La veneración supersticiosa del Estado y el extra


Si se analiza a profundidad la posición de Marx y Engels sobre el Estado (sobre cualquiera, por cierto) se llegara a la frase: “veneración supersticiosa del Estado”.

Pocos se detienen a pensar porqué Lenin colocó en su análisis de Kaustky y su veneración supersticiosa del Estado (El Estado y la Revolución), la siguiente frase: "fe supersticiosa" en el burocratismo.
El devenir de la revolución bolchevique mostró paradójicamente los rostros duros del “burocratismo”, lo que posteriormente se denominará como “contra-revolución burocrática”.

Si la restauración del capitalismo es la amenaza que desde el pasado le llega a la revolución socialista, el extravío burocrático es el fantasma que le llega del despliegue de su imagen de futuro. Y es que el estatismo ha colonizado el imaginario socialista.

La contrarrevolución burocrática estalinista y las construcciones políticas e ideológicas del Estado a las que dio lugar siguen siendo un lastre que afecta la “crisis de alternativas al capitalismo”. Sin hacer un verdadero balance del estalinismo, y de toda la “veneración supersticiosa del Estado” que se deriva de las estructuras mentales de la ortodoxia bolchevique, será prácticamente imposible la reconstrucción y relanzamiento de un proyecto emancipador.

El colapso del socialismo real entre 1989-91 mostró como los trabajadores y las trabajadoras del campo socialista, consideraron a la “propiedad estatal”, lo que hasta para las corrientes trotskistas definía la naturaleza obrera de la URSS y la de los Estados del mismo tipo, como algo totalmente ajena, extraña y hostil.
La lección era clara: propiedad social, recuperando el sentido marxiano hasta llegar a la crítica al “comunismo grosero” en los Manuscritos de 1844, no equivalía a propiedad estatal.

La ideología estalinista disemino por todos los medios a su alcance que el carácter “socialista” del Estado, provenía de que, cuando “los ‘medios de producción’ pertenecen al Estado no capitalista, la plusvalía adquirida en el curso de la producción retorna a este Estado, quien la reparte según un plan dirigido a mejorar las condiciones de existencia de las masas trabajadoras, a ampliar el aparato de producción, a desarrollar la instrucción y la cultura públicas, a reforzar la defensa nacional” (Declaraciones de Hilary Minc, ministro polaco de Comercio e Industria, en agosto de 1947).

Nada distinto dicen hoy nuestros repetidores de los manuales de “comunismo científico”, descartando la gestión directa de los trabajadores y la autogestión de la multitud, de la clase obrera social.

Lo que no dicen quienes encarnan lo espíritus estatistas del estalinismo es que la burocracia era quien controlaba al Estado en la URSS, y no como planteaba Marx, que era el proletariado como “clase gobernante”, el que ejercía el poder del Estado y el poder económico; es decir, la conducción directa del proceso económico. De allí que la explotación del proletariado se materializaba en una distribución extremadamente desigual.
Según el propio Trotsky, desde el punto de vista de la desigualdad de los salarios, la URSS de 1936 ya había “alcanzado y largamente sobrepasado a los países capitalistas” (La revolución traicionada. Trotsky hablaba de “retribución del trabajo”, comparando las cifras del salario obrero medio y los salarios otorgados a los obreros “stajanovistas”.).

Otros estuidos señalan que para 1949, el 15% de la población soviética (la burocracia) consumía el 85% del producto consumible; mientras que el otro 85% de la población (proletariado, campesinado) consumía el 15% restante.

Lo que se perdía de vista era la diferencia entre dos conceptos: propiedad y apropiación. El hecho de que legalmente los burócratas no fueran, ni personal ni colectivamente, propietarios, era la burocracia quién decidía sobre las condiciones y el reparto de la producción. En resumen: la burocracia dirigía la economía.
Fue Cornelius Castoriadis uno de los primeros en revelar la importancia de la diferencia entre propiedad (concepto jurídico) y apropiación (lo que regía efectivamente), con el fin de caracterizar las relaciones sociales en la URSS:

“La existencia de la plusvalía o la existencia del sobre-producto no definen ni el carácter de la clase dominante en la economía, ni el hecho de que esté basada sobre la explotación. Pero la apropiación de esta plusvalía por una clase social en virtud de su monopolio sobre las condiciones materiales de la producción basta para definirla como una economía de clase basada sobre la explotación. El destino de esta plusvalía, su reparto entre la acumulación y el consumo improductivo de la clase dominante, determinan el carácter específico de la economía de clase y diferencian históricamente a las clases dominantes entre ellas”. (Castoriadis: La sociedad burocrática.
En el socialismo real existía una capa social no sólo privilegiada por su función sino explotadora por su apropiación, que fundaba su dominio sobre un sistema desprovisto de legitimidad histórica.

A parecer, pocos “recién llegados” al marxismo desconocen porque Trotsky tenía razón cuando insistía en el carácter transitorio del “Estado soviético”, porque la idea de “Estado revolucionario” es un oxímoron; es decir, una contradictio in terminis, por tanto, un absurdo.

Tal vez cuando algunos terminen de leer el Capital y las teorías de la plusvalía, se den cuenta que Marx no redactó finalmente los tomos II y III del mismo, tal vez recuerden la importancia de los Grundisse o de los Manuscritos de 1844, y por fin comiencen a saber que existió gente como Castoriadis, Grandizo Munis o Tony Cliff, quienes desplegaron una crítica radical a la teoría desastrosa según la cual el Estado es “obrero” porque la economía está nacionalizada.

Tal vez entonces, habrá alguna esperanza para enterrar los extravíos burocráticos.
Lo que no es seguro es que todavía haya ya "tiempo político" para hacerlo.


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Javier Biardeau R.

Articulista de opinión. Sociología Política. Planificación del Desarrollo. Estudios Latinoamericanos. Desde la izquierda en favor del Poder constituyente y del Pensamiento Crítico

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