Los tiempos que discurren son difíciles para aquellos países que pretenden construir una identidad económica, política y social desde una raíz popular y nacionalista. Estamos en pleno juego de reacomodo de poder. Estados Unidos como centro hegemónico forcejea contra las potencias emergentes China, Rusia, Irán e India para mantenerse como centro de gravitación. Hacia los vértices se sienten las consecuencias de ese pulseo: Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia. Se ha puesto en evidencia que los amos de las transnacionales hacen mover la colita de los perros del Sur: El grupo de Lima, conformado por; Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú, posteriormente avalaron Barbados, Estados Unidos, Granada, y Jamaica, llaman permanentemente a una intervención militar a Venezuela.
Se está reeditando La Internacional de las Espadas y una nueva versión del Plan Cóndor. El pulseo que realizan las potencias hegemónicas y las potencias que se prefiguran como emergentes, implica una lucha de gran intensidad para procurarse fuentes energéticas, materiales estratégicos (hierro, magnesio, platino, oro, coltan, grafito) y fuentes de agua (recurso fundamental para la vida), muy abundantes en Venezuela, sobre todo en las proximidades a la Sierra de Perijá y en la Amazonia venezolana.
La presencia de estas riquezas, explican la actitud secesionista de colectivos locales con intereses, que con alianzas de grupos financieros internacionales pugnan por apoderarse y controlar esas riquezas muy demanda por el desarrollo de un proceso de acumulación capitalista dinamizado por la industria tecnológica, industria que ha llegado a niveles superiores de división internacional del trabajo y uso sofisticado de las tecnología, donde la actividad minera es la principal fuente de proveerse materia prima.
El científico y ecologista brasileño Carlos Walter Porto-Gonçalves, hace referencia a procesos que ocurren en el campo de la división del trabajo, el cual es reservado a los países industrializado que poseen el control de actividades industriales relacionadas a la Nanotecnología, donde se han logrado desmaterializar la materia con fines de la producción de insumo para la industria civil y militar.
Pongamos por ejemplo, el caso del grafito, el cual figura como material estratégico con su derivado el grafeno, con el cual científicos surcoreanos acaban de construir la primera pantalla táctil de este material que mide 30 pulgadas. El Instituto Tecnológico de Massachusetts ha diseñado a partir de grafeno la radio más pequeña del mundo. IBM, el gigante de la informática, presentó recientemente al mercado sus primeros chips de grafeno, 10 veces más veloces que los de silicio.
En este contexto, las sanciones del gobierno de EE.UU a Venezuela, se ha profundizado la crisis económica, la cual también es importante destacar, posee un componente nacional, que involucra a actores privados y la burocracia, este último sector caracterizado por su precaria coordinación de la sociedad, carente de creatividad para darle repuesta a los problemas y muy acostumbrado a un modelo de gestión pública, donde se realizaba las mediaciones con la sociedad a punta de divisas proveniente de la renta petrolera captada en el exterior.
La crisis económica, promovida desde los centros de poder en el exterior y la burguesía venezolana, busca debilitar la legitimación de origen del Gobierno del Presidente Nicolás Maduro, fatigando a la sociedad por la vía de una inflación que ha elevado los precios de los bienes y los servicios descomunalmente. Se suma a ello, las amenazas de la Casa Blanca y personajes oscuros como Luis Almagro, Iván Duque y Jair Bolsonaro, sin tapujo realizan llamados a una invasión a Venezuela, violando el derecho internacional.
En ese sentido, un planteamiento histórico que han mantenido los pueblos originarios para la delimitación de los territorios que ancestralmente les pertenecían, se ha venido torciéndose hasta crear una posibilidad peligrosa para la integralidad de la Republica. La etnia wuayu siempre ha soñado con la conformación de un espacio territorial y simbólico donde puede desarrollar su vida partiendo de su cosmovisión, que intercepte parte del territorio de Colombia y Venezuela.
Lo grave de esa iniciativa es, que en 2012, realizó una propuesta independiente, con lo cual se crearía la Gran Nación Wayuu, que comprenderían, las poblados de Riohacha, Sinamaica, Paraguaipoa, Maicao, Uribia, Cabo de la Vela, Fonseca, Albania y Hato Nuevo, Barranca y Dibuja, con una población de 941 mil 646 wayuu que viven entre Venezuela y Colombia, comprendería un territorio 600 Kilómetros que va desde Castillete en la alta Guajira hasta el municipio de Urrutia. Territorio con un gran potencial petrolero, agrícola y marítimo. Esa iniciativa de los wuayu, la ha tomado como bandera la oligarquía colombiana, impulsado por el capital transnacional para apoderarse del territorio, y tomar posesión de la producción petrolera, tierras para el cultivo de mariguana/coca y la vía libre por el Mar Caribe para su movilización a los mercados consumidores.
Es necesario destacar, que Álvaro Uribe Vélez con recursos del narconegocio y los parapolíticos han infiltrado los liderazgos originarios, han avanzado en controlar la iniciativa. Lo grave de la situación es que dicho problema no se encuentra en el discurso de los militares superiores venezolanos y los medios de comunicación han guardado un silencio cómplice.
Por otro lado, la periodista Valentina Quintero, ha denunciado la minería ilegal en el Estado Bolívar, destaco que los mineros vienen utilizando mercurio para separar el oro de otros materiales y contaminando los ríos. Se han presentado conflictos entre los militares y pemones occidentalizados por el negocio, los primeros porque debe salvaguardar los recursos, y los últimos comprometido con su explotación. Lo cierto es, que ese conflicto, es minúsculo con respecto de los grandes intereses que se están develando en el Amazona venezolano, donde se encuentran bajo tierra importantes reservas de oro, diamantes, uranio, coltan y grafito. Este hecho explica la presencia de las Nuevas Tribus, el proceso de transculturización de lo propio, por elementos culturales foráneos: Socialización del himno de Brasil entre las comunidades originarias, presencias de mafias, políticos y militares corruptos vinculados con el contrabando que ocasiona terribles ecocidios.
En esa misma onda, se inscribe los ejercicios militares Amazon Log 17, realizada recientemente a unos 700 kilómetros de los límites fronterizos de Venezuela, maniobra conjunta que involucra a 1.500 militares brasileños, 150 de Colombia, 120 de Perú y 30 estadounidenses. El objetivo oculto de esta estrategia es utilizar una posible invasión a Venezuela para apoderarse de ese territorio, unirlo a la amazonia colombiana y crear una republiquita satélite para ser explotada por el capital transnacional.
Cabe mencionar, que operaciones de esta naturaleza no son ajenas a la historia del siglo pasado y principio de este siglo, en Yugoslavia, el país más próspero de la experiencia del socialismo real de promovió un conflicto intra-etnias, entre el 25 de junio de 1991 y el 5 de junio de 2006, el cual concluyo con su disolución y la formación de las repúblicas de Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Montenegro y Serbia.
Creo particularmente, que los venezolanos tenemos la obligación de tomarnos muy en serio estas amenazas. El sector militar que ejerce la jefatura del comando, debe dosificar el ambiente festivo que invade lo público para dedicarse a construir una estrategia de la defensa de la patria. Es necesario destacar que el capitalismo no tiene fronteras ni tiempo festivo para actuar. La invasión a Irak, se realizó en pleno desarrollo de las celebraciones del mes del Ramadán, cuando el pueblo musulmán practica el ayuno.
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