El Burocratismo de la Burocracia

El burocratismo medra es un medio altamente competitivo indiferenciado y estable. Una estructura piramidal de autoridad concentrada en manos de unos pocos es parte de todos los sistemas políticos capitalistas, comunistas o socialistas. Un aparato publico demencial que allana los caminos para el sistema neoliberal.

La era industrial acelero el ritmo de vida tanto de las personas como de las organizaciones y fue por esta razón que la forma burocrática se hizo necesaria. Fueron por termino medio capaces de decisiones mejores y más rápidas que las tomadas por los sistemas que las precedieron. Hoy este sistema es ineficaz.

En menos de un instante de relación burocrática la humanización de la sociedad queda aplastada por la escala jerárquica hacia arriba o hacia abajo. De este modo la información sube y baja cuatro pisos en la escala vertical y da uno o dos pasos hacia un lado antes de que pueda realmente ejecutarse el trámite, este el contrapeso revolucionario para combatir el burocratismo, “olvidando” que el burocratismo es sostenido porque disimula la corrupción y la ineficiencia.

Este sistema tiene como premisa la tácita presunción que el hombre del escalafón inferior no puede tomar decisiones adecuadas, solo a los que ocupan puesto elevados en la jerarquía se les atribuye criterio y discreción. Los altos directivos toman las decisiones los hombres de las bases las cumplen. Un grupo representa al cerebro otro las manos y punto. Son robots del reunionismo: Usted llega a realizar un trámite y automáticamente contestan: “Esta en una reunión”.

El extraordinario aumento de la velocidad con que son tramitados los anuncios del Gobierno así como los hechos económicos y políticos ejerce una continua y fuerte presión encaminados a acelerar el ritmo en la reacción administrativa. Pero la burocracia es “tan eficaz” que resiste los cambios rápidos que la revolución requiere. La información debe circular con mayor rapidez que antes, al mismo tiempo se pregona el combate al burocratismo produciendo el consiguiente aumento del número de problemas nuevos e inesperados, hace necesario una mayor rapidez administrativa y una mayor información veraz, no manipulada, egoísta e indiferente.

Un problema nuevo requiere más información que otro que haya sido resuelto doce o cien veces con anterioridad, esto combinado con las actuales demandas de más información, y la mayor información que llega desborda las jerarquías típicas del burocratismo en las estructuras públicas, sostenidas por el gobierno como colchón electoral.

La actual estructura administrativa del Gobierno es ideal para resolver problemas de la época de la colonia y siempre y cuando sean de rutina y a un ritmo somnoliento. Pero, cuando los problemas aumentan y dejan de ser rutinarios se produce el caos. La situación actual no es un mero producto de nuestra cultura social aunque esta pudo haber tenido un importante papel, probablemente resulta más directamente de nuestra cultura aliada del capital, combinada con la cultura impuesta, y aceptada también, por las pocas oportunidades sociales que el capitalismo implanto y que la revolución sostiene.

Controlando la política y la economía, el modo de enfrentarse con el burocratismo depende de mucho más que un simple cambio en las concepciones filosóficas, pero es indudable que este cambio deberá acompañar a las medidas que se tomen. Tenemos cleptocracias tradicionales en las que las relaciones corruptas y mediocres son parte del burocratismo utilizado como fachada para disimularlas por la falta de conocimiento ideológico, para que sea traducido, paulatinamente, en convencimiento revolucionario.

El cohecho mezquino, con escasa lealtad hacia la comunidad y el país han prosperado como si se tratara de una forma aceptable de transacción tanto en los negocios privados como en el Gobierno. Y, nuestros pueblos aunque protestan débilmente son corresponsables por complicidad y negligencia ya que consideran la corrupción y el burocratismo como un mal penetrante y descarado que no tiene solución por lo tanto hay que soportarlo.

Las circunstancias actuales nos impiden aceptar este juicio de valor siempre capitalista por la conexión existente ligado a nuestra cultura. El servicio público, la educación, la política, la medicina, han sido un factor determinante en el caos cómplice con los sistemas económicos imperiales. Y no creo que, el partido unificado socialista pueda ofrecer una solución de los problemas burocráticos por ahora, ya que esta solo dedicado a la política económica electoral del gobierno olvidando la transformación cultural. El problema desborda no solo el sistema político del país, sino que ahoga también los valores culturales de la sociedad.

El socialismo ya empezó como sistema político. Cada época produce una forma de organización adecuada a su tiempo. La revolución impone la toma de decisiones prontas y eficaces, la aceleración que debería tener el ritmo de vida socialista en todas las actividades cotidianas origina que cada minuto de retraso supone una perdida en la planificación de otras actividades productivas superior a las tramitadas, considerando al tiempo como un recurso económico, afectando directamente al usuario o mejor dicho al pueblo.

Visto desde un contexto regional los países se enfrentan a graves problemas de equidad y organización. Estos problemas originados por la burocracia cómplice de la corrupción presentan barreras formidables en el camino de la evolución hacia el desarrollo social y una de las dificultades más críticas en el cambio al socialismo, es el predominio del burocratismo sistematizado. Este, es un infortunado legado de las actitudes anárquicas que se produjeron durante la época de la colonia, y cuya indiferencia la termino acentuando.

Las luchas que se desarrollaron por la independencia persisten y están actuando hoy contra la revolución Bolivariana. Esto no es sorprendente en nuestros países donde una elite preparada por el poder colonial al obtenerse la independencia ha continuado sencillamente con el mismo aparato gubernamental heredado, transmitido de generación en generación con genes incluidos.

Comportamientos estimulados por la corrupción, la mediocridad característica histórica de la burocracia capitalista casi siempre corolario de una masa iletrada, mal informada y engañada por el doble discurso han acuñado el burocratismo y la corrupción como una forma de vida en los sistemas de gobierno, sin que este sea una excepción, como tal la aceptan los propios ciudadanos de nuestros países.

Las soluciones a estos problemas burocráticos las darán las organizaciones populares de la revolución socialista una vez que, el poder este en manos del pueblo. Única alternativa que ofrece importantes esperanzas de mejorar la crisis interna cultural y moral con la que nos estamos enfrentando.

Por consiguiente aun cuando parece existir y existe esta vinculación cultural con el pasado, nuestro enfoque socialista deberá moverse dentro de este marco. Cualquiera sean los orígenes de la burocracia y la corrupción, indudablemente se crearon a partir de las invasiones imperiales. El burocratismo ha aumentado con la globalización y ha ayudado a paralizar muchos cambios sociales necesarios por ejemplo, la igualdad en las reformas agrarias y de la propiedad.

El burocratismo y la corrupción, la mediocridad e indiferencia en la atención pública debilitan grandemente el respeto por el gobierno y la planificación. Ayuda a bloquear los cambios revolucionarios de los programas sociales para mejorar el nivel de vida. Hace también más difícil el tipo de acción coordinada para obtener el máximo éxito en programas que impulsa la revolución.

En resumen la responsabilidad en el proceso para ayudar a los más necesitados debe recaer en el gobierno la mayor parte, pero no exclusivamente, el pueblo tiene una gran obligación en readaptar su actitud hacia el cambio.

La burocracia debe adaptarse a las necesidades del gobierno actual y no estar pensada para la oposición de esta. El aparato gubernamental es un campo en el que se necesita particularmente y con carácter de urgencia innovaciones en los métodos. La execiva burocracia y su prima hermana la corrupción, quedan para los países capitalistas lacayos del imperio, pero jamás para un país revolucionario. Se imponen sanciones revolucionarias…


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Raúl Crespo


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