Opinión sobre el Saqueo Gerencial en Pequiven Morón

En los primeros días de enero de 2003, en pleno paro petrolero, al día
siguiente de pedirme la renuncia por las mismas razones del paro en una de
las empresa privada ubicada en Jose donde estaba contratado, me presente a
SERVIFERTIL (antigua PEQUIVEN y hoy nuevamente PEQUIVEN). Ponía a
disposición de mi empresa toda mi experiencia y toda mi capacidad técnica
en el área de producción, ampliamente demostrada por cerca de 29 años al
servicio de ésta única empresa dónde había trabajado desde que gradué en
1972 y hasta que por decisiones gerenciales me jubilaron prematuramente,
con 49 años de edad.

Cuando llegué a Pequiven no me preguntaron si era chavista o si aparecía en
el firmazo: todos me conocían y sabían que podían asignarme cualquier
misión en el área de producción, logística, adiestramiento del personal,
mantenimiento, calidad, protección integral, o programación y control de la
producción sin temor a equivocarse y dando por hecho que esa misión estaba
de antemano cumplida; tal es la confianza y tal es mi experiencia y
conocimiento de todo el complejo.

Todo proceso debe basarse en la inclusión y no en la exclusión, es la única
manera de crecer y consolidarse, debemos contar para crecer no para
disminuir.

Me decisión de apoyar a mi empresa, y de ésta forma al proceso, me costo
distanciamientos y enemigos entre vecinos y amigos; pero como verdadero
hombre PDVSA no podía dejar de participar en un plan de contingencia como
lo había hecho en las últimos seis planes que implantó la empresa.

Hemos cumplido y estamos cumpliendo con la misión asignada, hemos producido
todo el fertilizante que requirió el agro en un año excepcionalmente bueno
para ese sector como lo fue el 2003; bajo condiciones completamente
adversas para los operadores. No hay revolución sin producción, nosotros,
los jubilados que hemos sido cuestionado por razones mezquinas, junto con
el personal activo la garantizamos.

Hemos realizado no menos de 32 mejoras y/o modificaciones sin contar con
una organización completamente estructurada para tal trabajo. Iniciando
enero hemos hecho 30 propuestas de cambios y/o mejoras, lo que es imposible
plantear sin un conocimiento profundo del proceso productivo, sin una
capacidad creativa y sin voluntad de mejora, sin fe ni esperanza en los
hombres que hoy tenemos la responsabilidad y en el proceso en el cual
estamos participando.

La juventud tiene su oportunidad dentro de la empresa, de hecho solamente
en mi Superintendencia hemos promovido a 17 operadores a diferentes
posiciones sobre todo a las posiciones supervisarías que quedaron vacantes;
también hemos ingresados a 10 operadores nuevos que han sido rigurosamente
seleccionados de entre 40 entrevistados. Las vacantes se han cubierto
solamente en posiciones claves, tales como en operación de planta; otras
vacantes no han sido cubiertas, y sí lo son, se reducirá en 30% la nómina.

Un factor que siempre ha sido de atención lo representa el sueldo: cuando
llegamos no teníamos sueldo, no preguntamos por sueldo ni nos hablaron de
sueldo. No estábamos por eso. Una vez normalizada la operación y los
procesos administrativos, se habló de contratos a tiempo determinado y con
unos sueldos, que en mi caso, es inferior al que ganaba cuando salí
jubilado y que por supuesto está bien pero bien lejos del de Los Gerentes
Golpistas.

El conocimiento, la capacidad de trabajo, la voluntad de hacer las cosas,
la creatividad y el conocer y compartir los valores de la empresa son los
activos más preciados que una empresa busca en sus hombres; la empresa ha
sido mermada de ese activo por políticas de la antigua gerencia, políticas
personales, no de otra manera se explica la figura del jubilado prematuro;
de aplicarse la propuesta de reinsertar a los jubilados activos y capaces,
estoy presto para ello. No hay nada más degradante para un hombre que no
tener una misión importante en la vida.

Una de las reglas fundamentales que no debe ser cambiada ni en PDVSA ni en
la vida es respetar al prójimo y agradecer a quién nos ayuda: no se puede
descalificar ni mancillar el honor y la reputación de las personas y mucho
menos darle cabida a los individuos que así proceden.

La participación es la estrategia básica de nuestra gestión; el trabajo en
equipo es fundamental para la operación de un complejo como el nuestro; el
liderazgo es necesario en toda etapa empresa humana. ¿Por qué no reconocer
que llamamos a la participación, que trabajamos en equipo y que muchos de
los jubilados fuimos formados como líderes?
La revolución no acaba hoy, nadie ha cumplido con la revolución como para
ser llamarlo al retiro. El que quiera ser protagonista que asuma sus
responsabilidades dentro de la empresa y seguro se le reconocerá como lo
estamos reconociendo.



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