El Estado de Bienestar y el Bolívar digital

El Estado de Bienestar no es propiamente socialismo en si, tampoco una revolución en término de lo que conocemos como socialismo científico. Simplemente, el Estado de Bienestar es una política de de Estado con fines de democratización de los derechos sociales en materia de salud, educación, vivienda, hábitats, infraestructura de servicios tales como agua, electricidad, aseo, carreteras, gas, telefonía, incluso de internet, televisión satelital, etc., com fines dar tranquilidad a la población y convivir con el capitalísmo en armonía social relativa hasta donde se pueda o como dicen alcance la alcancia p la cobija del Estado.

Para la socialdemocracia la realización de la democracia representativa (liberal) es redistribución de la riqueza del Estado sin empoderamiento social del pueblo de sus medios de vida, del modo de reproducción social, el pueblo es visto como un sujeto pasivo de las políticas públicas, a él están destinadas las políticas públicas para crear un Estado de bienestar social mediante los instrumentos del gasto social. En este modelo de política, se complace la burguesía el no tener que pagar o gastar muchos de los elementos que hacen posible crear condiciones sociales de vida, posibilidades sociales de bienestar para que se reproduzca la fuerza de trabajo y su familia.

En el marco de la revolución bolivariana, existe un peso de los ideales ilustrados, del Bolívar ilustrado, en particular la idea de crear una "política ficticia" o factica para nivelar la sociedad, políticas de igualación social, salvando las diferencias sociales, tanto que criticó Chávez el socialismo del siglo XX, el socialismo soviético por considerarlo estatista, y resulta que el socialismo del siglo XXI, el socialismo bolivariano está en el mismo piso, el socialismo de Estado redistributivo de la renta nacional, más parecido a la socialdemocracia, donde el rentismo petrolero juega un importante papel neorentista en el proceso de nivelación social, en particular mediante la educación pública.

Más recientemente, he escuchado al Presidente Nicolás Maduro en una jornada de entrega de vivienda, la vivienda 3.500.000, complaciente de este acto de dar felicidad al pueblo, el decir que eso es socialismo, crear el Estado de Bienestar, supongamos que el Presidente tiene la razón, que el socialismo es Estado de bienestar social, solo porque es dotado de condiciones sociales de vida, en particular la vivienda, la salud y la educación, aparte de los servicios de equipamiento, nos preguntamos, cómo entonces puede vivir un trabajador con su salario, pagar su manutención y la de su familia, pagar transporte, al igual sufragar los servicios con el nivel actual de salario menor a un dólar tal cual devenga los trabajadores pensionados y no pensionados. Ello pone a prueba; la idea de que si el trabajador no controla sus medios de vida, las capacidades que hacen posible poder sustentarse con su trabajo y depender de las fuerzas del mercado, no alcanzaría la capacidad de controlar su destino, el tener certidumbre en sus relaciones económicas y sociales.

Llama la atención que cuando se calcula el salario mínimo desde la IV República hasta la V República se hace pensando en la canasta de alimento, únicamente, como si no contara en dicho calculo, los gastos sociales de vida, el gobierno considera que se debe añadir al ingreso del trabajador lo que el gasta en la creación de sus condiciones sociales de vida, que el empresario no invierte pero aporta pírricamente en lo que se considera los descuento para el fondo de vivienda, del seguro social entre otros. En todo caso; en una oportunidad Chávez consideró la necesidad de sumar al ingreso salarial la parte percapita del gasto público como parte del salario, sin embargo esto no se ha hecho, pero el fondo de la cuestión es que cuando el trabajador acude al mercado, lo hace con el dinero efectivo, hoy digital, la disponibilidad que tiene este en cuanto poder adquisitivo ha mermado.

El resultado es que en una economía de valores físicos, de magnitudes físicas, de precios reales y salarios reales, usualmente, los precios están por encima de la capacidad del poder adquisitivo de los trabajadores, en el momento que vive Venezuela de guerra económica, el dólar ha destruido el Bolívar físico, el bolívar tangible, el papel dinero se ha esfumado, la hiperinflación desatada ha evaporado el dinero del trabajador, ha destruido el Estado de Bienestar social. Frente a esta realidad, el gobierno con excepción de los subsidios mediante el carnet de la Patria y los Claps que suponen protegen a la familia y los trabajadores, pero no ha resultado eficaz, simplemente han atenuado la situación de empobrecimiento de la clase trabajadora, entiéndase esta como los obreros y empleados, inclusive las capas profesionales públicas y privadas.

Se sugiere entonces, la indexación del salario, una especie de ajuste cuantitativo del salario en proporción a los precios, teniendo en cuenta la concertación entre el Estado y las empresas privadas, lo cual no creemos que sea la solución, por cuanto se crearía un proceso en espiral, salario-precios en forma ascendente creando un super circulante físico; actualmente el Gobierno de Maduro si sigue la economía tradicional, aplicando el patrón cuantitativo, de seguir con la economía no digital, el gobierno no tiene la capacidad de crear dinero, no tiene reserva para soportarlo, el bloqueo económico y financiero le impide hacerlo, además se tiene en cuenta que el gobierno imprimía dinero oficial en otro país, actualmente ese dinero fabricado en el exterior no es posible, menos si ello implica un gasto en impresión de papel moneda. En vista de esta situación, urge crear una nueva economía, la economía virtual o digital, y para ello es necesario crear el Bolívar digital soportado en la criptomoneda El Petro.

La circulación del bolívar digital dependeria de las reservas del Petro, sería anclado a este, en un volumen de respaldo, de forma fija, éste el petro, debe dejarse como valor de reserva, como unidad de cuenta, e incluso como medio de pago internacional, no para la circulación interna sino como instrumento de compensación o transacciones externas. Por otra parte, la economía del bienestar social dependería del bolívar digital, en situación de bloqueo económico y financiero, de la capacidad de digitalizar todas las transacciones del mercado, ella sortearía los escollos del bloqueo, excepto las redes, la autopista de circulación de datos, el cual no tenemos control, seguimos dependiente de la tecnología del Norte, de las corporaciones transnacionales de la información.

En todo caso, en el supuesto de que ellas, los aliados imperialistas respeten la libre circulación de datos, la economía digital venezolana debe crear un ecosistema social de recepción y transmisión de datos en el mercado, en el transporte entre otras áreas el comercio, que facilite los mecanismos y dispositivos para manejar flujo de información. En este ambiente digital, el bolívar digital como tal sería viable, el dinero digital viene a suplir al dinero físico, aquel sujeto a la leyes cuantitativa monetarista o fiscalistas.

El dinero digital no tiene límites de circulación, bondad que no así tiene el dinero físico, su valor dependería de la criptomoneda como unidad de reserva y medio de pago internacional, estamos hablando de Petro, pero no basta digitalizar el papel moneda, también se debe digitalizar los precios generales, al menos promedios de mercado, debe hacerse el mercado más transparente, nadie debe o puede vender al arbitrio tal cual ocurre en Venezuela con las oscilaciones especulativa del dólar, perjudicando el Estado de Bienestar social, los precios deben dejarse llevar por una guía establecida por la empresa privada en cada cámara y rublo.

Urge la necesidad de anclar los precios al valor del bolívar digital, creado para expresar los precios del mercado digital. Su valor es establecido por el gobierno en función del Petro, el cual deberá también reformar las funciones tradicionales del Banco Central, estamos ante una nueva economía del siglo XXI, la economía digital.



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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