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El Inces: 62 aniversario, campo virtual y su realidad histórica

El arribo este 23 de agosto del año en curso, del Instituto Nacional de Cooperación Educativa, ahora Socialista, (Inces) a su 62vo aniversario ha permitido conocer las nuevas realidades con que las políticas públicas del Estado venezolano en materia educativa se maneja con tal de atender, capacitar y transformar a un sector importante de la población, especialmente los más jóvenes y necesitados.

En todo caso podemos decirlo, pues, personal Inces está presto para atender con prontitud, las demandas que se han originado en tiempos de la pandemia del Covid-19; además de cubrir con manos especializadas la falta de personal técnico profesional que sin duda necesita emplearse en el país debido a las nefastas consecuencias económicas producto del terrorismo financiero y el bloqueo de suministro de materia prima que han resultado en la merma de la producción nacional en todos sus sectores.

Tras el lanzamiento del Campo Virtual Inces desde la platarforma 2.0 @incesocialista en su fecha aniversario desde Caracas, Venezuela, siendo seguida por más de 140 centros a nivel nacional en la que estuvieron seleccionadas 32 formaciones de campo en este inicio, se abre un nuevo capítulo para la institución fundada por el Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa en capacitar personal para ir a trabajar, pero esta vez a distancia, con el empleo de una PC, tablet, celular u otro dispositivo de navegación con internet.

Según pudimos entender, desde hace 5 meses atrás se venía estudiando este proceso de formación a distancia cuyas asignaciones por parte de facilitadores eran enviadas vías whatsaap, lo que permitía el seguimiento y la evaluación de los cursos debiendo presentarse 2 ó 3 veces al mes los cursantes a objeto de obtener mayores detalles sobre las prácticas o aclaratorias de dudas dentro de los respectivos centro de formación.

Un punto muy importante es señalar que el Inces no se ha detenido en este difícil y duro momento de resguardo social y preventivo, por el contrario se ha mantenido activo contándose por demás con instalaciones en buen estado, seguras y confiables. Si el mundo ha sido sorprendido por la pandemia hay que destacar que el Inces es una institución educativa en Venezuela que está allí presente para dar respuesta a esos sectores populares, esta vez por medio del Campo Virtual Inces que es esa herramienta digital útil y necesaria para formar técnicos y profesionales en demanda a los campos tecnológicos.

Por otra parte, los nuevos emprendimientos, el impulso a una economía soberana traducida en inclusión, participación, educación gratuita y de calidad, logro de saberes, espacios compartidos, entre otros, son motivos suficientes para retomar los valores de amor al trabajo y estudio como únicos caminos de superación integral en el plano personal, pedagógico, social y cultural ya que ciertamente ha habido desaliento tras esa larga etapa interrumpida vivida por el rentismo petrolero y en consecuencia el impacto de las reinantes sociedades consumistas.

En este afán persisten sectores educativos privados que valiéndose de las crisis tanto pandémica como inflacionaria, en el país se han creado espacios de formación de nulo acceso a jóvenes de escasos recursos para prepararse y crear sus propias fuentes de empleo, dejándolos, por así decirlo, fuera de toda posibilidad de ser emprendedores y posteriormente empresarios.

En Venezuela la educación es un derecho, no una mercancía, por ello el júbilo a nivel nacional por este nuevo aniversario del Inces al garantizar presencia ininterrumpida y elevar la calidad de vida de miles de venezolanos que aún pueden seguir creyendo en sí mismos adquiriendo conocimientos técnicos, industrial, artesanal, de oficio y hasta obteniendo certificado de saberes.

Existe pues, la esperanza en la recuperación de nuestras instituciones básicas y esenciales, especialmente las educativas que tanta falta nos hace para luchar contra la ignorancia, la invisibilización, el egoísmo, la burocracia, la corrupción, el consumismo, la improductividad y demás males que se alejan de lo que se conoce hoy como concepto social de trabajo. En esto último nos basamos, según criterio de la actual presidencia del Inces nacional, en el modelo emergente de sociedad en el país y América Latina que es el impulso a las Pymes, Empresas de de Producción Familiar, consejos comunales, comunas, ciudades socialistas y fortaleza al poder popular para generar nuevos modelos de aparatos productivos.

Por último, es necesario desde las filas del Estado promotor y formador la continuidad de esta hermosa iniciativa tecnológica tenga sus pilares en la recuperación de los servicios públicos y en la motivación, cada vez mayor, de ir preparando a los facilitadores Inces, ya que es clara la demandante existencia de jóvenes y personas con conocimientos empíricos que buscan actualizarse dentro de la geografía nacional para de esta forma competir de cara a los nuevos desafíos traídos de la era pospandémica. No queda otra sino impulsar tales obras en provecho de satisfacer las demandas educativas existentes; pero dejando abiertamente sobre la mesa las dudas con que si realmente una a una las instituciones venezolanas se irán ajustando al momento histórico por el cual atravesamos todos. El Inces no es la excepción pero sí podría despejar la incógnita.



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Brígido Daniel Torrealba


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