Un socialista no renovado

"Los socialistas somos como las amebas: tenemos que dividirnos para poder vivir"

Esta frase pertenece a un gran amigo que tuve en mi exilio en Rumania: Sergio García Garay, agregado cultural en ese país hasta septiembre del ´73. A Sergio García lo conocí en gratísimas tertulias bucarestinas en la que este valioso intelectual desplegaba su genialidad histriónica para disparar excrementos (aquí no se puede decir mierda) con un enorme ventilador. García Garay, viejo militante socialista, era un francotirador, un iconoclasta, derechamente hablando un "hocicón", que no comulgaba con nadie, por lo que ante él no habían medias aguas: admirado por los pocos que usufructuábamos de su ingeniosa charla, y odiado a muerte por los muchos que ostentaban un frágil tejado de papel de volantín. Aun así, su departamento en Bucarest era visita obligada de todos los conspicuos dirigentes de la otrora Unidad Popular que caían por las tierras de Ceauscescu, normalmente a poner la poruña. Antecesor de Wikipedia, Sergio le sabía la vida hasta en sus más íntimos y sórdidos recovecos a todos los "próceres" que en aquel entonces "prometían jamás desertar". Resumiendo, su lengua viperina, de "doble filo" como decía Rafael de León, era efectivamente temible.

Era la época de las últimas divisiones ideológicas que fragmentaron siempre al PS desde su nacimiento en 1933. La disputa bullente, llena de contradicciones, de apasionadas discusiones internas, normalmente terminaba en que una fracción minoritaria se desprendía del tronco y levantaba tienda por fuera, aunque no muy lejos porque, por último, todos estaban por la revolución chilena y el sueño socialista para su pueblo, es decir nadie se pasaba a la vereda del frente. Ese era efectivamente el trajín de la militancia socialista de la que Sergio García me decía: "Cuando conozcas a un socialista pregúntale de inmediato: compañero: ¿usted va entrando o va saliendo?" porque según su descarnada ironía, muchos entraban al partido para dividirlo o iban saliendo de él con una fracción a los que habían convencido de la verdad de su postulados. Pero debo decirlo: me gustaba ese partido dinámico, lleno de vida, que lo diferenciaba de nuestro anquilosado Partido Comunista cuya rigidez y dogmatismo no le permitió vislumbrar a tiempo la pudrición que corroía los cimientos del sistema socialista de ultramar.

Hoy todo ha cambiado. Se acabaron en el PS las discusiones internas buscando afanosamente el mejor camino para cumplir el sino socialista de una organización que naciera con la honesta pretensión de ser el detonante de la revolución chilena. En las divisiones canibalescas de los "renovados" se mezclan hoy epítetos como "narcotraficantes", "clientelismo", "fraudes electorales", lanzados de un bando hacia otro. El descalabro que dejó la última elección habida en el Partido Socialista no tiene un origen de principios como lo eran las divisiones de antaño. Da exactamente lo mismo si en un lado estaba Elizalde y al otro la dama llegada de Cuba, doña Maya Fernández que ostenta la calidad de ser la nieta menor de Salvador Allende. Salvo honrosas excepciones, como la de Alejandro Navarro, frente a la encrucijada vital de la ideología como es la posición ante Venezuela socialista, unos y otros son sólo gatos metidos en la misma bolsa y que danzan al compás de la música que viene desde Washington junto a sus cómplices planetarios.

Fíjese, querido lector, que ni yo mismo sé si este artículo es una crítica a la decadencia del socialismo chileno o un homenaje a mi dilecto amigo de Bucarest, Sergio García Garay. Traje su fantasma a colación al comenzar este artículo porque él me ayudó a conocer a su partido en su esencia elemental, sin circunloquios ni anestesia, a "trasero pelado" si me permiten la grosería. Sergio murió hace algunos años, por lo que por ahí debe andar, entre las raíces del subsuelo, "pelando" hasta a Jesucristo al que con toda seguridad le supo alguna llegada estrecha, Ante el derrumbe de los principios, me quedo con su premonitora y ácida ironía. Chapeau, querido Sergio.

 

cristianjoelsanchez@gmail.com



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