan el control de la situación cobraran.

felmar138@gmail.com


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Felipe Marcano


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