Crítica ácida

Venezuela en el ojo del huracán, sin tormentas

En las elecciones mundiales protegidas por la disimulocracia representativa tutelada por EE UU, 2 partidos hacen la pantomima de elección libérrima pero "gatopardiana", promueven cambios en la campaña, afirman que removerán todo, y a la postre son solo promesas, no ocurre nada distinto.

Así fue en la democracia representativa pitiyanqui, que hizo de Venezuela con los partidos social demócrata y social cristiano una presunta imagen modelo de América Latina, aunque en el fondo nada cambiaba, pues era un simple reparto de las mieles del poder, más los vicios.

La mediática internacional: periódicos, radios y la poderosa TV, describían la "democracia representativa venezolana" como paradigma ejemplar, a sabiendas de los repetidos actos de censura, torturas, asesinatos selectivos y masacres a los adversarios, que se sucedían impunemente.

Todo cambió con la derrota del llamado "status" en Diciembre de 1998. Los factores de la todopoderosa influencia económica arrastrada al capitalismo salvaje sin ideología, y sus partidos aliados, no pudieron comprar la conciencia de Hugo Chávez, electo Presidente por amplio margen.

El comportamiento ejemplar del colectivo enemigo de la violencia y de los delitos de odio, a pesar de la siembra de desconfianza infame en contra del CNE, ratificó este 15 de Octubre 2017 su sistema votante, por encima de las asnadas verbales, dichas por pésimos dirigentes politiqueros de lado y lado.



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Luis Sánchez Ibarra


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