Marx-Engels: ¿Ha leído Ud. su manifiesto? (II)

“Los comunistas no tienen  por qué  guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos solo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente. Tiemblen si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución  comunista. Los proletarios con ella no tienen nada que perder, como no sean sus cadenas, tienen,  en cambio,  un mundo entero que  ganar” ¡Proletarios de todos los países del mundo,  uníos! (Al cierre del Manifiesto  Comunista)

 En la primera parte, publicada en Aporrea con fecha 19.04.12, se examinó   brevemente los  argumentos esbozados tanto por las derechas como por las “izquierdas” en torno a una futura sociedad socialista o comunista, así como también se revisaron los planteamientos contenidos en el Manifiesto, donde Marx-Engels dejan ver de qué trata su doctrina, a su vez que desmienten algunas afirmaciones que maliciosamente han venido haciendo los adversarios, en aras de tergiversar la verdad, independientemente de si se está o no de acuerdo con ella.

A continuación se examina otra sección contenida en el referido documento:  

¿Consideró el Manifiesto a las condiciones espirituales o subjetivas como elemento indispensable   para el cambio revolucionario?

Esta pregunta cobra vigencia, toda vez que en algunas oportunidades,   movimientos revolucionarios, ya sea por vía pacífica o violenta, han logrado acceder al gobierno, e inclusive al poder, sin embargo, la reacción de la contrarrevolución ha logrado revertir la situación y se ha perdido el terreno ganado. A este respeto recordemos la comuna de París (1871) y lo que siguió después. Ante tales descalabros, es necesario buscar las causas que los produjeron, siendo que el considerar la formación ideológica y política como un elemento de segunda o tercera categoría,  posiblemente haya sido la causa principal, para que   desde las propias entrañas de la “revolución triunfante” se haya   torcido el rumbo hacia el abismo de la desesperación y la derrota.

Es en este orden de ideas, que se ha considerado necesario partir del Manifiesto, toda vez que en el mismo se plantean conceptos de insoslayable discusión:

“Las objeciones contra el régimen comunista de apropiación y producción material hácense  extensivas a la producción y apropiación de productos espirituales. Así como el destruir la propiedad de clases equivale, para el burgués, a destruir la producción, el destruir la cultura de clase es para él  sinónimo de destruir la cultura en general (..) Esa cultura, cuya pérdida tanto deplora  es la que convierte en máquina a la inmensa mayoría de la sociedad”

Aclaremos que el hecho “espiritual” para Marx-Engels, se refiere fundamentalmente a las condiciones subjetivas del ser, su pensamiento jurídico, su ideología, su concepción filosófica, su ética y en fin en todo aquello que contribuya a una formación personal y social de su conciencia. En este sentido, la información y la educación son vistas como necesidades indispensables del ser humano,  para conducir su existencia, su creación e innovación tanto en mundo material como en el intangible.

Vale recordar que en la propia Biblia, hay un pasaje, que revela el interés por considerar que al ser humano no debería bastarle la satisfacción con lo material, sino que es necesario incluir lo espiritual: “No sólo de pan vive el hombre” (Mateo 4) expresión que sin entrar a emitir juicios de valor religioso, expresa un gran mensaje en contra de limitarse a lo material. 

Adicional, pocos años antes de la publicación Manifiesto, Simón Bolívar, expresó: Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades”, palabras que constituyeron una invitación expresa a los patriotas para que se interesaran por mejorar el conocimiento y acerar la conciencia en aras de la independencia  de Venezuela y de América (Congreso de Angostura, 15.02.1819).

Al volver al Manifiesto, nos encontramos con las siguientes afirmaciones:   

“Al discutir con nosotros y criticar la eliminación   de la propiedad burguesa, partiendo de la abolición  de vuestras ideas burguesas de libertad, cultura, derecho etc. no os dais cuenta que esas mismas ideas  son otros tantos productos del régimen burgués de propiedad y de  producción, del mismo modo que vuestro derecho no es más que la voluntad de vuestra clase elevada a ley: una voluntad que tiene su contenido y encarnación en las condiciones materiales de vida de vuestra clase (..)   Compartís con todas las clases dominantes que han existido, y perecieron, la idea interesada que vuestro régimen de producción y de propiedad, obra en condiciones históricas que desaparecen en el transcurso de la producción, descansa sobre leyes naturales eternas, y sobre los dictados de la razón. Os explicáis  que haya perecido la sociedad antigua, os explicáis que haya perecido la propiedad feudal; lo que no podéis explicaros es que perezca la propiedad burguesa, vuestra propiedad”

Acotamos, estamos de acuerdo que el “El ser social determina la conciencia social” pero también es cierto que sin  conciencia revolucionaria, se hace prácticamente imposible transformar el mundo material por la vía socialista. Más adelante el Manifiesto se expresa:    

¡Abolición de la familia! Al hablar de estas intenciones satánicas, de los comunistas, hasta los más radicales gritan escándalo (..) ¿En que se funda la familia actual, la familia burguesa? En el capital, en el lucro privado. Sólo la burguesía tiene una familia, en el pleno sentido de la palabra;  y esta familia encuentra su complemento en la carencia forzosa de las relaciones familiares de los proletarios y  en la pública prostitución (..) Es natural que ese tipo de familia deje de existir al desaparecer su complemento, y que una y otro dejen de existir al eliminarse el capital, que le sirve de base. (..) ¿Nos reprocháis acaso que aspiremos a abolir la explotación de los hijos por sus padres? Si es cierto, a eso aspiramos”

Al leer estas expresiones, nos queda claro, que Marx-Engels, usaban un lenguaje sincero y directo cuyos  planteamientos no tenían nada que ver con la demagogia, el oportunismo o el esoterismo con que hoy se suelen  tratar estos temas.  

“Pero es, decís, que pretendemos destruir la intimidad, suplantando la educación doméstica por la social ¿Acaso vuestra propia educación no está también influida por la sociedad, por las condiciones sociales en que se desarrolla, la intromisión más o menos directa en ella de la sociedad, a través de la escuela,  etc.) No son precisamente los comunistas los que inventan esa intromisión de la sociedad en la educación; lo que ellos hacen es modificar el carácter que hoy tiene y  sustraer la educación a la influencia de la clase dominante”

¡Pero es que vosotros los comunistas nos grita a coro la burguesía que  pretendéis colectivizar a las mujeres! El burgués,  que no ve en su mujer más que un simple instrumento de producción, al oírnos proclamar la necesidad de que los instrumentos de producción sean explotados colectivamente, no puede por menos de pensar que el régimen colectivo se hará extensivo igualmente  a la mujer. No advierte que de lo que se trata precisamente es de acabar con la situación de la mujer como mero instrumento de producción”

Dejemos claro, que Marx-Engels, se refieren a la sociedad del S-XIX; sin embargo, todavía en el S-XXI, una parte de las mujeres y los niños son tratados por la burguesía como seres de tercera categoría: cero salarios o paga muy baja por su trabajo.

“A los comunistas se nos reprocha querer abolir la patria, la nacionalidad”. Los trabajadores no tienen patria, mal se les puede quitar lo que no tienen. No obstante, siendo la mira inmediata del proletariado, la conquista del poder político, su exaltación a clase nacional, a nación, es evidente que también en el  reside un sentido nacional,  aunque ese sentido no coincida ni mucho menos con el de la burguesía (..) “Ya el propio desarrollo de la burguesía, el libre cambio, el mercado mundial, la uniformidad creciente de la producción industrial, con las condiciones de vida que engendra, se encargan de borrar más y más las diferencias, y antagonismos nacionales. El triunfo del proletariado acabará de  hacerlos  desaparecer.  La acción conjunta de los  proletarios, a lo menos en las naciones civilizadas, es una de las condiciones primordiales de su emancipación. En la medida y a la par que vaya desapareciendo de unos individuos por otros, desaparecerá también la explotación de unas naciones por otras. Con el antagonismo de clases en el seno de cada nación, se borrará la hostilidad de las naciones entre sí”

En la frase que sigue, Marx-Engels, precisan un poco más sobre su concepción ideológica:

“No hace falta ser un lince para ver que, al cambiar las condiciones de vida, las relaciones sociales, la existencia social del hombre, cambien también sus ideas, sus opiniones y sus conceptos, su conciencia en una palabra. La historia de las ideas es una prueba palmaria de cómo cambia y transforma la producción espiritual con la material. Las ideas imperantes en una época, han sido siempre las ideas propias de la clase imperante (..) Las ideas de la libertad de conciencia y de libertad religiosa no hicieron más que proclamar el triunfo de la libre concurrencia, en el mundo ideológico”

Con estas afirmaciones, Marx-Engels ponen en evidencia la relación    bidireccional entre las condiciones materiales en que vive la sociedad y su pensamiento. Pudiese hablarse de un proceso de retroalimentación. En lo que sigue, los autores polemizan contra la actitud conservadora y reaccionaria, que intenta en todo momento, hacer ver que el mundo no tiene por qué cambiar, que sus verdades son eternas y que los revolucionarios sólo sirven para perturbar sus hermosos sueños:  

“Se nos dirá que las ideas religiosas, morales, filosóficas, políticas, jurídicas etc. aunque sufran alteraciones a lo largo de la historia, llevan siempre un   rasgo de perennidad, y que por debajo de esos cambios siempre ha habido una religión, una moral, una filosofía, una política, un derecho. Además se seguirá arguyendo, existen verdades eternas, como la libertad, la justicia etc., comunes a todas las sociedades, y a todas las etapas del progreso de la sociedad. Pues bien, el comunismo, continúa el argumento, viene a destruir estas verdades eternas, la moral, la religión, y no a sustituirlas por otras nuevas; viene a sustituir todo el desarrollo histórico anterior”

Es evidente que ante planteamientos tan  abiertos y contundentes, contra la vieja sociedad y sus tradicionales creencias, la aristocracia y la burguesía, reaccionaran limitando al máximo la libertad de expresión para el nuevo credo revolucionario. Mas adelante el Manifiesto expresa:  

  “Veamos a que queda reducida esta acusación: hasta ahora toda la historia de la sociedad ha sido una constante sucesión de antagonismos de  clases, que revisten diversas modalidades según las épocas. Más cualquiera que sea la forma que en cada caso adopte la explotación de una parte de la sociedad por otra es un hecho común a todas las épocas del pasado (..) Nada tiene pues de extraño que la conciencia social de todas las épocas, se atenga, a despecho de toda la variedad y de todas las divergencias, a ciertas formas comunes, formas de conciencia, hasta que el antagonismo, que las informa no desaparezca radicalmente”

 Aquí Marx-Engels, dejan sentado que aunque haya habido diversas épocas y clases sociales, la conciencia social predominante era la de justificar la explotación de las clases más poderosas con relación a las desposeídas. En el párrafo que sigue, plantean lo inevitable que resulta  romper con las ideas de la burguesía, a la par que se rompa con la propiedad burguesa:   

“La revolución comunista viene a romper de la manera más radical con el régimen tradicional de la propiedad; nada tiene pues, de extraño que se vea obligada a romper en su desarrollo, de la manera también más radical con las ideas tradicionales (..) Ya hemos dicho que el primer paso de la revolución obrera, será la exaltación del proletariado al poder, la conquista de la democracia.”

“Las ideas de la clase dominante son, en todas las épocas, las ideas dominantes, es decir, que la clase que forma el poder material dominante de la sociedad, forma también su poder dominante espiritual” (Marx-Engels. La Ideología Alemana. 1845).

En estas supra citas, se pone en evidencia las intenciones de confrontación total entre los partidarios de la revolución y los capitalistas defensores de sus propiedades materiales y de sus ideas tradicionales al servicio de ellos mismos. Un poco más de cien años de haber sido publicado el Manifiesto, el líder chino, Mao Zedong  corrobora lo que los autores vienen afirmando:

“El nuevo sistema social acaba de establecerse, y su consolidación requiere tiempo. No se puede suponer  que el nuevo sistema queda totalmente consolidado en el momento de su establecimiento, pues ello es imposible. Tiene que ser consolidado paso a paso. Para su consolidación definitiva, es necesario no sólo llevar a cabo la industrialización socialista del país, y perseverar en la revolución socialista, en el frente económico, sino también realizar una lucha revolucionaria socialista, y una educación socialista constantes, y arduas en los frentes político e ideológico. A parte de ello se requiere la concurrencia de diversos factores internacionales (Discurso en la Conferencia Nacional del PCCh sobre el Trabajo de Propaganda. 12.03.1957)  

De la lectura anterior se desprende, que para Marx-Engels, y más tarde para Mao Zedong, un proceso de cambio revolucionario demanda de principios que sustenten y fortalezcan las convicciones de la gente. Los beneficios materiales, son muy importantes, en virtud que para vivir se necesita que las condiciones objetivas sustenten al ser humano, pero su prolongación en el tiempo dependerá del grado de conciencia de este para lograr que la lucha contra el poder burgués, se decida a favor de los intereses de los trabajadores. Según Marx-Engels, el generar condiciones subjetivas era una tarea indispensable para enrumbar su proyecto por el sendero del triunfo a que aspiraban. 

Una pregunta final que pudiese parecer “fuera de orden: ¿Es fácil conseguir en la Venezuela Bolivariana, en sus calles, sus librerías y demás expendios de libros,  el Manifiesto Comunista  y otras publicaciones cuya autoría son de Karl Marx y Federico Engels? Si esto fuese cierto, ¿Por qué no se le ha dado la importancia que tiene el estudio y difusión de estas obras? ¿Es que acaso el socialismo venezolano es marciano en vez de poseer un alto contenido ideológico  marxista?  

Nota:  Para la próxima entrega, se examinará el programa propuesto por Marx-Engels, en el Manifiesto, el cual contiene la esencia del rumbo que estos autores consideraron serviría para la emancipación de la clase trabajadora.

(yovic01@gmail.com)



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Yolí J. Núñez O.


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