Vasconcelos, la sombra de una sombra sobre la Revolución Mexicana

 (¿Y QUÉ CONSECUENCIAS TRAE ESA SOMBRA VASCONCELIANA SOBRE TODOS  NOSOTROS “POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, AMÉN”?) Aquiles Pinto Ravelo

REFLEXIONES A 200 AÑOS  DE  INDEPENDENCIA Y 100 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA ( 20 nov.1910-2010),

Papel de Trabajo para la discusión del Diplomado sobre Indosocialismo, interculturalidad y socialismo del siglo XXI.

º ¿Los pueblos originarios y  los gringos en el mismo  saco como “los enemigos de México”? ¿Cuál México?  Esa sombra de una  sombra,   se prolonga todavía sobre todos nosotros, los pueblos del continente.

  º Los  pueblos originarios  como  pretexto  para  fundar un nuevo racismo anti-indígena,  otra variante del hispano/centrismo disfrazada de universalidad y lucha contra la hegemonía anglo-norteamericana.   Cómo repercuten hoy esas falsas ideologías  contra los intereses específicos y comunes de nuestros pueblos y países.

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Todo marxismo  que  me despoje  de  mi  propia  historia y  cultura,  es  religión opio del pueblo.

Eduardo  Galeano (El Tigre Azul)

Si  la  revolución  mexicana (1910) no  hubiese tenido una  orientación  anti-indígena, es muy probable, que  la  revolución  soviética  siete años  después, hubiese tenido una orientación  muy   distinta  sobre  todo,  en  lo tocante  al manejo  de  sus relaciones con los pueblos,  las  naciones y nacionalidades. Y aunque lo  intentó con  mucha seriedad al  principio, el estalinismo y la dinámica de la segunda guerra mundial, se interpusieron contra ello de manera definitiva.

Esteban Emilio Mosonyi

DOS ENEMIGOS DE  MÉXICO PARA VASCONCELOS: INDÍGENAS  Y  GRINGOS EN EL MISMO SACO  O  UN “ANTI-IMPERIALISMO”  PREÑADO EN LAS “BUENAS INTENCIONES” DEL COLONIALISMO INTERNO

¿Parirán esta vez de buenas intenciones  Vasconcelos y  sus vasconcelianos?

      ¿Quiere decir  esto  señor  José Vasconcelos, que son  tan  enemigos de México  los  pueblos  originarios  como  el imperialismo norteamericano? ¿Pero,  explíqueme entonces  de qué México me habla usted  al  margen  de sus pueblos  originarios? ¿De  la  mitad del México  usurpado por los  Estados Unidos en 1846-48? ¿O  de la  otra parte del México Profundo, originario,   que  se resiste a  ser  colonia del norte? ¿Se ha dado cuenta usted que sin  pueblos originarios México no existe y su territorio restante sería  subsumido por la bota imperialista yanqui? ¿O  es este su propósito final encubierto? ¿Cómo  ha  hecho  usted  para  meter  al  usurpador y  al usurpado en un mismo saco y promover y justificar como proyecto la destrucción de los pueblos originarios  de todo un continente? ¿De  cuándo acá los  pueblos originarios –como pueblos- han  tenido intereses comunes con  los  conquistadores e invasores del norte?¿Acaso todo imperio no busca dividir  y enfrentar para vencer? ¿Por qué lo que sobrevivió al genocidio y a la conquista del oeste norteamericano, fue recluido en reservaciones? ¿No es acaso la misma  justificación de escoger  entre “civilización o barbarie”, lo mismo que movía tanto a Sarmiento y  Alberdi, como a  Vasconcelos? ¿Qué enfrentó Mandela en Sudáfrica como  Apartheid, no fue la falsa escogencia entre civilización  o barbarie?

AUTOCONFESIÓN DE GENOCIDIO FUERA DE TODA SOSPECHA MEDIÁTICA Y COMPLEJO DE CULPA

         Un vasconceliano encubierto decía en uno de sus libros, con profundo descaro y estilo cantinflérico:

…”Y porque hemos asistido a la destrucción de las civilizaciones originarias, hemos demostrado que somos capaces  de generar  civilizaciones”…Vale decir, podemos seguir matando indios para generar civilizaciones: (Mientras José Martí decía en su tiempo que “América no caminará sin el indio”, ese autor contemporáneo en un libro suyo, que se pretende revolucionario, de “pensamiento martiano” y de “Nuestra América”, hace  esta penosa autoconfesión de genocidio). Hacerle caso  hoy a este señor mantuano y etno-genocida en materia de políticas  indígenas, sería como  proponer unos campos de concentración en las fronteras, que comenzara por encerrar a los pueblos originarios como supuestos “aliados potenciales” del imperialismo. Vale decir, separar a tiempo “la barbarie” de “la civilización”.   Hoy  todavía se le dice a los pueblos indígenas, lo mismo que le dice el  sionismo del Estado de Israel a  los palestinos:

    “Tenemos que convencer a  los palestinos, que ellos son un pueblo derrotado para siempre y  por los cuatro puntos cardinales”.. (el mismo lenguaje que  usan los vasconcelianos de ayer y de hoy contra los pueblos originarios de América. Las razas vienen y se van y ustedes vinieron y se fueron y como dice la canción, ¡para nunca más volver!) Indio pa´los museos, es el lenguaje vasconceliano ayer y hoy. Un pasado glorioso y hasta allí…  En cambio nosotros,  en la  revolución bolivariana a quien hemos estado enviando a  los museos es a los viejos y nuevos conquistadores, con estatua y todo. Para allá van Colón y Bush. Porque como diría Rengifo, hemos entrado en los tiempos de la anti-conquista. Y diremos ahora, de nuestra segunda independencia.

        Aclaremos.  Son ustedes, señores: las minorías dominantes, indomestizas, mantuanas, pseudo-españolizadas,  blanqueadas, renegadas de sus propios orígenes,  quienes  han  tenido  intereses comunes con  los  Estados Unidos.  Son  ustedes  los  inventores  de Vasconcelos y de sus  aliados  piti-yanquis como Sarmiento y Alberdi, los agentes del blanqueamiento  progresivo y  de  la  europeización compulsiva y unilateral. La Santa Alianza (1815) y la Doctrina de Monroe (1823), siempre fueron complementarias, nunca antagónicas hasta hoy, como lo  probó la Guerra de Las Malvinas (1982). Donde la doctrina de Monroe y el TIAR  funcionaron como el mundo al revés denunciado por Eduardo Galeano, para poner a  USA del lado de  las tropas británicas y de espalda a este continente.

A 100  AÑOS  DE  LA  REVOLUCIÓN  MEXICANA EN  LOS 200 AÑOS DE NUESTRAS INDEPENDENCIAS

      Es  lamentable que  a  100 años  de  la  Revolución  Mexicana(1910-2010)   el  autor de  la famosa  “raza cósmica” (1925) siga como  referente serio  de  algunos de nuestros intelectuales, incluyendo intelectuales de izquierda. José Vasconcelos, incorporado en  1913-14 con Villa y Zapata a la revolución mexicana, ya en la década del 40, a su regreso del exilio,  termina dirigiendo la revista  Timón, de clara orientación  nazi-fascista. Con  el acento en la idea de “raza” no podía esperarse algo distinto. Y fue por eso un Adelantado del  llamado “Día de la Raza”.

     La Revolución mexicana  fue  un  intento de  oponer  la  modernidad unilateral  a la  indianidad, contraponiendo  pueblos originarios a lo “hispano-mestizo” como “principio y fin”, como “quinta esencia” de “lo mexicano” (como tránsito a la norteamericanización progresiva), como lo reconoció en forma tardía y tímida Octavio Paz; entonces, las clases medias blanqueadas se  plantearon  una  visión del reparto de  tierras  al  margen  de  la  visión del mundo  de los  pueblos  indígenas  y  sobre todo, al margen de su  patrimonio  lingüístico  y  sociocultural (bajo pretexto de “integración” a la vida nacional). De sus mitos y literatura oral, trasmitida de generación en generación.  La  tierra  vista de esa  manera, era  como  la página de un libro, desgajada  de su contexto total (o  como  un  reparto de tierras  sin sentido telúrico, sin ecología, sin proceso histórico y sin sujetos originarios, vale decir, convertidas en especie de “tierras de nadie”); dándole continuidad  a  las  concepciones eurocéntricas de las llamadas “reformas agrarias”, ayer construyeron en todo el continente un sujeto exógeno a través de los llamados “Institutos Nacionales de Inmigración y Colonización”(al margen de la realidad nativa de nuestros países y del continente, pasando al malinchismo y antinativismo más  extremo). Ni el indio, ni el campesino indomestizo, ni el afro americano, eran en el continente del siglo pasado verdaderos sujetos de reforma agraria sino el inmigrante europeo. Y no cualquier inmigrante europeo, lo deseable, era gente  del norte europeo, dentro de la filosofía  de Sarmiento o del mismo Vasconcelos. Que en el fondo era la misma (complementariedad entre apartheid anglonorteamericano  e “integracionismo” hispanocéntrico o  mestizaje  desmestizante: la integración  desintegradora de la indianidad y de tránsito hacia el blanqueamiento). El indigenismo mexicano de Manuel Gamio (1915) era  la peor ofensa a los pueblos indígenas, que luego coronó con  el  famoso  Congreso de Pátzcuaro (1940) que decidió las políticas anti-indígenas  de  todos los Estados Americanos, con la creación del Instituto Indigenista (léase) Interamericano, vale decir, bajo  el  patrocinio  de  la  OEA  y  de todas las políticas interamericanas o panamericanas,  contrarias  a  la  indianidad y  al bolivarianismo al mismo tiempo.() El panamericanismo, instrumento de las políticas del imperialismo norteamericano, siempre tuvo  dos enemigos fundamentales a negar y desmontar: los   pueblos originarios  y  el  bolivarianismo. Como lo revelaron un tiempo después los famosos Documentos de Santa Fe, donde tampoco se escaparon nuestras fuerzas armadas y las teologías de la liberación, además de los marxismos críticos.  Es más, hasta se nos mintió diciéndonos que  “bolivarianismo y panamericanismo eran exactamente  la misma cosa”. Pero sutilmente se nos  enseñaba –por debajo de cuerda- que  los dos grandes  enemigos de la unidad del  imperio eran,  los pueblos  indígenas, porque guerreaban entre sí y  Bolívar y  los Libertadores (que habían generado el caos, fragmentando todo el continente y  lo habían separado de la unidad del imperio al romper su cordón umbilical con la  madrastra española con una  palabra  muy peligrosa  llamada  Independencia). Europa en cambio, luego los Estados Unidos, eran  la  unidad de la humanidad, el corazón de la ecumene y  la  voz de “la civilización contra la barbarie”.  Luego se  nos decía, que  ahora  la barbarie era el imperio y particularmente el  imperialismo norteamericano. Es decir,  la  misma matriz ideológica de la dominación occidental  trasladaba  nuevamente  su polo  de operaciones al antagonismo “civilización o barbarie”,  pero  donde  los  pueblos originarios continuaban  en el mismo rasero  como  los  enemigos del  planeta, del desarrollo y el progreso, asociado por arte de magia junto  con   el  imperialismo norteamericano, que los destruyó y colocó en reservaciones a los pocos sobrevivientes.

      Aquí nos encontrábamos con  que  la  dicotomía  “civilización  o  barbarie”  de  todas  las  formas de  apartheid del mundo moderno, era  la  columna vertebral  de  la  dominación  cultural del  capitalismo occidental,  pero  que  podía reacomodarse en las modalidades del socialismo eurocentrista para continuar  oprimiendo  a  los  pueblos  originarios y a otros pueblos, culturas y civilizaciones  diferentes.  Con  lo cual tendríamos que ponernos  de  espalda  a  la  crisis  global planetaria que pone en riesgo la continuidad de  la  vida y  de la  especie humana en particular.

Aparecía ante nuestros ojos, un nuevo reto. Había  que desmantelar esta matriz ideológica racista (“civilización o barbarie”) ahora mismo,  antes de que sea  demasiado tarde y para ello nada mejor que aprender  de  las enseñanzas de la  revolución  mexicana, en nuestro propio contexto geo-histórico y social. Sus debilidades y  sus fortalezas. Y particularmente, su génesis y  desarrollo hasta encontrar su propia negación en sus banderas más legítimas  de  ayer y  de hoy.-  Pero recordemos, que ya  José Martí en su tiempo, se  enfrentaba  a esta  falsa opción ante  Sarmiento en el Cono Sur,  lo cual  lo llevó de inmediato a  retomar  lo más originario de este continente, en aquello de que  “América no  caminará sin el indio”.  No era de esta manera el indio para Martí, un instrumento de tránsito hacia la modernidad o el capitalismo, sino una  referencia  histórica permanente y esencial  para la  construcción del futuro americano.

   Sin embargo, los  hispanocentristas  han  seguido sosteniendo que lo único que nos define y nos caracteriza  es  la  herencia cultural hispánica, el idioma español y  el  catolicismo. Y que todo  lo demás,  es  algo fácilmente prescindible y  sustituible. Que existe pero no nos caracteriza. Llegando  incluso  al  extremo de exponer que la  herencia  indígena, la herencia africana y otras herencias  europeas, son  obstáculos para  entendernos en la convivencia nacional y continental. Que los idiomas indígenas son supuestas “trabas lingüísticas”  o “barreras” para la integración. Pero en el fondo, ese  discurso hispanocentrista, ya huero en sus pretensiones, siempre  ha  sabido entenderse en  las demandas propias y en el idioma del  imperialismo norteamericano, construyendo un  “coco” que los lleva a hacer causa común: la lucha contra el “terrorismo” en defensa de la sacrosanta civilización occidental cristiana. Allí convergen hoy, desde el Departamento de Estado, la Falange Española y el Opus Dei,  el sionismo del Estado de Israel  y  el ala pro-occidental del Islam financiado tal vez por  Arabia Saudita.  Las  tierras solicitadas por el imperialismo occidental,(como las de los palestinos)  siguen siendo,  tierras de nadie, poco pobladas o  despobladas, herrelonse gebiette, como dirían los juristas alemanes.

      LA  TIERRA ES DE QUIEN LA  TRABAJA, PERO TAMBIÉN DE QUIEN LA AMA COMO  EL ÁRBOL  DE  LA  VIDA

       Para  el  indio,  la  tierra no es  sólo de quien  la  trabaja sino de quien la ama y  la  trabaja  sin  interrumpir  la  continuidad de la vida.  Es  otra visión  de  la  tierra, no despojada del imaginario colectivo, familiar y comunal indígena, de su sentido cósmico y de su función  social. Donde  la función social no es solamente sinónimo de producción –como en el desarrollismo occidental-  sino también cósmicamente, de salvaguarda de agua, oxígeno y bosques, reservas de flora y fauna. No  se puede seguir apelando  al  derecho  de las minorías de dos o tres generaciones para disponer en bloque de las riquezas del planeta, como lo pretende el capitalismo en su desarrollo más extremo. Hasta dejar el futuro sin continuidad de la  especie humana y de la vida como totalidad.

VASCONCELOS:   EL  SARMIENTO  DE  MÉXICO

        José  Vasconcelos  es  el verdadero  Sarmiento  de México,  con   el  agravante de que  Sarmiento  ha  sido denunciado  por  racista  extremo (anti-indio, anti-gaucho, anti-español) y  Vasconcelos, por el contrario, todavía  sigue camuflado en  el velo ideológico  de un  esoterismo  que  le  permite encubrir hasta el cinismo su  racismo v¡sceral, me  comentaba  en el CELARG Santiago  Arconada  en un  foro   que  compartimos  recientemente como ponentes. ()

DEBILIDADES  IDEOLÓGICAS  DE LA  INTELECTUALIDAD  DE  IZQUIERDA

       Le comenté  enseguida  a  Arconada, que  lo grave  de todo  esto  era    la  adopción acrítica de  nuestras  intelectualidades,  incluyendo  algunas de la izquierda, que  al  tener debilidades  ideológicas y políticas profundas  por  ausencia  de  un  marxismo  fundamentado  y  legitimado en nuestras  propias geo-historias, culturas  y  civilizaciones,  se  echaba mano de lo primero  que  olfatearan  como  “anti-imperialismo”   sin   revisar  de fondo  sus  contenidos reales: racistas-clasistas, patriarcales, eurocéntricos  y las  distintas variantes  del hispanocentrismo y del colonialismo interno, encubiertas y disfrazadas   de  una  “nueva  cruzada”   lingüística y cultural  de  lo  hispanoamericano  frente  a  lo anglosajón  dominante. En  una  segunda vuelta,  el  asunto se ampliaba  a  la defensa  de “lo iberoamericano”. Y  en  la tercera vuelta, se sumaban también  los  franceses para  plantearnos  la  defensa  “de todo lo latino” frente  a   la  hegemonía  anglonorteamericana. Pero  todo  bajo la negación  radical de  los  pueblos originarios,  inventando  un nuevo sujeto: el  supuesto “mestizo hispanocéntrico”. Su llamada “Indología” –oh Vasconcelos- no tiene nada que ver con los pueblos indígenas de América, sino con el culto a los conquistadores y el recuerdo de Colón por haber llegado a confirmar la redondez de la tierra. Bajo  la  misma  inspiración vasconceliana,  Pedro Trigo del Centro Gumilla de Caracas,  asumió el llamado “mestizo segundo” como prototipo del revolucionario integral (mientras el Presidente  Luis  Herrera  Campins  clamaba en ese instante por un “segundo mestizaje”, una  nueva  inmigración (léase europea)  con  el fin de “mejorar la raza”. Como lo hizo en su tiempo el dictador Pérez Jiménez,  ya denunciado por Darcy Ribeiro. Pero  llevado todo esto al plano de la razón filosófica, grecorromana y judeo-cristiana, se trata de “la razón segunda” de Occidente, la cual  pareciera concomitante con el “progresivo blanqueamiento de la población”.

CANTINFLADAS PARA EL HUMOR ACADÉMICO

    El  indio es buen puente para  el  mestizaje, decía Vasconcelos (sugiriendo tácitamente que el negro no, por ser más duro, lento y difícil su blanqueamiento). Sugiriendo  sutilmente, que el puente  del indio para el mestizaje, es con el blanco. Siempre  hay en ello una cantinflada, para convertir el racismo en  humor de academia.  Vasconcelos  llegó una vez a Buenos Aires y  le  impresionó el  “igualitarismo  racial”  reinante en aquellas tierras como legado de las bondades “civilizadoras” de Sarmiento y  Alberdi. Pero sin embargo lo incomodó sobre manera una  sola cosa:  ja,ja,ja…el mal trato del resto de la dirigencia de Sudamérica  a los indios  y  a  los negros.  Le pasó igual que  al margariteño  en  Nueva York, molesto por  dos cosas: una, ese racismo y  la  otra,  ese negrero…(nuevas cantinfladas de un humor racista, pero sembrado desde arriba en el pueblo/pueblo).

      Así como  el  12 de octubre  era  el “Día de la Raza” ( día de los españoles para España o Día de Colón para los gringos), de inconfundible origen vasconceliano, por su acento en la palabra “raza”;   el  llamado “Día del idioma” era el  día del  castellano,  suprimiendo  e invisibilizando los pueblos y los idiomas indígenas de  América  y  de las  minorías de la  península  ibérica: vascos, catalanes, gallegos, valencianos,  guanches canarios, arabismos, gitanismos, indigenismos, etc.

     En el marco del Mercosur,  el  “Día del Idioma”  no  sería otra cosa, si se viera sólo desde la óptica  de la cultura dominante, que  el Día del  portugués  brasileño y  del  castellano, suprimiendo  los idiomas  indígenas de América y  de la península  ibérica.  A pesar incluso, de que  el  Mercosur adoptara simbólicamente el guaraní como  tercer idioma.  Esto -me refiero- en caso de que en el fondo, siga pesando lo hegemónico,  los pueblos,  culturas  e idiomas metropolitanos en detrimento de los idiomas originarios y de los históricamente más arraigados, incluyendo los afrodescendientes como el creole en sus distintas manifestaciones.  En  el  marco  de  lo  Latinoamericano,   “el  Día  del Idioma”, tendería  a ser  el  idioma de   “matriz  lingüística  latina” de los grandes centros metropolitanos: español, portugués, francés,  en una supuesta  reafirmación “anti-imperialista” frente  a lo  anglonorteamericano. Pero al mismo tiempo, reprimiendo y desconociendo hacia dentro a los pueblos originarios. ¿Quién dijo que la lucha contra el capitalismo es sólo un simple conflicto de civilizaciones?   De  allí las trampas de todo  “anti-imperialismo”  que  se fundamente  en  formas encubiertas  o  abiertas  de racismo y colonialismo  interno, comenzando por la negación visceral de los pueblos originarios. “Anti-imperialismo”, sospechoso, atado a los designios de otros  imperios europeos, desconociendo la especificidad de nuestros procesos independentistas y la dinámica interna de nuestros procesos de integración hoy (UNASUR, ALBA, OEA sin USA y sin paternalismo de Europa).  Y donde  los 200 años de  las independencias de nuestros países,  lejos de ser un legado de reafirmación nuestra, sería visto más bien como, un obstáculo para la unidad de los imperios europeos y el norteamericano en particular, para arribar a  la culminación del  capitalismo global como forma hegemónica de “universalidad” y de falso “ecumenismo.   De allí que no sea de extrañar, como  lo denunció en su tiempo  Ludovico  Silva,  que existan hoy neo-vasconcelianos  capaces de justificar  dentro del  laberinto de sus confusiones  ideológicas y desviaciones nazi-fascistas, una  intervención norteamericana  a nuestros países o de las mismas potencias europeas del norte. Sus  ideales supuestamente progresistas –y hasta de confesión socialista-  no  obstaculiza su adhesión a semejantes aberraciones, señalaba alarmado. O como lo denunciara  recientemente  Enrique Dussel  lo mucho que costó que  los filósofos -eurocéntricos en un 80% - se  pronunciaran hoy contra la invasión  norteamericana en Irak. ¿Es  esto casual?

NO HAY  ANTI-IMPERIALISMO SIN FONDO ANTICOLONIAL

      Nosotros hemos tenido supuestos “anti-imperialistas” hispanocéntricos, que metiéndonos gato por  liebre  han  pretendido decirnos  que  los padres de la patria  no  son  Bolívar, Miranda, Sucre, Guaicaipuro, el Negro Miguel, sino  Pizarro, Cortés, Fajardo y Diego de  Losada. Esto para no  olvidar las Madres verdaderas de la resistencia y la emancipación y las postizas Madrastras impuestas por las metrópolis. (La famosa “Madre Patria”) Para  los vasconcelianos,  los  proyectos de integración  del  bolivarianismo tampoco tienen un valor real y  concreto. En  el  fondo del fondo,  prefieren, sutilmente  la  línea de  Sarmiento y  Alberdi  en  su  adoración  e imitación servil  de la cultura y del modelo  anglonorteamericano. Lo  cierto de todo es que esos proyectos imperiales de  la  dominación,  el  hispánico, el francés , el anglosajón, con metodologías distintas, se despachan y se dan  el vuelto, se retroalimentan  para oprimir, excluir  e  invisibilizar a  nuestros pueblos, comenzando  por los pueblos originarios de América y de todos los continentes. De allí que  hasta ahora,  nuestra  primera  independencia no sea  todavía reconocida. Como tampoco  nuestra interna diversidad cultural  y humana.  Diversidades  étnico-nacionales,  lingüísticas, culturales, societarias, pasando por la  igualdad de género. Como tampoco se acepta la igualdad social o la paz con justicia.  Hasta ahora, no soplan vientos desde las famosas comunidades “hispanoamericanas”, “iberoamericanas”, “latinoamericanas”, que se identifiquen con nuestros pueblos y países, más allá del vulgar saqueo colonial. Tenemos que seguir mirando hacia abajo, hacia los pueblos.

CONOCER LOS PROYECTOS HISTÓRICOS DE LA DOMINACIÓN Y COMO ELLOS SE RETROALIMENTAN AYER Y HOY

      Los proyectos históricos de la dominación, el apartheid norteamericano, con Sarmiento, Alberdi y Gutiérrez en el Cono Sur, las formas de hispanocentrismos, que se amplían a lo íbero y luego a lo latino, que tienen su base ideológica en la “cultura única mestiza” hispanocentrista, en Vasconcelos y otras fuentes,  los  supuestos “pueblos nuevos” (o pueblos sin raíces y  sin pasado del cual enorgullecerse), con Darcy  Ribeiro, retractado de ello tardíamente, -como nos dijera Robert Jaulín-;  todas son píldoras del mismo colonialismo que se despachan y se dan el vuelto, como la Santa Alianza y la Doctrina de Monroe. Todo ello, porque no tienen intereses comunes con nuestros pueblos, pero sí con  las  clases y nacionalidades dominantes del mundo occidental  y  la globalización imperialista del capitalismo neoliberal.

ALERTA  ANTE  NUEVAS  FORMAS  DE  RACISMO  SUTIL

    Debemos estar alertas hoy  frente  al  resurgimiento de  cierto  neo-vasconcelianismo,  que esoteriza  las  nuevas formas del  blanqueamiento (ideologías del colonialismo estético), en  su  pretensión  de   refundar  un supuesto “anti-imperialismo”  que  ponía  en  el  mismo  rasero  a  dos enemigos  fundamentales de México y  de  la  mexicanidad:    hacia adentro,  los  pueblos originarios y  hacia  afuera, el  imperialismo  norteamericano. ¿Qué les parece? …

“Civilización o barbarie”, se ha convertido en un vulgar juego de palabras para pisotear a los pueblos originarios de todos los continentes y especialmente a los de América y sobre todo para justificar su exterminio desde  Alaska hasta Tierra del Fuego. De allí el pleno sentido de transformar el 12 de octubre en DÍA DE LA RESISTENCIA INDIGENA PLANETARIA, abarcando a los indígenas de todos los continentes. Veamos el  truco de cómo la barbarie se torna en civilización y como la civilización se torna en barbarie, despachándose y dándose el vuelto:

-Ayer, el español, traía el “mensaje cristiano”, iluminado por la búsqueda de El Dorado, que era el  nuevo talismán contra el salvajismo y la supuesta barbarie o paganismo del mundo indígena americano. (Recordemos “los indios sin alma”)

-La independencia entendió que la esclavitud y el servilismo impuestos por el mundo hispánico, habían envilecido a  los pueblos de todo un continente y  además de África, por el traslado compulsivo de esclavos de un continente a otro.

-Inglaterra, Francia y Holanda, nuevas potencias emergentes con la Revolución Industrial, se atribuyeron el mensaje de la civilización contra la barbarie (la barbarie pasó a ser España y Portugal).

-Vienen las dos guerras mundiales (1914-1918 y  1939-45), cae Europa, emerge  Estados Unidos y la Unión Soviética.  El  nazi-fascismo pasa a ser la barbarie contra la civilización. Emergen los  Estados Unidos y  pasa a ser la bandera de la  civilización  o del  supuesto civilismo contra la barbarie.  Pero había la necesidad de seguir sacando del salvajismo y la barbarie  a indios y  a todos sus descendientes en todo el continente americano (misioneros católicos y protestantes, Nuevas Tribus, Instituto Lingüístico  de Verano, complementando el salvacionismo católico con el protestante.) 

-Cae la Unión Soviética, para el mundo capitalista pasa a ser la caída de la barbarie para dar paso al paraíso neoliberal de la civilización  capitalista occidental (y  ahora esta se comporta como “capitalismo salvaje”).

-Cae el Muro de Berlín, síntoma de  la  barbarie contra la civilización. Pero se levanta el Muro del  Estado de Israel frente al  pueblo palestino. Y ello es el Muro de la Civilización de Occidente, contra  la Barbarie del Mundo Musulmán.

-Viene la caída del capitalismo salvaje –está  en curso-  con la amenaza de una tercera guerra mundial, que ya  resulta, como lo ha visto el camarada Fidel Castro,  inviable  e insostenible desde el punto de vista de la especie humana y  de la vida en el planeta. Entonces  ahora   que haremos ¿meteremos al  imperialismo norteamericano   en las reservaciones indias de Norteamérica,(esas “cavernas modernas”) con su arco y su flecha para que con “su barbarie” no  contaminen la  cacareada “civilización”?

Veamos  por  ejemplo  un  texto actual,  publicado en  nuestro país, pero de profundo contenido colonialista (vasconceliano) al ser atravesado  por  la  dicotomía “civilización o  barbarie”  y que sin embargo pretende desmontar los mitos del Tío Sam:

“Cuando nace la civilización, la barbarie, comienza a desenvolverse tratando siempre de imitar y engalanarse con los trajes del  progreso, finalmente se vuelve poderosa, asesina  a la civilización y –después de sepultarla- regresa a la caverna para acariciar nuevamente su arco y su flecha”.  

   Cabe preguntar   ¿a estas alturas, de qué progreso se habla? Y al fin de cuentas: ¿Qué carajo es eso de “la civilización”? Si para este Occidente racista, hipócrita y colonialista, civilización y barbarie  son la misma serpiente mordiéndose su propia cola y alimentándose de sus propios excrementos.

LOS MANIPULADORES DEL LENGUAJE CONTRA LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

Así, salvaje, bárbaro, caverna, primitivo, indio, pluma, guayuco, arco, flecha, gorila, mico, en este juego de palabras cada vez más confuso y sin salida aparente, representan  “el  atraso” y “la oscuridad” más absoluta. Pero es el callejón sin salida de las ideologías de la dominación occidental. Pongamos algunos ejemplos:

A veces  llamamos  a los dictadores militares “gorilas”, para decirles monos, primitivos, cavernícolas. Pero  en una academia militar cuando  un alumno quiere insultar a otro le dice despectivamente “civil”. Y civil, es el peor insulto en el mundo militar, como  decirle indio a otro, es el peor insulto en el mundo civil.  De  la  misma  manera, la derecha fascista, cuando  quiere  insultar a  los  países del  ALBA,  dice  el Mico(mandante) o sea  Chávez, como  mico(mayor), mientras que el indio Evo Morales es el mico(menor). Una mancheta del diario “El  Nazional” de Caracas decía recientemente: “YA SALIMOS DEL MONO,  AHORA FALTA EL MICO”.   Se refería al mono Jojoy de las FARC.

   Ya el bárbaro no es el que no habla griego, sino el que no habla inglés y ahora, el que no habla el lenguaje de las computadoras. Pero  las computadoras dejan a la juventud sin localidad, sin localización y sin historia. Luego, se roban el cerebro de la humanidad para convertirnos  en presas fáciles del consumo para el mercado.

   El planeta se cae en tus pies. En  los últimos 30 años  una tecnología descomunal y avasallante en nombre del  progreso, la  civilización y el desarrollo, acabó  con el equilibrio del planeta y  puso a la humanidad en retroceso. Pero explíquenme ¿Dónde comienza  la civilización y donde termina la barbarie?   Ahora se dice que los pueblos indígenas del mundo son los que pueden ayudarnos a restablecer  los ciclos de la vida. En el fondo lo que se les cae es esa visión unilineal y unilateral de la historia humana y  donde la  civilización  occidental cristiana ha venido representando el pináculo  de “la humanidad” , de la universalidad y  del progreso por excelencia.  Urge un nuevo lenguaje de la descolonización anti-imperialista, en el marco de la construcción participativa  de nuevos referentes teóricos y metodológicos.

EN  SÍNTESIS:

             Esto ya venía marcando la orientación  ideológica de la revolución  mexicana,  vista  como  una   revolución   agraria  despojada  de toda cosmovisión, de todo el imaginario colectivo indio, sometida a un proceso de campesinización, despojada de  todo  el  México  Profundo para  negar de raíz los  derechos  originarios, históricos  y  específicos  de  los  pueblos y  comunidades indígenas. Pero también para negar la continuidad del México Indio  como parte del presente histórico en la llamada  cultura nacional y reducir la indianidad a una cultura de museos y de curiosidades para satisfacer el exotismo del turismo europeo.    El famoso  “anti-imperialismo”  de  José de Vasconcelos,  terminó   como  han  terminado  todos  los hispanocentrismos:   a  México privándolo  de  su  esencia y  de su dinámica histórica y en la  medida en que desindianizaban,  en  esa misma  medida  y  con  la  misma  fuerza,  también deshispanizaban. Y  en  la  medida en   que  desindianizaban  y  deshispanizaban,  iban de hecho  norteamericanizando, con una fuerza oculta mucho mayor.   Conclusión:   hoy  la  mitad  del  territorio  mexicano  ha sido robado  por los  gringos  y  la  otra mitad  es  una  colonia  yanqui.  El  famoso  racismo esoterizado  de la  raza  cósmica de  José Vasconcelos, comenzó simpatizando  con  Pancho Villa  y  Zapata,  en  los  inicios de  la  revolución  mexicana de 1910  y  terminó adhiriendo  el  nazi-fascismo de Hitler. En nombre de la verdad, para Vasconcelos, el  verdadero  “enemigo de México”, no  era  tanto  el  imperialismo norteamericano  sino   los  pueblos  originarios. O  lo que es  lo mismo, México debe negar de raíz  a México para  que  surja  la  sombra de una sombra, la  sombra del  Tío Sam. El nuevo Supermán de América. ¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Norteamérica!

Altos Mirandinos, Tierra de Guaicaipuro, mes de la resistencia indígena planetaria (2010)

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(º) Quizá el  nombre  de  latino, tenga una  carga de  lucha y de inclusión  en la sociedad norteamericana de hoy, pero  hacia la América llamada Latina,  hacia la diversidad de nuestros  pueblos y culturas,   particularmente de sus  pueblos originarios,tiene connotaciones de colonialismo interno  y  de invisibilización de todo lo diverso y  diferente, incluyendo  los pueblos de origen afrodescendiente, campesinos indomestizos  y  urbanos  indomestizos y  afrodescendientes.

  


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Saúl Rivas Rivas


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