Ahora bien, para que ese acto de Solidaridad, cumpla con la meta, deberá estar imbricado con otro elemento, como es la “Unidad”; unidos y unidas lograremos todo lo que nos propongamos; ya Simón Bolívar, nuestro libertador lo dijo, “En la unión está la fuerza”, y es precisamente este precepto la columna vertebral de todo Sindicato, y en especial el de la Asociación Sindical de Trabajadores Administrativos de la Universidad de Carabobo y el Equipo Gremial, principio que nos ha regido por muchos años, “unidad, unidad y más unidad”; y precisamente, bajo este precepto, vemos a un grupo de compañeros y compañeras que día tras día nos unimos a luchar por las y los trabajadores universitarios, dignificados con la Presidencia de Pedro Ulacio y la ejemplarizante práctica sindical del Compañero Hernán Barrios, a quien cariñosamente llamamos “Comandante”, reconocimiento que hacen propios y extraños.
Sin embargo, hoy veo como lastimosamente olvidamos la práctica solidaria y de unidad, y preferimos permanecer a la postre del “Jefe”, ese para el cual somos, sólo fuerza de trabajo, al cual se le debe exprimir la sabía, y luego pal basurero del olvido, y si miento pregúntennos a cualquiera de las y los jubilados, o a aquellos que no son parte de los ungidos por las autoridades (entiéndase los esquiroles); para otros sólo somos un “instrumento de apoyo”, o algo más insignificante como dijera el gentleman del norte, el señor del traje costoso, la pose inexpugnable y el odio de clase.
Ahora bien, las consecuencias de olvidar la práctica solidaria para con nuestros compañeros y compañeras, no sólo nos daña como seres humanos; sino que ayuda en la idea macabra de las autoridades, en cuanto a dividirnos. Compañeros y compañeras, no hay dinero suficiente que compre nuestro valor como personas honestas y honestos; recordemos que al aceptar que nos dividan, nos están debilitando, y después ellas o ellos, entiéndase “Jefes u Autoridades”, les darán la espalda, pues tienen que responder a sus iguales, a sus intereses de clase, eso ya lo hemos vivido, y todos no son hijas o hijos de mami y papi, además esta universidad como organización social, quiéralo o no, pasa por procesos dialecticos incontrovertibles, dicho de otra manera, hoy los jefes son unos y mañana, por los procesos de cambio, serán otros; no creo que el largo brazo de mami puedan amparar a los que hoy por “Nepotismo” entraron; o como dijera Isaac Newton: “Todo lo que sube Baja”; o como decimos las y los trabajadores de la universidad “los jefes pasan, y nosotros nos quedamos”. Entonces ¿POR QUÉ RAZÓN NO CUMPLEN LAS TRES HORAS DEL HORARIO DE CONFLICTO EN EL RECTORADO?, LOS QUE ESTAMOS ALLÍ, LAS Y LOS NECESITAMOS
Doctora
Pers. Jubilada de la UC
ibarraelena@gmail.com