Mensaje revolucionario 2011

¡Saludos compatriotas! En estos primeros amaneceres del año 2011 quiero enviarles un mensaje revolucionario e invitarlos a cabalgar impetuosos por las sendas del optimismo y seguir trabajando, luchando y reflexionando desde las trincheras del alma sobre la necesaria profundización de la revolución bolivariana. Precisamente, ante el  feroz e implacable ataque de los enemigos-escuálidos que de manera suicida quieren incendiar los horizontes y las constelaciones ideológicas de nuestro proyecto, debemos activarnos con todas las energías para luchar y vencer. Sabemos que en el fondo de esta revolución existen las fuerzas centrifugas para acelerar la marcha y avanzar resueltamente hacia la patria socialista; de allí la insistencia en que ha llegado la hora de reactivarnos y prepararnos  física, intelectual y moralmente para derrotarlos en todos los terrenos.

 El 2011 debe y tiene que ser el año para pensar en voz alta, de manera irreverente, con la fuerza y la intensidad de los volcanes, tal como lo hicimos en un 4 de febrero y un 27 de noviembre de 1992, en diciembre de 1998, un 13 de abril de 2002 y tantas otras fechas que están grabadas allí, en los poros de la piel revolucionaria. Así que nada de silencios estratégicos, ni contemplaciones pasivas, ni encoger de hombros, porque el hombre y la mujer revolucionaria levantan la cabeza y el espíritu cuando el enemigo ataca. Así, con la conciencia del destino se arroja con las fuerzas de las circunstancias para aniquilar las sombras cuarto-republicanas y neopuntofijistas que quieren volver a gobernar este país y sumirlo en las más profundas de las tinieblas.

 En medio de la realidad de las lunas escuálidas y de poco brillo que tenemos en el país, hay una gran constelación del territorio nacional alumbrada por el sol de la revolución. Los enemigos saben que no pueden tapar ese sol con los dedos, menos si son tuertos y cojos. La luz brilla intensa, por eso ellos aprovechan las noches de luna para conspirar y sentarse en la mesa de plástico a saborear su café amargo y sin azúcar. Apenas se sientan comienzan los balbuceos de la emoción y el desmigajamiento, donde la irracionalidad devora al pensamiento.   

 El 2011 también tiene que ser el año de ver, escuchar y sentir la realidad. Ver de dónde venimos y hacia dónde queremos ir; escuchar los latidos del corazón que quiere decir la verdad de los tiempos; y sentir la fuerza de un ideal que apunta hacia el triunfo del colectivo. Y ese es el ideal que profesamos, porque estoy convencido que no hay vuelta atrás. O nos lanzamos resueltamente hacia la patria socialista o nos retroceden a los tiempos de la Cuarta República puntofijista.

 Este mensaje revolucionario que desde mi humilde pero enérgica trinchera  les estoy enviando es para invitarlos al optimismo y que nadie se deje arrastrar por los saltos de agua turbia. El presidente Hugo Chávez es el ideólogo de nuestro proyecto y revolucionario a carta cabal con responsabilidades de peso historico, pero somos nosotros, bien organizados y decididos, quienes debemos darle esa fuerza para que junto a él, ahora en este tiempo,  crucemos la meta que nos hemos trazado: sembrar la revolución y nazca la patria socialista en cada venezolano y venezolana. Feliz año 2011 a todos mis lectores y lectoras.

(*) Politólogo

eduardojm51@yahoo.e


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Eduardo Marapacuto (*)


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