La rebelión que se expande

Es indiscutible que la crisis mundial del capitalismo ha desencadenado violentas manifestaciones de los sectores más sensibles de la población humana. La especulación financiera con  el precio de los alimentos por parte de las multinacionales que lucran al respecto está dejando un saldo en rojo en todo el norte africano revuelto y en pie de guerra contra las pseudodemocracias financiadas por EEUU y que apoyan deliberadamente al gobierno fascista de Israel. Desde Túnez hasta Yemen, Egipto de por medio, están ardiendo y propiciando la posible unidad del pueblo árabe contra todo tipo de injerencia capitalista. 

Europa no se salva de enfrentar todos los días a las multitudes de obreros organizados que protestan contra las medidas del FMI destinadas a sacrificar más fuentes de trabajo para fortalecer al capital. Estudiantes y pensionados, obreros y campesinos ahora deberán fusionarse para destronar a los falsos “socialistas” que detentan gobiernos títeres, y salvan a banqueros, para castigar a jóvenes y viejos como nunca antes en la historia del viejo continente. 

En tierra de Obama, cada vez peor, con más gente sin seguro social, arrastrados por la crisis financiera, vuelven a sufrir las inclemencia del clima (frío mortal) y el desastre económico del país más endeudado del globo, y a la vez, el más armado, conflictivo, enfermo y desquiciado. Y después de la derrota legislativa, deben enfrentar ahora las rebeliones islámicas con el miedo, pánico, y temor de que estos países del norte africano sigan la línea revolucionaria del Irán rebelde. Ellos saben que calcularon mal, y en estas circunstancias, un error de cálculo puede significar mortales pérdidas geopolíticas. 

La crisis global tiene tres cabezas fundamentales, la energética (pico del petróleo) que ahora considerando el caos islámico frente a los tiranos de orden y de capa caída, aumentará el precio del oro negro, pero aumentará también la injerencia en nuestramerica debido a la perdida de piso estratégico en África islámica. La otra cabeza es la climática, es la que tiene al norte muerto de frío y al sur muerto de calor. A Australia bajo el agua y al oriente todo descontrolado. Sabemos de las consecuencias humanas de estos desastres climáticos en miles de damnificados, y desplazados del mundo, para los cuales no existen respuestas inteligentes, sino de países socialistas que en verdad velan por estos hermanos en desgracia. 

La otra cabeza es la crisis financiera mundial, por medio de la cual, el mundo occidental está pagando las consecuencias políticas en el frente árabe, sudamericano, oriental, etc. Crisis que aumenta  el número de desempleados, de hambrientos y por ende, de guerras, rebeliones y delincuencia de todo tipo. Crisis que el capitalismo usa para aumentar a su vez el flujo de capital para el minoritario y multimillonario grupo de ricos del mundo. Mientras más aumenta el capital de estos plutócratas más aumenta en millones los hambrientos, enfermos, excluidos y miserables en el mundo. Crisis económica que nos está diciendo que un modelo de explotación sanguinario no resiste más, pero que el capitalismo fuerza hasta sus últimas consecuencias. Mientras millones se mueren de hambre los capitalistas usan las semillas de cereales para biocombustibles. ¿Cuántos millones de seres humanos mueren para que los carros rueden por las autopistas gringas y europeas? 

Vendrán más y peores revueltas, porque alimentos hay, y hay a montones, pero son usurpados por los que especulan con el hambre y han convertido a las mayorías en víctimas del hambre como arma mortal. Ellos controlan las semillas, el agua, las tierras cultivables, la propiedad intelectual de los productos agrícolas, y especulan con los precios generando una mortandad siniestra que queda impune ante la comunidad de naciones sometidas al yugo de la plutocracia mundial. Más de 865 bases militares rodean al globo para controlar estas revueltas, y mientras pueden infiltrar las protestas y cambiar algo para mantener igualito el régimen del capitalismo salvaje lo harán. Pero cuando se les escape de las manos, usarán el poderoso poder bélico, por eso y porque las manifestaciones populares se harán cada vez más agudas es que vendrán más guerras. 

En Venezuela se han visto en este último momento histórico además del sostenido combate mediático contra el modelo socialista bolivariano, por medio de la mentira, la información sesgada, la manipulación de toda índole para culpar al gobierno de la violencia, decimos que hemos sido testigos del caos generado este fin de semana en CAVIM, el sector militar encargado de las armas y explosivos. Hasta ahora no sabemos la causa del incendio que causó una mega explosión a partir de las 4 de la mañana del domingo pasado. Pero nada extraña que esté implicada el ala más radical de la ultraderecha local, cuyas venas la conectan con intereses gringos y sus tentáculos paramilitares. Esto significa que la oposición pasa de una práctica de guerra mediática a la de sumarle atentados terroristas, cuya finalidad es la desestabilización y el caos. Nada fuera de sintonía con las “revoluciones de colores” que implementan simultáneamente en varios países para mantener, a través del caos, un orden mundial plutocrático. 

Finalizamos con nuestra posición frente a los cambios que se ven nacer dentro del partido de la revolución bolivariana. Justo a tiempo, Chávez ha generado unas líneas estratégicas para reorientar estructuralmente al partido y quitarle el cascarón burócrata y representativo que se deslinda de los intereses de las bases y se venía perfilando como dueño y señor del gobierno y del partido simultáneamente. Hecha la autocrítica necesaria después de las elecciones legislativas del pasado septiembre, el líder asumió la necesidad de darle un giro fundamental a las tendencias reformistas de muchos líderes y a la vez funcionarios que vienen secuestrando al partido y generando el caos interno. Caos que está directamente relacionado con la apatía y el desinterés de muchos camaradas que se ven excluidos, marginados, desnaturalizados por sus propios compañeros de ideal, pero con una práctica que está más del lado del capitalismo que de la revolución. Ojala la dirección nacional ejecute estas líneas y cambie porque de lo contrario verán un Egipto dentro del partido, un Túnez en el psuv, una revolución islámica interna clamando por democracia directa y poder popular. No es el tiempo de los tiranos, es la hora de la revolución social. 
 

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Mario Forti

Astrólogo, filósofo, músico, tatankisi, escritor, poeta, critico, ddhh, tarotista, taoista, lector, meditación, yoga, sanación, terapias shamánicas integradoras

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