Tambores porteños y sones de tamunangue para despedir al Maestro, Amigo y Compañero

Con dolor y tristeza nos enteramos a mediados de esta semana que culmina, del fallecimiento de un Maestro, educador, investigador, editor, gerente de la educación y la cultura, promotor de jóvenes profesionales, militante de la solidaridad con los pueblos que luchan por el derecho a organizar y dirigir con autonomía sus naciones y además defensor del proyecto estratégico por el cual luchó con pasión, riesgos y esfuerzos extremos el Libertador Simón Bolívar, es decir la construcción de la Nación Soberana Venezolana, Latinoamericana y Caribeña. Nos referimos al Historiador Arístides Medina Rubio (Puerto Cabello 27/04/1937 – Caracas 01/10/2019). Este comprometido historiador venezolano comenzó sus actividades como maestro de aula, luego como profesor de educación media, docente del Instituto Pedagógico de Caracas, investigador y docente de la Universidad Central de Venezuela, donde finalmente se jubila después de ejercer diversos cargos directivos en la Biblioteca, Escuela de Historia, Instituto de Estudios Hispanoamericanos (o Históricos) y Postgrados en el área de historia. En su amplia trayectoria como docente, investigador, gerente, promotor de nuevos profesionales, tutor y jurado de numerosas tesis de pre y postgrado en todo el país, es importante referir su intensa actividad como organizador de eventos orientados a fomentar el estudio crítico y profesional de la historia nacional y en particular la que toma en cuenta la importancia de las particularidades de los espacios locales y regionales, la Historia Regional y Local. Junto a otros historiadores venezolanos que se formaron en los programas de doctorado y maestrías en México y en otros escenarios se encargó de promover en Venezuela desde finales de la década del 70 y comienzos del 80, el estudio sistemático, crítico, con tratamientos exigentes de fuentes diversas, el estudio desde la historia y las ciencias sociales de los espacios locales y regionales. Estas áreas geohistóricas en la mayor parte de las construcciones historiográficas universales y venezolanas quedan relegadas, olvidadas y desconocidas por el estudio privilegiado de las ciudades capitales y sus entornos, por aquellos espacios donde se establecen las élites políticas, económicas y burocráticas que administran el poder del Estado y el Gobierno.

Desde los inicios de la década de 1980 comenzó a recorrer la Nación venezolana, usando sus propios recursos económicos y de transporte para organizar y participar en seminarios, talleres, coloquios, simposios, charlas, reuniones y congresos orientados a incorporar en el estudio profesional de la Historia de Venezuela, la motivación, el interés y la preocupación por conocer las dinámicas específicas de los distintos espacios locales y regionales que conforman y dan sentido a la Nación venezolana desde las culturas originarias, pasando por los violentos procesos de conquista y dominación colonial europeo, las luchas, dificultades y esfuerzos por conformar una Patria o Nación Soberana desde comienzos del siglo XIX hasta la actualidad. En estas actividades siempre estaba el dinámico, organizador, tenaz y persistente Maestro y Profesor AMR, "el gordo" como acostumbraban llamarlo desde el cariño y la cercanía afectiva familiares, amigos, colegas y discípulos. Todavía se organizan en Venezuela los Congresos de Historia Regional y Local, una gran actividad profesional que los miembros del Centro Nacional de Historia (institución también creada con el esfuerzo protagónico de AMR) han asumido desde hace varios años. Allí ejerce como Director un discípulo muy apreciado por este reconocido intelectual venezolano, me refiero al historiador venezolano Alexander Torres Iriarte, quien forma parte de esa buena cosecha de nuevos profesionales que llenaron de orgullo al Maestro.

Por cierto que AMR contaba con un gran valor agregado de carácter subjetivo que se reflejaba en su personalidad optimista, alegre, persona resolutiva, lo que algunos definen como "el alma de la fiesta" o el aportador de esas sensibilidades que permiten que la reunión se anime, que la gente se desenvuelva con menos inhibiciones y mayor integración solidaria y festiva. Era muy común entre quienes logramos compartir con él en diferentes espacios académicos, sociales, amistosos, laborales, políticos y familiares, la pregunta insistente","¿…no ha llegado el gordo…?", "¿…donde está el gordo…?", "¿…a qué hora llega el gordo…?" como cariñosamente lo referían familiares, amigos, discípulos, colegas y compañeros de actividades.

Lograr fundar una Revista de Historia y Ciencias Sociales como Tierra Firme y mantenerla de manera continua y en medio de diversas dificultades económicas desde 1983 por más de 30 años, es una verdadera obra de trascendencia intelectual en cualquier país del mundo. En ese proyecto participaron sus colegas y amigos Pedro Calzadilla Alvarez, Luis Cipriano Rodriguez, Carlos Viso C., Germán Cardozo Galué, Federico Villalba, Rutilio Ortega, Manuel Rodríguez Campos y Tarcila Briceño de Bermúdez en su Comité Editor y jóvenes profesionales como Jorge Bracho, Pedro Calzadilla Pérez, Manuel Beroes, Cecilia Vivas, José Ramirez Medina, Virginia Morales, Rosalba Moret, Lionel Muñoz Paz, Tomás Straka, Alexander Torres Iriarte y quien suscribe este artículo entre otros en el Consejo de Redacción. Arístides Medina Rubio lograba convocar y conformar estos equipos de historiadores reconocidos con jóvenes que se formaban para dedicarse al trabajo profesional de la investigación histórica. Así garantizaba la sustentabilidad de estos grandes proyectos intelectuales y profesionales. En la actual Nación Venezolana, en todos sus territorios locales y regionales desarrollan actividades profesionales desde la docencia, la investigación, las publicaciones y la gerencia de instituciones profesionales, personas formadas desde esos semilleros y sembradíos que AMR logró organizar, abonar, regar y ver crecer hasta la felicidad de presenciar y disfrutar las cosechas de esa gran siembra de conciencias críticas y de capacidades para construir una Historia Local, Regional y Nacional con rigor y perspectiva crítica.

En paralelo al proyecto de fundar y mantener una revista de historia y ciencias sociales donde se combinaran las autorías de investigadores ya reconocidos con los profesionales que comenzaban sus trayectos como futuros historiadores, también dedicó sus esfuerzos conjuntamente con otros colegas y en particular con su amigo Pedro Calzadilla Alvarez (padre del historiador Pedro Calzadilla Pérez) para fundar una editorial que se mantiene hasta la actualidad como instrumento de difusión de trabajos de historia y ciencias sociales: Fondo Editorial Tropykos. En esta iniciativa también lograron combinar la inclusión de autores muy reconocidos con obras de otros menos conocidos. Tanto en la revista como en este fondo editorial se mantuvo siempre una perspectiva democratizadora del acceso a los espacios de publicaciones hemerográficas y bibliográficas que permitieran estimular el interés por las investigaciones y publicaciones del área, ampliando la lectura de los temas de Historia Local, Regional y Nacional, así como los referidos al estudio de Venezuela desde un ejercicio crítico de las ciencias sociales.

Este Maestro que se dedicó a construir muchos semilleros por toda la Nación Venezolana, manteniendo siempre sus compromisos de militante radical y revolucionario, tuvo la satisfacción de disfrutar de las cosechas de sus persistentes esfuerzos y merece ser referido con fondo musical de tambores de sus localidades porteñas y los sones de tamunangue de mi región larense y las palabras poéticas de ese Gran Maestro del siglo XX venezolano, cuya propuesta de una Educación Integrada y Pública desde el Estado Docente sigue como tarea pendiente para las burocracias que administran el Estado y el Gobierno en esta Nación Bolivariana denominada VENEZUELA. Me refiero a Luis Beltrán Prieto Figueroa, quien nos dejó entre sus numerosos poemas este conocido como Sombra y grandeza.

Si el hombre es grande

su sombra es aún mayor

porque la sombra crece con el hombre

que se proyecta en ella engrandeciéndola.

LBPF. Prólogo de Gustavo Pereira. Soy tu voz en el viento. Poesía reunida. Caracas, Fundación Editorial el perro y la rana, 2013, pp.187.

 



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Germán Yépez Colmenares

Historiador - Profesor de la UCV

 germilio.yeco@gmail.com

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