Este no es el producto que compré originalmente

¿No les ha pasado que se enamoran de algún producto alimentario, lo promueven entre amigos y familiares, y durante años disfrutan de su alta calidad y originalidad, pero que después, poco a poco se empiezan a dar cuenta que el producto ya no es el mismo, que ya no tiene el mismo gusto, que tiene un sabor diluido, mediocre, y que aun sabe peor que los productos que existían antes de que apareciera en al mercado ese producto que originalmente fue tan único y sabroso?

A mi me ha pasado.

Recuerdo la primera vez que probé Coca-Cola, eso fue en Antofagasta en el año 1966, y me gustó muchísimo, venía en una pequeña botella de vidrio que tenía un tinte un poco verdoso, ¿recuerdan?, pero años después la probé otra vez (yo casi jamás tomo refresco) en Canadá en los años 1970, y no me sabía igual. Hoy, la Coca-Cola casi siempre viene en botellas de plástico y contiene endulzantes artificiales, y no sabe muy bueno, de hecho, hoy sabe peor que otras marcas de cola, ¿verdad?

(Me gusta mucho más la Glup cola aquí en Venezuela.)

Me pasó igual con el Orange Crush, el cual hoy sabe a agua dulce sin gas (tal vez porque no tomo mucho refresco, me doy cuenta de los cambios, no sé).

Igual me pasó con el queso Oka, el cual era originalmente producido por monjes cerca de Montreal (Canadá), pero que eventualmente, porque los monjes necesitaban dinero, vendieron la receta a una de las más grandes empresas canadienses de productos lácteos, y a partir de ese momento, el sabor y la calidad del queso se fue hacia abajo, y hoy, me disculparán quienes conocen este queso, el queso Oka, para mí, ese simplemente otro queso entre miles que no son nada más que, mediocres.

Ver: https://en.wikipedia.org/wiki/Oka_cheese

(Yo produzco mi propio queso azul, ¡ese sí que es excelente! No es nada mediocre.)

Bueno …

Creo que todos hemos sido testigos de este fenómeno, ¿verdad?

¿Por qué ocurre esto?

En base a mis observaciones, el mayor culpable es la codicia.

Es esa noción alocada, insensata, superficial, egoísta, y colonialista de la búsqueda casi desesperada del dinero por encime de la calidad, por encima de las buenas intenciones, por encima de todo.

La baja de la calidad de los productos que una vez fueron únicos y de alta calidad es algo que ocurre a menudo cuando el fundador de la empresa muere y sus hijos, quienes a menudo son unos vagos oportunistas hijos de papá, aprovechadores e irresponsables, egoístas y sin visión, venden la empresa para llenarse sus bolsillos de dinero y la empresa cae en manos de personas que se montan sobre el reputación del fundador para producir el mismo producto --- siempre a menor costo para generar más ganancias ---, y por ende el producto va perdiendo su sabor y calidad original. Si los hijos no venden la empresa de su padre, bueno, ellos hacen lo mismo, van reduciendo los costos e incrementando las ganancias, y por ende rebajan la calidad (¡qué le importa a ellos!) y el sabor original del producto hasta haber chupado cada centavo posible cuando al final venden la carcasa de la empresa, y se van contentos con sus bolsillos llenos, pero dejando a miles de empleados en la calle y a millones de consumidores preguntándose ¿qué pasó?

Eso es exactamente lo que está pasando aquí en Venezuela.

Lo que originalmente fue llamada la Revolución Bolivariana --- la cual hoy sigue con el mismo nombre, pero en minúsculas --, ha perdido el sabor original y la calidad superior que tuvo mientras Chávez, el fundador, mandaba.

Hoy la revolución bolivariana, en minúsculas, es como cualquier otro producto mediocre, barato, es un producto sin nada de original, nada único, es un producto que se podría intercambiar con cualquier otro producto parecido, por ejemplo con los productos ofrecidos por cualquiera de sus competidores, con esos mediocres productos ofrecidos por los copeyanos, los adecos, por Primero Justicia, y aun se podría reemplaza por los productos ofrecidos por personajes como Maria Corina Machado, Ramos Allup, y Antonio Ledesma, vendedores de los productos más insípidos imaginables.

Hoy la revolución bolivariana, debido principalmente a la codicia de quienes están al mando de su producción y venta, no es nada más que otro producto para generar ganancias masivas para ellos mismos utilizando el modelo de marketing de las grandes marcas como Coca-Cola, donde se utilizan ganchos mediáticos engañosos para atraer a los consumidores aunque el producto sea uno de los más mediocres del mercado.

¿Ejemplos?

Hoy la revolución bolivariana hace igual y peor que hacían los adecos y copeyanos:

- inventan, discuten en secreto, y aprueban leyes elitistas --- usando la tremenda excuse de la democracia representativa --- a espalda del Pueblo (ZEE, Agua, otras), exactamente así como se hacía antes y exactamente como lo haría Maria Corina Machado o cualquier otro competidor

- rebajan los salarios hasta el punto del esclavismo salvaje capitalista moderno, igualito a lo que sueñan todo los otros competidores ya que así generan más ganancias para sus propios bolsillos,

- rebajan las pensiones hasta el punto de contribuir a la muerte de los ancianos, cumpliendo así uno de los más macabros sueños de la élite internacional de reducir la población del planeta de por lo menos 2/3 para así darles más espacio y privilegios a las clases dominantes,

- venden a los privados los bienes y activos del Pueblo sin el permiso del Pueblo y sin que el Pueblo vea un solo centavo de beneficio, concurriendo perfectamente con los sueños y las aspiraciones de personajes como Guaido y todos los demás competidores,

pero …

peor todavía …

y esto es imperdonable …

- igualito a como hacen sus competidores en el escenario colonialista internacional, por ejemplo en las colonias africanas centrales como la República Democrática del Congo, aquí en Venezuela los hijos del fundador están vendiendo el futuro de Venezuela, están vendiendo el control sobre todos los recursos naturales que normalmente deberían ser la garantía y el sustento fundamental soberano-financiero (el banco) para las miles de generaciones futuras, o sea, están quebrando el banco del Pueblo.

Bueno …

Así como tantos fundadores, Chávez debe estar revolviéndose en su tumba.

En corto, hoy, la revolución bolivariana, en minúsculas, no solo ha perdido todo su sabor original, todo, y no solo ha perdido toda la calidad que una vez tuvo, sino que sabe a algo más, sabe a un producto podrido que, después de haber sido utilizado --- irrespetuosamente apoyado en la buena reputación de su fundador --- para llenar bolsillos, será sacado del mercado por falta intencional y planificada de consumo, sus instalaciones serán vendidas, y el dinero de la venta será embolsada por los hijos del fundador.

Ese es el destino de la revolución bolivariana.

Este no es el producto que compré originalmente.



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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