Jóvenes no quieren estudiar ni trabajar

"Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber": Albert Einstein.

"No hay pasión en conformarse y en hacer el mínimo esfuerzo, ni en aceptar una vida que no esté a la altura de lo que cada uno es capaz de vivir": Nelson Mandela

El huracán de las sanciones económicas y comerciales y las medidas coercitivas que imponen los Estados Unidos, la Unión Europea y otros países lacayos del imperio a Venezuela tienen su efecto sobre la vida cotidiana del pueblo de Bolívar.

Estados Unidos aplica un embargo económico sobre Venezuela, con la intención de poner fin al gobierno incómodo de Nicolás Maduro.

Estas medidas desbalancean a nuestra economía, crean zozobra, angustias y efectos negativos sobre la psiquis del venezolano; lo desmotiva, lo induce a abandonar el país, y a no defenderlo ni a trabajar por él. Lo hace olvidar que estamos en resistencia frente a las agresiones.

No me atrevo a afirmar que esta generación pueda pensar que el estudio sea para los brutos y el trabajo para los burros. El comandante Chávez siempre recomendaba prepararnos para afrontar todas las dificultades con el estudio y el trabajo. Como decía Bolívar con trabajo y más trabajo.

Con el estudio podemos desarrollar aptitudes y habilidades mediante la incorporación de conocimientos nuevos. Nuestro sistema de educación mediante el cual se produce la socialización de la persona tiene como correlato que se dedique una elevada cantidad de horas al análisis de diversos temas. Es por ello que se han desarrollado una serie de estrategias con el fin de que la tarea de estudiar sea más simple y que se logren alcanzar mejores resultados.

"La inteligencia consiste no solo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica": Aristóteles.

Por otra parte, con el trabajo, que es una de las categorías centrales de la sociología, podemos ejecutar tareas que implican un esfuerzo físico y/o mental, y que tienen como objetivo la producción de bienes y servicios para atender nuestras necesidades humanas. El trabajo es por tanto la actividad a través del cual, nosotros los seres humanos, obtenemos nuestros medios de subsistencia por lo que tenemos que trabajar para vivir o vivir del trabajo de los demás

Hay un dicho que dice: Trabaja en algo, para que el diablo te encuentre siempre ocupado.

Trabajo y empleo no siempre son sinónimos intercambiables. Trabajo es una tarea que no necesariamente da al trabajador una retribución económica.

Por ejemplo, el debate actual en algunos países sobre la viabilidad de pagar el trabajo del hogar, considerando que requiere la ejecución de múltiples tareas, y que se trata de una actividad que genera un impacto positivo en la sociedad.

Empleo, por su parte, empleo es una posición o cargo que un individuo ocupa en una empresa o institución, donde su trabajo es debidamente remunerado.

El concepto de empleo, en este sentido, es mucho más reciente que el de trabajo, puesto que surgió durante la Revolución Industrial.

El trabajo es una faceta muy importante en nuestras vidas. Nuestro desarrollo profesional está íntimamente ligado a nuestros conceptos, y tener un buen clima en el lugar de trabajo nos hace vernos valorados y motivados.

Sin embargo, todo trabajo está vinculado al esfuerzo y a la capacidad de superación. En esta crisis por la que está pasando nuestro país, donde los recursos son limitados, formarse en ámbitos socio-productivos es casi la única forma de labrarse un futuro mejor.

La remuneración económica: cuando empezamos en un sitio tal vez esa no sea nuestra primera preocupación, pensamos primero en demostrar lo que valemos y en hacerlo ver. Pero con el tiempo esperamos que nuestro trabajo y esfuerzo se vea correspondido a final de mes en nuestra nómina. Una de las principales causas de desacuerdo y molestia en la remuneración es el hecho de que al empezar en la empresa hacemos unas tareas concretas pero al ir avanzando esa lista de tareas va aumentando porque ya somos capaces de asumir más responsabilidad. Sin embargo, no aumenta al mismo ritmo la retribución que recibimos por ello. Es ahí cuando al trabajador le empieza a resultar injusto tener que dar tanto por tan poco y descuida o no muestra el mismo nivel de responsabilidad por el trabajo. Esa remuneración debe cubrir nuestras necesidades mínimas.

Para que se pueda superar la desmotivación laboral, entre otras cosas, es necesario, que contribuya tanto el trabajador como el empresario. La primera ficha, sin embargo, deberá moverla el empresario; empezando con fomentar un espacio en el que los empleados se sientan cómodos y aportando la remuneración requerida que satisfaga sus necesidades individuales y familiares.

Llegados a este punto muchos jóvenes se plantean qué es mejor para su futuro, qué deberían hacer, estudiar, trabajar, quedarse paralizado, y lo más importante, qué es lo que más se valora en un proceso de inestabilidad política y económica y de agresiones internas y externas.

Lo que si es cierto es que los venezolanos tenemos que estudiar y trabajar para contribuir con el desarrollo de la Venezuela bonita, de la Venezuela que queremos, la Venezuela digna, soberana e independiente.

Los maestros y los profesores universitarios estamos en la obligación de contribuir con un granito de arena en el desarrollo del país, ayudando a nuestros discípulos con nuestra orientación al compromiso de estudiar, de aprender y de trabajar; integrándose a los procesos socio-productivos para impulsar a nuestra economía hacia un índice de mayor confianza.

"Con mis maestros he aprendido mucho; con mis colegas, más; con mis alumnos todavía más": Proverbio hindú.



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Héctor Yi Durán

Ing. Luchador Social

 hectoryi@gmail.com

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