Entendiendo que los educadores no dederiamos ser solamente dadores de clases, sino aprovechar al máximo ese momento didáctico para construir activamente cualquier temática entre los estudiantes y sus docentes, relacionando siempre la imaginación y el descubrimiento, esta comprobado académicamente que lo más importante es ir buscando el interés que demuestren los estudiantes para descubrir que nuestro entorno social y natural es el salón ideal, espacio principal para impulsar el conocimiento, pero no un conocimiento cualquiera, sino uno que busque que el ser humano se construya a través de los contenidos como guía de la dinámica escolar hacia un aprendizaje de las áreas de forma extraordinario y la aplicación de estrategias para aprende a resolver problemáticas desde su experiencia pedagógica hacia lo cotidiano y social.
Los momentos en clase son la interacción primordial entre los estudiantes, el docente y los demás elementos didácticos que convierten en un laboratorio, una feria, una expo, entre otras expresiones para mostrar el trabajo pedagógico de los estudiantes y educadores. El aula de clases más allá de las 4 paredes que representa es el espacio físico, donde se relacionan los aprendizajes con los actores del proceso educativo y debe buscar el éxito de los educandos a través de las actividades diarias en la escuela para construir conjuntamente los contenidos; la lectura, la escritura y el razonamiento matemático, es decir, deben convertirse en: pagar y recibir dinero, asociar las imágenes presentes en el entorno con la forma de leer, escribir textos de forma creativa, etc. Y la motivación constante como elemento para impulsar los aprendizajes y no unos conocimientos cualquiera, sino la búsqueda de las mejores formas para contextuar lo que se aprende y que se debe aprender para toda la vida.