La encrucijada del alma y el alma de la encrucijada

El titulo de esta reflexión es algo más que un juego de palabras. El ex presidente Uribe pensaba que al quedarse sin poder se le generaría una encrucijada en el alma; pero como la Corte Constitucional lo privó  de la reelección por vicios groseros y graves; ahora ha dejado al nuevo presidente en el alma de la encrucijada, porque tiene que corregir los horrores del pasado y demostrar que es un santo, si como entienden cantólicos y cristianos, santo es todo aquel que en medio de grandes sacrificios hace el bien de manera extraordinaria.

Éste tiempo también es de Juan Manuel Santos quien hizo una larga escuela ocupando el ministerio en distintas carteras, hasta lanzarse a gobernar uno de los países más desiguales del mundo según las  Naciones Unidas. Con toda la abstención, sabemos que alcanzó la votación más alta en la historia del país y su familia está sacando pecho estos días del bicentenario, porque en el cuadro de las heroínas precursoras de la independencia colombiana, se encuentra  la gran Antonia Santos.

Si uno es demócrata y aún si no lo es, por lo menos debe estar en condiciones de reconocer que, con todas las críticas que se le puedan hacer, su elección fue una decisión del pueblo colombiano y es respetable por eso.  Éste es el tiempo de Santos. Roma no se hizo en un día y podríamos decir de  él, lo mismo  que de aquel personaje de la literatura trans borgiana: “es un hombre de mente abierta e ideas avanzadas… lo uno más que lo otro”… (dejo constancia… soy bolivariano, hincha de Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre, Policarpa Salavarrieta y del gran Alejandro Petión… y por si hay dudas… respeto  y admiro al pueblo colombiano).  Nada me impide reconocer, al escucharlo, que tal vez sea mucho más listo que Pablo Escobar y que Tirofijo… se puede percibir que las resonancias de su energía cósmica están más ligadas a las necesidades de la Colombia actual, como lo indica la votación más alta de la historia, y que obtuvo él en la segunda vuelta (Los colombianos inteligentes, entienden el sentido chomskiano de esta comparación).

Las complejidades de la sociedad colombiana han hecho que los viejos enemigos de la paz, incómodos con las decisiones que ha tomado el gobernante, se lancen a tratar de destruir su proyecto, que va ligeramente en contravía de su antecesor, y ya hay intentos serios para desestabilizarlo, (colocaron una bomba frente al edificio de las emisoras de Caracol, un par de días después del encuentro entre los presidentes de Venezuela y Colombia en San Pedro Alejandrino… los que antes se desconocían…  hoy se respetan en el nombre del Libertador… doscientos años después ¡Hicieron las paces Bolívar y Santander!  

El señor Santos, nos guste o no, es un hombre oligarca culto, que se ha movido en el mundo académico y se codea con los premios nobel de economía; sus maneras políticas y personales distan muchísimo de las de su antecesor. Es lo que llamaríamos un santanderista de los mejores y las diferencias con el estilo anterior saltan a la vista.

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El Presidente Juan Manuel Santos dijo que no utilizará la palabra guerra porque no está en su diccionario, pero las presiones internas podrían llevarlo a utilizar sus sinónimos, para obligarlo a que manche sus manos de obispo. Así que mediante la estratagema quieren llevarlo a profundizar el conflicto, para que lance una contienda o  batalla y en una ofensiva final acabe con lo que queda de las FARC EP y otros grupos insurgentes, hay varios.

Lo cual sería un grave error porque terminaría defraudando al mundo pues nadie entendería que un hombre tan culto, termine siendo un criminal por una cosa que no está en su diccionario, pero que si vive en la conciencia de la comunidad internacional, y sobre todo, está en la conciencia de las generaciones de colombianos que la sufrimos durante todo el Siglo XX hasta hoy.

Una Ofensiva a gran escala multiplicaría los cuatro millones de desplazados y terminaría asesinando a mucha gente inocente. Esa es una parte del alma de la encrucijada.

La otra es que a mujeres como: Marleny Orjuela, la senadora Piedad Córdoba y el grupo de Colombianos y colombianas por la paz, no se les puede dejar por fuera de una negociación de paz, porque ellas han entregado gran parte de sus vidas a trabajar por alcanzar ese propósito; y porque si somos consecuentes, debemos atender el mandato constitucional: La paz es un Derecho Fundamental. Colombia es un Estado Social de Derecho.

Nada puede molestar tanto a los integrantes del gobierno pasado, que ver a este grupo de personas moviéndose por el mundo, buscando ser escuchados, por el gobierno y por la comunidad internacional…

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Ahora que el ex presidente  Álvaro Uribe dejó el poder, y puede sentir mejor el rechazo de su presencia, por parte de los defensores de Derechos Humanos en el mundo, porque forma parte de los miembros de una comisión verificadora de la ONU; están saliendo a la luz pública los abusos de poder con los que durante ocho años  su gobierno maltrató y humilló a buena parte del pueblo colombiano y a las naciones vecinas.

Hoy sus amigos y colaboradores más cercanos, enfrentan investigaciones judiciales por un proceso de corrupción escandaloso y varios crímenes de lesa humanidad.

Hay un caso impresionante,  y es el que pasa a la historia con el nombre  de Falsos Positivos.

En realidad se trató de un escalofriante programa de política criminal semi-oculto  destinado a sacrificar a los más pobres, entre todos los pobres de la sociedad colombiana. Las cifras pasan de 2.200 asesinatos. 

Estos hechos lamentables lastimaron las familias y dañaron la honra y el buen nombre del ejército colombiano. Algunos miembros de la institución, obrando con deslealtad a la patria, asesinaron niños a  los que vistieron con el uniforme y los presentaron como insurgentes dados de baja en combates... es el caso del niño Jaime Estiven Valencia Sanabria… de 16 años.

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Las evidencias indican que Álvaro Uribe Vélez correrá la misma suerte del peruano Alberto Fujimori y el chileno Augusto Pinochet; la diferencia es que el colombiano ya sabe lo que le espera, y como es un hombre frentero, estará preparado para enfrentar su destino… recordemos estas palabras del poeta y dramaturgo griego Sófocles quien desde la Grecia antigua dice en Edipo Rey:   

El orgullo engendra al tirano. El orgullo, cuando ha acumulado vanamente imprudencias y demasías  ni convenientes ni útiles, luego de haber trepado hasta una abrupta cima, precipita al hombre a un abismo de desgracias a donde, para salir, su pie ya no le sirve de ninguna ayuda”.

franciscoamin@hotmail.com



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Francisco Amin Mosquera


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