La vida como lección de histora

El historiador insurgente

LOS CRONISTAS INSTITUCIÓN AUTÓNOMA

LOS NIÑOS CRONISTAS DE LAS CIUDADES

El historiador insurgente no puede ser un espectador, circunscrito a sabias opiniones

especializadas de denuncia, relato o narración, subjetivas u objetivas, científicas y veraz sobre los hechos ocurridos que haya investigado. ¡¡NO ES SUFICIENTE!!

El carácter de historiador insurgente lo obliga a mostrar la parte de la historia no descriptiva, ni "neutral", ni "imparcial", su labor central, es hacer una interpretación distinta a la versión fosilizada de los "tradicionales amos de la historia", cuyo saber siempre ha ido dirigido a profundizar la dependencia y la neocolonización.

La historia insurgente enarbola como estandarte la investigación, la teoría, pero ello, por sí solo no basta, es insuficiente, si no está acompañada con una práctica de vida y la militancia social del historiador . La correspondencia de la teoría y la práctica hará más creíble y provechosa sus investigaciones. Lo contrario, sería correr el riesgo de transitar la vanidad, adornarse y verse permanentemente en un espejo, disfrutar de la burocracia de una investidura y de unas credenciales, que descansan, alejado de la militancia pedagógica, la fuerza insurgente a lo investigado.

Su participación de historiador insurrecto debe ir más allá de un puesto de trabajo, de la florida oratoria en momentánea e institucionales tribunas de micrófonos prestados, alejado del cargo burocrático y de ser cabeza de instituciones fósiles, originadas en la época colonial al servicio de la Corona, que retrasas la refundación de la República, alejados de la vanidad de los adjetivos que prelan su nombre, como el de Diplomado, Maestría, Doctorado y Phd, que si bien constituyen un mérito individual. valioso para la formación cultural, no es para andar exhibiéndose, guindados cual medalla del pecho, con no poca arrogancia y "superioridad del saber". Es la humildad lo que lo debe distinguir al historiador insurgente , vestirse y caminar con el pueblo, dar un trato de iguales, lo cual facilitar su misión de militante de la pedagogía histórica revolucionaria, transformadora y refundadora de República.

El historiador insurgente no le puede ser suficiente ver su nombre impreso sobre textos producidos; debe acompañar, como preboste que es, las luchas del pueblo, participar en su organización, alejarse de lo elitista, de la investida, debe ser militante del desorden e ir a la búsqueda de mecanismos, métodos o Metodologías que proclaman subvertir lo investigado, que producen un conocimiento. liberador, humanista, que permita avanzar a la sociedad , a la civilización hacia metas superiores de organización política, económica y social, con la participación y el protagonismo de la ciudadanía, de los excluidos, para hacer creíble y poder consagrar, consolidar en el espíritu y en el cuerpo de la nación, el nuevo ordenamiento histórico cultural, que se logra mediante el compromiso militante, rebelde, con práctica de ruptura como posición de vida, todo en conjunto, con las ideas de transformación de la sociedad.

la conducta del historiador insurgente, su práctica de vida tiene que ser correlativa, correspondiente con la investigación y el saber, para así superar la "plana" sobre lo blanco de las hojas, para ver las ruinas del orden, que la insurgencia de la historia proclamada debe ocasionar, obedeciendo a la razón ya la ética con un radical ejercicio de la CRÍTICA , en los términos del MAESTRO del Libertador, Simón Rodríguez, que aquella que se práctica conociendo de las cosas con exactitud para juzgar con rectitud y cumpliendo el precepto que "todos sepan lo que no deben ignorar".

Al decir del profesor Pedro Calzadilla, " insurgente quien irrumpe sin pedir permiso, desafiando las talanqueras que le gusta poner a los mantuanos y oligarcas" y esto también pudiera atribuirse a la motivación del escritor de textos históricos insurgentes, un militante, un historiador que se construye haciendo política y buena política, la mejor, la surgida del grafito, de la pluma de un talento comprometido con la nueva historia, liberada de las amarras de envejecidas. instituciones, vestida de flux y corbata, ahora, el historiador insurgente de verdad, es el que cabalga en las inmensa sabana del Yagual, la Quesera del medio, Mata de la Miel, la Flechera, en los pies descalzo del llanero e inspirado en la lanza de la libertad revolucionaria, de andar lejos entre pueblo, democratizando el conocimiento, indagando, estudiando el pasado para explicar el presente y diseñar el sueño futuro entre todos, sin engaños ni monopolio de pasada. y élites privilegiadas.

Historia insurgente un instrumento para el ejercicio del pensamiento político, rebelde, comprometido, contestatario, digno, probó e indomable , la historia insurgente es acción política de los saberes, en la construcción del porvenir y el fortalecimiento de la identidad de la nación, de la soberanía y del sentimiento bolivariano en manos y en cabeza del colectivo social.

Gusto da ver los frutos de generaciones recientes, comprometidos con la búsqueda de nuevos saberes, de nuevas interpretaciones una perspectiva no "neutral", sino abiertamente militante, en la pedagogía del conocimiento para la transformación, estrechamente vinculado a la investigación histórica para el cambio, con nuevos métodos , con lo fundamental, el corazón puesto en la necesidad de la insurgencia, de voltear, descubrir, desnudar y combatir una historia de símbolos, petrificada, comprometida con la oscuridad, para mantener desde en la ignorancia al pueblo de su capacidad. creadora, exaltadora del individualismo y del héroe, una narrativa no científica, interesada en proveer un conocimiento dirigido por la élite para perpetuar la ignorancia y con ello los privilegios de clases.

Emergen nuevos talentos, nueva generación producto del terremoto que ha significado la historia insurgente, presente en las comunidades a través del cronista comunal y en una nueva institución creadora, como lo es el Centro Nacional de Estudio de la Historia, expresión de las nuevas circunstancias políticas de la realidad venezolana, al iniciarse este. siglo XXI.

El historiador insurgente debe plantearse la meta de que la institución del cronista de las ciudades deje de ser un órgano auxiliar subordinado de los Concejo Municipales y las Alcaldías, para pasar a hacer instituciones con personalidad jurídica autónoma en los financieros y en lo administrativo, con asignación presupuestaria que le permita los recursos humanos para su trabajo, así como financiar las publicaciones, siendo lo ideal la presencia de las imprentas municipales, sin descuidar la dotación de bibliotecas, la política de fomento de la lectura y la protección. sociales del personal.

Fundamental es atender, apoyar e impulsar nacionalmente, de manera organizada e institucional, la maravillosa idea, la virtuosa iniciativa ensayada en Cagua, Municipio Sucre de Estado Aragua, por el poeta y fabulador Oscar Orlando Conde y el historiador Simón Fernández Pereira con el originario proyecto de LOS NIÑOS CRONISTAS DE LAS CIUDADES . Un proyecto de creadores y conservadores de la memoria histórica de los pueblos, es enseñar identidad con el territorio, con la historia local, regional y nacional. Son las bibliotecas pensantes del futuro, los archivos y fortalecimiento de nuestro acervo y patrimonio cultural en manos de la generación de relevo. Necesario para fortalecer nuestra soberanía e independencia, serán los historiadores insurgentes del mañana. Polvorín. Explosión insumisa de ideas. Un combate por la vida.



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Eduardo Orta Hernández


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