Así como las formas geométricas son pocas
y se repiten con pasmosa regularidad, las formas políticas y sus luchas
se repiten insistentes a lo largo de la historia de los pueblos.
Veamos.
Circunferencias, hexágonos, triángulos,
paralelepípedos, se repiten en la naturaleza, igual que a través de las
diferentes etapas históricas encontramos reformistas, revolucionarios,
derechistas, capitalistas, socialistas.
Por eso el estudio de la historia es
fundamental para entender el presente y su devenir. La historia se
repite porque los espectros del pasado, las obras inconclusas, aunque
se creían enterradas regresan reclamando su puesto en el presente,
soluciones definitivas.
Hoy vivimos, sentimos, la presencia de la
independencia entre nosotros, no es por azar que esta Revolución se
llama Bolivariana, Bolívar regresó a hacer lo que la oligarquía
mantuana le impidió concluir en el 1800.
Las formas políticas se repiten:
Los mantuanos viven aquí entre nosotros,
basta ver a nuestro alrededor para encontrarlos, ya no montan hermosos
corceles, los cambiaron por Mercedes, Lexus y BMW.
Los campesinos de la América Bolivariana,
se vinieron a los cerros de Caracas, allí están los Centauros de Apure,
y los guerreros de Ayacucho.
El espíritu de La Junta Patriótica habita
en los corazones insurgentes, irreverentes de los desposeídos que ven
en la Revolución la concreción de la Esperanza.
La primera república, la boba, toca la
puerta de la quinta república, reclamando la gloria que las
manipulaciones mantuanas le negaron.
Miranda deambula entre nosotros como un
espíritu que alerta que no hay capitulación triunfante, que nunca hay
que desfallecer, que es más glorioso morir en Carabobo que en la
Carraca.
Es así, la lucha es la misma,
asombrosamente la misma. La experiencia está allí, es la misma piedra
en el camino. El 23 de Enero del 58 no la vimos. Nos volvieron a
derrotar. Bolívar que cabalgaba por las colinas del siete machos, tuvo
que regresar a San Pedro Alejandrino, Zamora que vino con sus valientes
llaneros, encontró su San Carlos en el Cuartel, no ya con forma de
bala, sino de ahorcamiento simulado.
Es así, la lucha es la misma,
asombrosamente la misma. Ahora, con la Revolución Bolivariana, aparecen
idénticas formas, proponen las mismas desviaciones y extravíos.
Frenan la liberación de los esclavos, se
olvidan de Ocumare y Carúpano, sí lo harán pero más tarde, son buenos
los desposeídos, pero no tanto para tener poder del grande, mejor es ir
por parte, ahora es conveniente un híbrido con el capitalismo, una
junta protectora de los derechos de los capitalistas, es mejor que la
independencia socialista.
Es hora de repetir los gritos:
“Trescientos años de calma no bastan”… “Si la oligarquía mantuana se
opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.
Es así, regresó la batalla por la
independencia, y esta vez Bolívar se quedará entre nosotros, no
regresará a las riberas del Magdalena, su lugar es aquí en esta patria
que volverá a ser faro de la redención americana y guía de la humanidad
en su lucha por sobrevivir a los designios de muerte del monárquico
capitalismo.
¡Chávez es Socialismo!
¡El Nobel para los Cinco!
¡Irreverencia en la discusión, Lealtad en la acción!