De cara a las elecciones es paralamentarias

Las partes interesadas pretenden hacernos creer que en la política del país solo existen dos polos contradictorios poseedores de la verdad absoluta, por una parte, el "Polo patriótico" representado por el partido de gobierno PSUV y varios otros movimientos que espontanea u obligadamente lo secundan. Para ese bloque, cualquiera que difiera o critique, tanto sus contradicciones internas, como el muy mal manejo de la cosa pública, dado sus superlativos y mafiosos índices de corrupción, pasa a ser enemigo de "la revolución", término este que me veo obligado a poner entre comillas, por lo suigéneris del significado que en la práctica política la han dado tanto el partido de gobierno como los movimientos y partidos que lo respaldan: "leales siempre traidores nunca" es su lema de batalla, y yo me pregunto ¿leales a qué, a los personeros que dirigen esta suigéneris revolución?, porque a los principios verdaderamente revolucionarios a ojos vista no lo es, no hay que ser muy perspicaz para ver el tejemaneje impune de los dineros públicos, que ha enriquecido y enriquecen a cientos de funcionarios de la administración pública, tanto en el área civil como en la militar, y lo que es peor, personeros estos muchas veces aliados con la delincuencia común organizada. Sería grueso su listado (dentro de lo que se conoce), si hubiese decido añadirlo a este artículo.

En el otro extremo del espectro político nos encontramos con la derecha de ideología neoliberal, plagada también de corruptelas y sin arraigo de patria, que ven comunistas hasta en la sopa.

Quienes la dirigen, afines a las decisiones e intereses culturales y político-económico de los gobiernos norteamericanos, están sentados sobre la ideología transcultural de un importante sector poblacional clase media, que en buena parte ha emigrado del país. El desacierto de Chávez, al meter en saco común a ese sector de la población, con la verdadera burguesía dueña del capital, está cobrando dividendos: El país, aparte de lo terrible del daño económico, tanto por la pésima administración interna, como por las medidas tomadas por el gobierno estadounidense contra nuestra economía, ha perdido un muy grueso sector de profesionales y técnicos universitarios, que han emigrado al exterior y del cual se benefician un buen numero de países que no invirtieron un centavo en formarlos.

En el medio de estos dos extremos, nos encontramos con un variopinto número de grupos y grupúsculos, cuyo objetivo común es el de deslindarse de esos dos extremos políticos antes expuesto. Intereses, tanto de "pureza" ideológica, como también de posicionamiento personal o grupal, y hasta el paso de factura por posicionamientos políticos del pasado, terminan por minar el entendimiento global básico común a estos grupos; centrados en su propia interpretación de la álgida situación actual, y el papel que cada una de estas entidades debe representar, no toman en cuenta lo que en términos coloquiales pudiésemos expresar como aquello de "la masa no está para bollos". Es decir, nuestra crisis actual supera los límites de las ideologías, para caer en una situación de supervivencia del País como entidad independiente.

Hay dos ejemplos en la historia recientes, que tiene como protagonista principal, al partido comunista de Venezuela (PCV), que en momentos críticos para el país (dejando para después el cumplimiento de sus objetivos político ideológicos), afrontó acorde a la realidad del momento, la solución o el posicionamiento pragmático necesario, para tratar de superar o resolver la situación concreta por la que pasaba el país, así vemos como en época del presidente Medina Angarita, fue partidario del fortalecimiento de la burguesía nacional, en contrapartida a la burguesía importadora naciente. Más adelante, durante la dictadura de Pérez Jiménez, fue también el propulsor de la concordancia de los partidos políticos, en el objetivo central de derrocar al dictador, y eso lo repitió el PCV en la formación del "chiripero", partido o movimiento que tomó el nombre de Convergencia, el cual llevó al social cristiano Rafael Caldera, por segunda vez al poder, en contra los partidos tradicionales: Acción Democrática y Copei.

Tengo que aclarar que esas decisiones a la larga exitosas o no, son un ejemplo de cómo un partido, consciente en ese momento, de la magnitud de una crisis o adversa situación política, debe hacer concesiones ideologías puntuales, en pro de un objetivo común que beneficie a la Nación.

Es muy distinto el panorama de una Asamblea Nacional con (si acaso), dispersos asambleístas opositores, a un grupo homogéneo de los mismos, que tengan el peso necesario para convocar un referendo revocatorio dentro del plazo constitucional.

Tómese este corto artículo, proveniente de quien, teniendo una posición política de izquierda durante toda su vida, con el peso de los años, ha visto pasar mucha agua bajo el puente.



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Arnaldo Cogorno


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