La unidad con Fedecamaras es traición a Chávez

Toda revolución tiene en su origen una división, un rompimiento, un resolver las contradicciones. Si observamos la historia encontraremos esta constante, desde Cristo dividiéndose del Sanedrín, de la iglesia constituida, o Bolívar separándose de los mantuanos que pedían calma, "¿trescientos años de calma no bastan?"; hasta Chávez y el 4 de febrero, movimiento que irrumpe contra la falsa democracia burguesa, contra el ejército sumiso, contra el poder constituido.

La unidad boba, castradora, sin contenido, ciega ha sido siempre consigna de lo viejo, de lo que se niega a ser sustituido, de lo que se resiste a abrir paso a la historia, una mordaza mental. Un ejemplo muy nuestro es el 23 de enero del 58 del siglo pasado, cuando aquella erupción revolucionaria fue liquidada por los llamados anacrónicos a la unidad. Temprano, Fabricio Ojeda reconoce el error y el movimiento revolucionario se va a las montañas a recuperar el camino de la historia.

Hoy el madurismo arrinconado, agotado, se aparece con llamados desesperados a la unidad, con amenazas contra unos supuestos divisionistas, el gesto devela la esencia de la situación política. Está claro que el gobierno dio un giro burdo hacia el capitalismo, traicionó al Comandante Chávez y al Socialismo; este deslizarse a la derecha produce malestar en las filas chavistas, ya no es posible justificar la posición del madurismo, que extiende la mano a los gringos, se reúne con fedecámaras y salen de allí contentos con planes comunes. Ya el madurismo no está interesado en engañar, es descarado en su traición: privatiza las entrañas de la Patria, desde PDVSA, hasta los bicentenarios, los hoteles, todo.

Para que sus planes tengan éxito es necesario aplastar cualquier disidencia, ya avanzaron calumniando, guillotinando moralmente a los que se opusieron a la infamia cuando todavía pasaba desapercibida, pero ya es imposible tapar la traición. Por eso el gobierno prepara sus cuerpos represivos para liquidar la resistencia, la acusación de divisionistas será la justificación para la razzia que viene.

Las acusaciones de divisionistas que el madurismo hace anticipadamente abren un camino de esperanza, la espera no ha sido en vano, el Partido de Chávez está reaccionando, despertando. Hay augurios de que la traición tendrá resistencia, de que allá en el alma profunda del PSUV aún existen reservas morales, que de nada valdrán las balandronas, las amenazas, la represión, siempre la dignidad se impondrá, la verdad saldrá a flote, vendrán nuevos Fabricios de resistencias, el 4 de febrero no se olvida.

Es vital la solidaridad con los que resisten a la felonía que ahora estigmatizan con el nombre de "divisionistas", "trasnochados", "marxistas leninistas"; que las manifestaciones de rechazo al rumbo del madurismo tengan eco en la Patria, que los verdaderos revolucionarios chavistas encuentren apoyo en la masa, que el pueblo humilde sepa identificar a sus verdugos y se ubique del lado de sus aliados.

Estamos entrando en la etapa del desenlace definitivo, el gobierno prepara su zarpazo represivo, la liquidación de la resistencia chavista. Las fuerzas de la dignidad, el chavismo auténtico, deben preparar la respuesta, no deben dejarse amedrentar por las amenazas. Las consignas están claras.

¡POR LA DEFENSA DEL LEGADO DE CHÁVEZ!

¡NO A LA ENTREGA DE LA PATRIA AL CAPITALISMO!

¡UNIDAD DE LOS CHAVISTA, NO CON FEDECÁMARAS!



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Toby Valderrama


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